Antes de nada, os pido que os relajéis y leáis tranquilamente. Quizás me he extendido un poco, pero creo que es necesario y que os merecerá la pena. Os adjunto una encuesta para que votéis sobre mi pregunta, es decir, si Lopera es pasado o futuro en el Betis.
Desde que se produjo la "venta" he estado leyendo distintos post comentando el supuesto cambio de manos, y no dejo de sorprenderme de la "inocencia", por no llamar "estupidez" de aquellos que quieren creer precisamente en eso, en un cambio de manos y en un voto de confianza.
Pensemos un poco simplemente en los pequeños y sencillos detalles que rodean la operación, intentando asociar estos a la personalidad (que ya deberíamos conocer), de Manuel Ruiz de Lopera:
MOMENTO Y FORMA DE LA VENTA:
Que curioso que se hace en pleno Julio, cuando todo el mundo está deseando desconectarse de todo y largarse a la playa, si es que no se han ido ya. Para más Inri, eligen el único día en la historia del fútbol en que la selección española juega una semifinal de un mundial. Todo muy al estilo Lopera.
PERSONA O GRUPO A QUIEN SE VENDE:
De buenas a primeras aparece un Don Nadie, un tipo que arrastra una de las peores famas posibles en la historia reciente de los clubes de fútbol. Alguien que ni loco se hubiera imaginado gobernando un club de la dimensión social del Betis, y que de repente y por gracia divina se convierte en un magno empresario superprofesional que viene a modernizar el club en todos sus estamentos, que lo va a ascender en un año, y meterlo en Uefa en dos. El de los tirantes (llámese Oliver), se muestra como la cabeza visible del grupo Bitton Sport (que nombre más original que no sé por qué, hasta me recuerda a BSport), representando a un conjunto de empresarios desconocidos de carácter discreto (menuda incongruencia), que ven al Betis como club ideal para su desarrollo.
CLAUSULA LOPERIANA:
Mira por donde Lopera dice dejar el Betis, al 100%. Pero eso sí, pasados 5 años si no se le paga todo el dinero (menudo margen), las acciones vuelven a su poder (supongo que para regalárselas a sus queridas criaturitas).
JUICIO DE FONDO:
Y todo esto justo (que casualidad) cuando un juicio contra Lopera está a punto de empezar, y donde se pueden poner en duda (que curioso), nada menos que la validez como paquete accionarial de nuestro particular "paquete maldito". Mira por donde, me suena esta historia a la de un club vecino, ¿ya nadie se acuerda de lo que ocurrió en la acera palangana hace no demasiados años?
SINTESIS (y esta es mi opinión):
Lopera tiene razones muy poderosas para temer que su paquete accionarial quede invalidado por la jueza Alaya. Si eso ocurriera, el capital social del Betis sería otro menor, y así la masa social volvería a tener poder sobre los gestores del club (mi sueño). Ante este más que probable temor, se busca un mono de feria con tirantes y de pocos escrúpulos llamado Oliver, que por pocos duros se presta a su pantomima en el papel de testaferro (legalmente el nuevo accionista mayoritario).
El tal Oliver, bien podría haber sido cualquier otro, pero es elegido porque se muestra ideal a sus fines, ya que tiene una experiencia previa en el mundo del fútbol (lo que le daría cierta credibilidad social y periodística), y que en el peor de los casos para Lopera, crearía al menos cierta confusión o división de opiniones, que a su vez le otorgaría tiempo para seguir maniobrando por detrás y en la sombra. De esta forma, Lopera intenta salvar lo más valioso que tiene antes del juicio (el paquete accionarial). Una vez salvado "nuestro paquete maldito", el juicio se convierte en un mal menor, ya que como mucho le podría caer una multa, que además se preocupa de poner como claúsula para que si así ocurriera, fuera el Betis el que efectuase el pago, y es que no se puede ser más descarado, porque de esa forma el Betis pagaría al propio Betis, o mejor dicho, al bolsillo de Lopera que para eso seguiría de fondo.
A todo esto, el Señor de los Tirantes seguiría dando la cara, y aquí me planteo dos posibilidades:
1ª. LA MEJOR DE LAS MALA (para ilusos):
Oliver y su equipo consiguen cierta estabilidad deportiva y social (desde luego sin alardes). Limpia el recuerdo de Lopera (que recordemos no habría dejado de estar nunca), y en definitiva, se crea una nueva era de mandato al estilo "borrón y cuenta nueva", donde Lopera habría superado toda la porquería generada en sus 18 años anteriores. Probablemente, en un par de años y de forma sibilina, iría apareciendo poco a poco en escena a modo conciliación del beticismo y así seguiría jugando con la mala memoria de nuestra querida afición, donde seguro seguiría encontrando borregos que le volverían a cantar aquello del: Hola Hola Hola D. Manuel.
2ª. LA PEOR DE LAS MALAS (para mal pensados como yo):
Oliver no nos saca de segunda, o incluso nos arrastra a categorías peores que ni quiero comentar. Se convierte además, en el cabeza de turco no ya de un fracaso deportivo, sino de una bancarrota absoluta que realmente habría estado generada anteriormente por el propio Lopera. De esta forma, Oliver no cubre el pago de las acciones y se larga con el más que buen sueldo que Lopera le haya pagado por no tener escrúpulos (total, ¿cuando los ha tenido?), y Lopera volvería al Betis de nuevo en su papel de Salvador, con gran parte de la afición clamando por su regreso, y teniendo que aguantarle frases del tipo: ¡Ya os avisé que venía el lobo!.
En definitiva, la ***** en estado puro, y de nuevo el símil del Faraón que al morir no muere sólo, sino que le entierran con todos sus plebeyos (es decir, el Betis).
MI REALIDAD:
A mi Lopera no me la da más, y esta operación apesta por todos los lados. No me van a despistar con acciones tales como despedir al gordo Larriba, contratar a Gordillo, tantear a Serra Ferrer, o reunirse con la oposición dándole incluso hueco en el consejo. Si eso ocurriera, me parecería ya una maniobra digna del premio Soprano o Al Capone. Meterlos en el consejo, sería como apropiarte de la oposición y en definitiva destruirla, ya que conocerían todos sus movimientos e ideas de primera mano. Lo más gracioso, es que ni siquiera esto es nuevo, y es que algo muy parecido les paso a las vecinas hace unos años y ellos si supieron reaccionar de forma contundente (esa está siendo nuestra verdadera diferencia para mal).
SOLUCIÓN:
Solo veo dos opciones, o que la jueza Alaya invalide la venta del paquete a Oliver, y posteriormente invalide el propio paquete, o que de una vez por todas la afición pierda los estribos y no deje pisar suelo sevillano ni a Lopera, ni a Oliver, ni a ninguno de sus secuaces. Quizás hay otra opción, pero podría ser durísimo tener que llegar a ella, y me refiero a que la propia naturaleza se canse un día de tanto miserable, y decida fulminar al ditero tal como hizo en su día con Franco o con el propio Gil.
Espero que hayáis tenido un mínimo de paciencia para haber leído esto tranquilamente y reflexionando. Creo que el post no es negativo, sino real. De hecho, no hay nada más positivo que saber ver la realidad sin velos ni engaños, para así saber afrontarla y en definitiva poder madurar y crecer. Justo lo que nunca nos ha pasado mientras ha gobernado Lopera.
Ojalá aquellos que seguís con los ojos cerrados los abráis de una vez (incluyo a los que dudan o pedís un voto de confianza a esta "nueva era"), porque en definitiva sois vosotros y la parsimonia que arrastráis, tan artífices de este hundimiento como el propio Lopera.
Desde que se produjo la "venta" he estado leyendo distintos post comentando el supuesto cambio de manos, y no dejo de sorprenderme de la "inocencia", por no llamar "estupidez" de aquellos que quieren creer precisamente en eso, en un cambio de manos y en un voto de confianza.
Pensemos un poco simplemente en los pequeños y sencillos detalles que rodean la operación, intentando asociar estos a la personalidad (que ya deberíamos conocer), de Manuel Ruiz de Lopera:
MOMENTO Y FORMA DE LA VENTA:
Que curioso que se hace en pleno Julio, cuando todo el mundo está deseando desconectarse de todo y largarse a la playa, si es que no se han ido ya. Para más Inri, eligen el único día en la historia del fútbol en que la selección española juega una semifinal de un mundial. Todo muy al estilo Lopera.
PERSONA O GRUPO A QUIEN SE VENDE:
De buenas a primeras aparece un Don Nadie, un tipo que arrastra una de las peores famas posibles en la historia reciente de los clubes de fútbol. Alguien que ni loco se hubiera imaginado gobernando un club de la dimensión social del Betis, y que de repente y por gracia divina se convierte en un magno empresario superprofesional que viene a modernizar el club en todos sus estamentos, que lo va a ascender en un año, y meterlo en Uefa en dos. El de los tirantes (llámese Oliver), se muestra como la cabeza visible del grupo Bitton Sport (que nombre más original que no sé por qué, hasta me recuerda a BSport), representando a un conjunto de empresarios desconocidos de carácter discreto (menuda incongruencia), que ven al Betis como club ideal para su desarrollo.
CLAUSULA LOPERIANA:
Mira por donde Lopera dice dejar el Betis, al 100%. Pero eso sí, pasados 5 años si no se le paga todo el dinero (menudo margen), las acciones vuelven a su poder (supongo que para regalárselas a sus queridas criaturitas).
JUICIO DE FONDO:
Y todo esto justo (que casualidad) cuando un juicio contra Lopera está a punto de empezar, y donde se pueden poner en duda (que curioso), nada menos que la validez como paquete accionarial de nuestro particular "paquete maldito". Mira por donde, me suena esta historia a la de un club vecino, ¿ya nadie se acuerda de lo que ocurrió en la acera palangana hace no demasiados años?
SINTESIS (y esta es mi opinión):
Lopera tiene razones muy poderosas para temer que su paquete accionarial quede invalidado por la jueza Alaya. Si eso ocurriera, el capital social del Betis sería otro menor, y así la masa social volvería a tener poder sobre los gestores del club (mi sueño). Ante este más que probable temor, se busca un mono de feria con tirantes y de pocos escrúpulos llamado Oliver, que por pocos duros se presta a su pantomima en el papel de testaferro (legalmente el nuevo accionista mayoritario).
El tal Oliver, bien podría haber sido cualquier otro, pero es elegido porque se muestra ideal a sus fines, ya que tiene una experiencia previa en el mundo del fútbol (lo que le daría cierta credibilidad social y periodística), y que en el peor de los casos para Lopera, crearía al menos cierta confusión o división de opiniones, que a su vez le otorgaría tiempo para seguir maniobrando por detrás y en la sombra. De esta forma, Lopera intenta salvar lo más valioso que tiene antes del juicio (el paquete accionarial). Una vez salvado "nuestro paquete maldito", el juicio se convierte en un mal menor, ya que como mucho le podría caer una multa, que además se preocupa de poner como claúsula para que si así ocurriera, fuera el Betis el que efectuase el pago, y es que no se puede ser más descarado, porque de esa forma el Betis pagaría al propio Betis, o mejor dicho, al bolsillo de Lopera que para eso seguiría de fondo.
A todo esto, el Señor de los Tirantes seguiría dando la cara, y aquí me planteo dos posibilidades:
1ª. LA MEJOR DE LAS MALA (para ilusos):
Oliver y su equipo consiguen cierta estabilidad deportiva y social (desde luego sin alardes). Limpia el recuerdo de Lopera (que recordemos no habría dejado de estar nunca), y en definitiva, se crea una nueva era de mandato al estilo "borrón y cuenta nueva", donde Lopera habría superado toda la porquería generada en sus 18 años anteriores. Probablemente, en un par de años y de forma sibilina, iría apareciendo poco a poco en escena a modo conciliación del beticismo y así seguiría jugando con la mala memoria de nuestra querida afición, donde seguro seguiría encontrando borregos que le volverían a cantar aquello del: Hola Hola Hola D. Manuel.
2ª. LA PEOR DE LAS MALAS (para mal pensados como yo):
Oliver no nos saca de segunda, o incluso nos arrastra a categorías peores que ni quiero comentar. Se convierte además, en el cabeza de turco no ya de un fracaso deportivo, sino de una bancarrota absoluta que realmente habría estado generada anteriormente por el propio Lopera. De esta forma, Oliver no cubre el pago de las acciones y se larga con el más que buen sueldo que Lopera le haya pagado por no tener escrúpulos (total, ¿cuando los ha tenido?), y Lopera volvería al Betis de nuevo en su papel de Salvador, con gran parte de la afición clamando por su regreso, y teniendo que aguantarle frases del tipo: ¡Ya os avisé que venía el lobo!.
En definitiva, la ***** en estado puro, y de nuevo el símil del Faraón que al morir no muere sólo, sino que le entierran con todos sus plebeyos (es decir, el Betis).
MI REALIDAD:
A mi Lopera no me la da más, y esta operación apesta por todos los lados. No me van a despistar con acciones tales como despedir al gordo Larriba, contratar a Gordillo, tantear a Serra Ferrer, o reunirse con la oposición dándole incluso hueco en el consejo. Si eso ocurriera, me parecería ya una maniobra digna del premio Soprano o Al Capone. Meterlos en el consejo, sería como apropiarte de la oposición y en definitiva destruirla, ya que conocerían todos sus movimientos e ideas de primera mano. Lo más gracioso, es que ni siquiera esto es nuevo, y es que algo muy parecido les paso a las vecinas hace unos años y ellos si supieron reaccionar de forma contundente (esa está siendo nuestra verdadera diferencia para mal).
SOLUCIÓN:
Solo veo dos opciones, o que la jueza Alaya invalide la venta del paquete a Oliver, y posteriormente invalide el propio paquete, o que de una vez por todas la afición pierda los estribos y no deje pisar suelo sevillano ni a Lopera, ni a Oliver, ni a ninguno de sus secuaces. Quizás hay otra opción, pero podría ser durísimo tener que llegar a ella, y me refiero a que la propia naturaleza se canse un día de tanto miserable, y decida fulminar al ditero tal como hizo en su día con Franco o con el propio Gil.
Espero que hayáis tenido un mínimo de paciencia para haber leído esto tranquilamente y reflexionando. Creo que el post no es negativo, sino real. De hecho, no hay nada más positivo que saber ver la realidad sin velos ni engaños, para así saber afrontarla y en definitiva poder madurar y crecer. Justo lo que nunca nos ha pasado mientras ha gobernado Lopera.
Ojalá aquellos que seguís con los ojos cerrados los abráis de una vez (incluyo a los que dudan o pedís un voto de confianza a esta "nueva era"), porque en definitiva sois vosotros y la parsimonia que arrastráis, tan artífices de este hundimiento como el propio Lopera.
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