Mateo González
Lopera ha encontrado en los fichajes rápidos su trampantojo para ocultar la triste realidad en la que vive el beticismo desde hace una semana. El fracaso estrepitoso de tener que soportar otra temporada en Segunda se salda con cero dimisiones, ninguna asunción de responsabilidad y sí gestiones muy rápidas y sonoras para completar una huida hacia delante que mitigue las ansias de renovación que tiene el personal verdiblanco. De ahí que las gestiones por atar a Víctor Fernández y para complacerle con futbolistas que él ha aconsejado hayan salido a la palestra tan raudamente y estén a punto de caramelo pocos días después de la debacle heliopolitana. También la celeridad en anunciar la rebaja de abonos. Se ha puesto las pilas Lopera, que sigue al frente del club y que continúa confiando en los mismos. Es decir, nada de autocrítica y nada de culpa por lo sucedido. Otra vez la mala suerte, como se puede leer en ABC de Sevilla.
Y es que la búsqueda de culpables parece que ha pasado a un segundo plano como si tal cosa. La actualidad mediática se centra ahora en las ruidosas gestiones béticas con Víctor Fernández y los futbolistas que él ha solicitado para su nuevo proyecto. Ruidosa porque hay muchas facilidades para telegrafiar las operaciones aunque nadie habla públicamente. Con Víctor, Lopera conserva a su lado lo poco positivo de esta temporada, ya que el aragonés tiene crédito con la afición y es de lo mejor que hay en el mercado para un Betis así. Nada se confirmará oficialmente hasta dentro de unos días, pero todo anda muy avanzado con los futbolistas. Momo (libre procedente del Xerez) y Jorge Molina (a cambio de algo más de un millón de euros en diferentes pagos) deben ser los primeros, y luego llegaría Salva Sevilla (traspaso vía Levante). El objetivo posterior es Matilla (cesión procedente del Villarreal), pero debe ser aún cocinado un poco más. Este aluvión de nombres adecuados para un Betis de Segunda está actuando como un somnífero para una afición que ya no sabe qué hacer para pedir un cambio. A ello se le une que todavía no se ha anunciado ninguna baja importante en el equipo aunque se hayan puesto en venta futbolistas con el caché más elevado. Así, sin noticias negativas en la confección de la plantilla y sólo con positivas que puedan ilusionar medianamente a la gente, Lopera pretende anestesiar el trance de la permanencia en Segunda y todo lo que ello supone para el beticismo.
Desde el club se arguye que sí que es un cambio trabajar con tanto acierto y celeridad en estos momentos, pero las gestiones no sólo sirven para reforzar al equipo sino para oportunamente distraer la atención de las críticas y los balances de la negativa temporada. Incluso la bajada de abonos supone otro guiño a su gente en ese sentido más allá de la justicia de esa medida. Está por ver cómo evolucionará la confección del equipo durante el verano, pero estas primeras maniobras no hacen más que perpetuar la idea de que Lopera se aferra al inmovilismo y que no hay asomo de autocrítica en un club en el que no hay culpables por el desastre.
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...movilismo.html
Lopera ha encontrado en los fichajes rápidos su trampantojo para ocultar la triste realidad en la que vive el beticismo desde hace una semana. El fracaso estrepitoso de tener que soportar otra temporada en Segunda se salda con cero dimisiones, ninguna asunción de responsabilidad y sí gestiones muy rápidas y sonoras para completar una huida hacia delante que mitigue las ansias de renovación que tiene el personal verdiblanco. De ahí que las gestiones por atar a Víctor Fernández y para complacerle con futbolistas que él ha aconsejado hayan salido a la palestra tan raudamente y estén a punto de caramelo pocos días después de la debacle heliopolitana. También la celeridad en anunciar la rebaja de abonos. Se ha puesto las pilas Lopera, que sigue al frente del club y que continúa confiando en los mismos. Es decir, nada de autocrítica y nada de culpa por lo sucedido. Otra vez la mala suerte, como se puede leer en ABC de Sevilla.
Y es que la búsqueda de culpables parece que ha pasado a un segundo plano como si tal cosa. La actualidad mediática se centra ahora en las ruidosas gestiones béticas con Víctor Fernández y los futbolistas que él ha solicitado para su nuevo proyecto. Ruidosa porque hay muchas facilidades para telegrafiar las operaciones aunque nadie habla públicamente. Con Víctor, Lopera conserva a su lado lo poco positivo de esta temporada, ya que el aragonés tiene crédito con la afición y es de lo mejor que hay en el mercado para un Betis así. Nada se confirmará oficialmente hasta dentro de unos días, pero todo anda muy avanzado con los futbolistas. Momo (libre procedente del Xerez) y Jorge Molina (a cambio de algo más de un millón de euros en diferentes pagos) deben ser los primeros, y luego llegaría Salva Sevilla (traspaso vía Levante). El objetivo posterior es Matilla (cesión procedente del Villarreal), pero debe ser aún cocinado un poco más. Este aluvión de nombres adecuados para un Betis de Segunda está actuando como un somnífero para una afición que ya no sabe qué hacer para pedir un cambio. A ello se le une que todavía no se ha anunciado ninguna baja importante en el equipo aunque se hayan puesto en venta futbolistas con el caché más elevado. Así, sin noticias negativas en la confección de la plantilla y sólo con positivas que puedan ilusionar medianamente a la gente, Lopera pretende anestesiar el trance de la permanencia en Segunda y todo lo que ello supone para el beticismo.
Desde el club se arguye que sí que es un cambio trabajar con tanto acierto y celeridad en estos momentos, pero las gestiones no sólo sirven para reforzar al equipo sino para oportunamente distraer la atención de las críticas y los balances de la negativa temporada. Incluso la bajada de abonos supone otro guiño a su gente en ese sentido más allá de la justicia de esa medida. Está por ver cómo evolucionará la confección del equipo durante el verano, pero estas primeras maniobras no hacen más que perpetuar la idea de que Lopera se aferra al inmovilismo y que no hay asomo de autocrítica en un club en el que no hay culpables por el desastre.
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...movilismo.html
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