Algunas razones por las que no me lo creo
No es que sea un incrédulo redomado, pero después de tantos años, uno va conociendo a determinados personajes, y sabe cuándo mienten hasta por la forma de moverse, coger un micrófono o mirar a la cámara.
No es que no me lo quiera creer, ni que me cueste creerlo. Simplemente no me lo puedo creer porque tengo un mínimo de raciocinio.
Lo vivido ayer no es más que otra sarta de mentiras. Un ejercicio de cinismo elevado a la enésima potencia.
No entraré en razones, sino que simplemente enumeraré algunas cuestiones, que cuando menos, le hacen a uno sorprenderse.
Lo primero, la rueda de prensa. Lopera, reacio a pisar el estadio, curiosamente utiliza las instalaciones del club para dar a conocer una venta de acciones de una empresa suya (como el que presenta a un jugador). Aparte de confundir nuevamente al Betis consigo mismo, llama la atención.
El día de la rueda de prensa. La fecha en la que España se juega el pase a la final del Mundial, y por la tarde.
Analizando más a fondo, está el comprador. Luis Oliver, cuyo pasado empresarial es casi más cuestionable que el del propio Lopera. Lo realmente increíble sería que Lopera hubiera "negociado" con alguna persona medio seria. Como suele decirse, Dios los cría y ellos se juntan.
Pero si increíble es que Luis Oliver pueda interesarse por pagar cerca de 20 millones de euros (esto sí que no se lo puede creer nadie), más lo es que lo haga una semana antes de que Lopera comparezca como imputado en un juzgado. ¿Quién en su sano juicio lo haría?
Y si lo anterior es llamativo, más todavía es que Oliver diga en la rueda de prensa que lo primero que va a hacer cuando llegue al Betis es hacer una auditoría ¿¿¿¿¿????? Volvemos a lo de antes, ¿este hombre sigue un guión escrito, es tonto o simplemente un temerario?
A uno le empiezan a encajar las piezas del puzzle cuando escucha que el objetivo de la auditoría es saber si el club necesita una ampliación de capital o lo mejor es pedir el concurso de acreedores… ¡¡pues menuda inversión la tuya, además de cornudo, apaleado!!
Pero cuando parece que ya nada le va a sorprender a uno, se escucha que Lopera dice que existe una cláusula resolutoria en el contrato, por la cual, en caso de impago, todo vuelve una vez más a Lopera… Y digo que es para sorprenderse cuando el propio Lopera dice un minuto antes que el pago está garantizado mediante avales, propiedades y más historias.
Para añadir más incertidumbre, la supuesta empresa compradora, Bitton Sport, no existe a día de hoy. ¿Cómo se puede materializar una compra en una notaría, como dicen ellos, si el comprador no tiene personalidad jurídica? Como mucho, pueden firmar una declaración de intenciones, pero ¿qué necesidad hay de mentir diciendo que la venta se ha producido cuando esto no es posible?
Luego están las frases que se entresacan. Sobre todo la insistencia de Lopera con el manido “me vais a echar de menos”, o cosas por el estilo. ¿Pero de verdad se cree que van a ir a buscarlo al Fontanal para que nos vuelva a salvar?
En definitiva, estamos ante una nueva cortina de humo, una operación que no es creíble. Que no es creíble por los personajes que están en escena, por su pasado, porque ya los conocemos.
Lopera busca ganar tiempo, como casi siempre. El plazo que se ha marcado esta vez es de cinco años, el que dice que estará la espada de Damocles sobre la cabeza de Oliver, si no cumple con los pagos (pagos que por otro lado dice tener avalados)
Supongo que a medida que pasen los días, iremos conociendo nuevas situaciones absurdas que nos conducirán como siempre al mismo sitio: el Fontanal
No es que sea un incrédulo redomado, pero después de tantos años, uno va conociendo a determinados personajes, y sabe cuándo mienten hasta por la forma de moverse, coger un micrófono o mirar a la cámara.
No es que no me lo quiera creer, ni que me cueste creerlo. Simplemente no me lo puedo creer porque tengo un mínimo de raciocinio.
Lo vivido ayer no es más que otra sarta de mentiras. Un ejercicio de cinismo elevado a la enésima potencia.
No entraré en razones, sino que simplemente enumeraré algunas cuestiones, que cuando menos, le hacen a uno sorprenderse.
Lo primero, la rueda de prensa. Lopera, reacio a pisar el estadio, curiosamente utiliza las instalaciones del club para dar a conocer una venta de acciones de una empresa suya (como el que presenta a un jugador). Aparte de confundir nuevamente al Betis consigo mismo, llama la atención.
El día de la rueda de prensa. La fecha en la que España se juega el pase a la final del Mundial, y por la tarde.
Analizando más a fondo, está el comprador. Luis Oliver, cuyo pasado empresarial es casi más cuestionable que el del propio Lopera. Lo realmente increíble sería que Lopera hubiera "negociado" con alguna persona medio seria. Como suele decirse, Dios los cría y ellos se juntan.
Pero si increíble es que Luis Oliver pueda interesarse por pagar cerca de 20 millones de euros (esto sí que no se lo puede creer nadie), más lo es que lo haga una semana antes de que Lopera comparezca como imputado en un juzgado. ¿Quién en su sano juicio lo haría?
Y si lo anterior es llamativo, más todavía es que Oliver diga en la rueda de prensa que lo primero que va a hacer cuando llegue al Betis es hacer una auditoría ¿¿¿¿¿????? Volvemos a lo de antes, ¿este hombre sigue un guión escrito, es tonto o simplemente un temerario?
A uno le empiezan a encajar las piezas del puzzle cuando escucha que el objetivo de la auditoría es saber si el club necesita una ampliación de capital o lo mejor es pedir el concurso de acreedores… ¡¡pues menuda inversión la tuya, además de cornudo, apaleado!!
Pero cuando parece que ya nada le va a sorprender a uno, se escucha que Lopera dice que existe una cláusula resolutoria en el contrato, por la cual, en caso de impago, todo vuelve una vez más a Lopera… Y digo que es para sorprenderse cuando el propio Lopera dice un minuto antes que el pago está garantizado mediante avales, propiedades y más historias.
Para añadir más incertidumbre, la supuesta empresa compradora, Bitton Sport, no existe a día de hoy. ¿Cómo se puede materializar una compra en una notaría, como dicen ellos, si el comprador no tiene personalidad jurídica? Como mucho, pueden firmar una declaración de intenciones, pero ¿qué necesidad hay de mentir diciendo que la venta se ha producido cuando esto no es posible?
Luego están las frases que se entresacan. Sobre todo la insistencia de Lopera con el manido “me vais a echar de menos”, o cosas por el estilo. ¿Pero de verdad se cree que van a ir a buscarlo al Fontanal para que nos vuelva a salvar?
En definitiva, estamos ante una nueva cortina de humo, una operación que no es creíble. Que no es creíble por los personajes que están en escena, por su pasado, porque ya los conocemos.
Lopera busca ganar tiempo, como casi siempre. El plazo que se ha marcado esta vez es de cinco años, el que dice que estará la espada de Damocles sobre la cabeza de Oliver, si no cumple con los pagos (pagos que por otro lado dice tener avalados)
Supongo que a medida que pasen los días, iremos conociendo nuevas situaciones absurdas que nos conducirán como siempre al mismo sitio: el Fontanal
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