En uno de los partidos menos brillantes del equipo de Setién esta temporada, el Betis consiguió volver a la senda del triunfo tres semanas después gracias a la pegada y a una actuación de Adán sobresaliente. El Betis se relajó tras el primer gol de Sanabria y no consiguió reactivarse el resto del partido. El Alavés pudo empatar en varias ocasiones.
“Estos partidos se perdían la temporadas pasadas”. Ese fue el pensamiento de cualquier bético que salía del Benito Villamarín contento por el resultado pero no satisfecho del todo del juego del equipo. Otro síntoma de que algo ha cambiado. Antes era el Betis el que tenía la suerte y las decisiones cuestionables del árbitro en contra. Antes era el Betis el que se metía en propia puerta y al que le costaba salir desde atrás. Pero ese Betis ya quedó atrás. Ahora el Betis tiene tintes de equipo superior (aunque no sea superior en el partido) y eso gana encuentros. Y muchos.
El partido no fue brillante porque ninguno de los dos interiores del Betis, Guardado y Camarasa, tuvieron un encuentro cómodo. El Alavés replegaba con dos líneas cerradas de cinco y cuatro jugadores y filtrar un pase se antojaba muy difícil para los mediocampistas. Las dudas se hicieron patentes y provocaron muchas conduciones lentas y previsibles en tres cuartos. El mexicano y el español tocaban siempre varias veces el balón antes de soltarlo y no generaban ventajas.
Pero el sistema del Alavés tenía una fisura bastante patente y era el espacio entre carrilero y central que el Betis, más precisamente sus extremos, supieron explotar bastante bien en la primera mitad. Joaquín viniendo a recibir y tirando diagonales hacia el centro y Joel pegado a la línea de cal. Un partido, por cierto, muy propicio para Durmisi ya que Tosca no pudo explotar toda la banda, debido a sus limitaciones ofensivas.
Y de un buen ejemplo de tocar, moverse y generar espacio llegó el primer gol del Betis. Una vez más de centro y una vez más de remate de cabeza. El Betis había hecho lo más complicado que era marcar a este alavés tan defensivo y lo hacía en la primera ocasión que tenía en el partido. Y llegó la relajación. Sobre todo, tras el descanso porque en la primera mitad aún el Betis siguió llevando la iniciativa eso sí, sin generar ocasiones claras de gol salvo la última de Sanabria a pase maravilloso, otro, de Guardado.
El Betis se fue al descanso creyéndose vencedor y bajó varias marchas, algo que aprovecharía el Alavés para, poco a poco, dominar el encuentro a base de ráfagas ofensivas. Veinte minutos de dominio donde bien pudieron marcar varios goles y donde Adán se hizo enorme.
Con el paso del tiempo, el calor, el cansancio y sobre todo la dinámica en la que ha entrado el alavés comenzarán a hacerle mella al equipo vasco y empezó a bajar los brazos. Los cambios, que este año sí hay alternativas en el banquillo, no consiguieron activar al equipo del todo pero si mejoraron la actuación colectiva. Tello Boudebouz y Fabián sumaron buenos minutos y de ahí partió el segundo y definitivo gol del equipo.
El Betis se acostumbra a ganar. Impone, su identidad es respetada por quien visita el Villamarín y es la mejor señal de que este equipo puede aspirar a algo más de simplemente intentar quedar entre los diez primeros. El tiempo, las lesiones y la dinámica dirán pero este Betis sí tiene buena pinta.
El uno a uno:
“Estos partidos se perdían la temporadas pasadas”. Ese fue el pensamiento de cualquier bético que salía del Benito Villamarín contento por el resultado pero no satisfecho del todo del juego del equipo. Otro síntoma de que algo ha cambiado. Antes era el Betis el que tenía la suerte y las decisiones cuestionables del árbitro en contra. Antes era el Betis el que se metía en propia puerta y al que le costaba salir desde atrás. Pero ese Betis ya quedó atrás. Ahora el Betis tiene tintes de equipo superior (aunque no sea superior en el partido) y eso gana encuentros. Y muchos.
El partido no fue brillante porque ninguno de los dos interiores del Betis, Guardado y Camarasa, tuvieron un encuentro cómodo. El Alavés replegaba con dos líneas cerradas de cinco y cuatro jugadores y filtrar un pase se antojaba muy difícil para los mediocampistas. Las dudas se hicieron patentes y provocaron muchas conduciones lentas y previsibles en tres cuartos. El mexicano y el español tocaban siempre varias veces el balón antes de soltarlo y no generaban ventajas.
Pero el sistema del Alavés tenía una fisura bastante patente y era el espacio entre carrilero y central que el Betis, más precisamente sus extremos, supieron explotar bastante bien en la primera mitad. Joaquín viniendo a recibir y tirando diagonales hacia el centro y Joel pegado a la línea de cal. Un partido, por cierto, muy propicio para Durmisi ya que Tosca no pudo explotar toda la banda, debido a sus limitaciones ofensivas.
Y de un buen ejemplo de tocar, moverse y generar espacio llegó el primer gol del Betis. Una vez más de centro y una vez más de remate de cabeza. El Betis había hecho lo más complicado que era marcar a este alavés tan defensivo y lo hacía en la primera ocasión que tenía en el partido. Y llegó la relajación. Sobre todo, tras el descanso porque en la primera mitad aún el Betis siguió llevando la iniciativa eso sí, sin generar ocasiones claras de gol salvo la última de Sanabria a pase maravilloso, otro, de Guardado.
El Betis se fue al descanso creyéndose vencedor y bajó varias marchas, algo que aprovecharía el Alavés para, poco a poco, dominar el encuentro a base de ráfagas ofensivas. Veinte minutos de dominio donde bien pudieron marcar varios goles y donde Adán se hizo enorme.
Con el paso del tiempo, el calor, el cansancio y sobre todo la dinámica en la que ha entrado el alavés comenzarán a hacerle mella al equipo vasco y empezó a bajar los brazos. Los cambios, que este año sí hay alternativas en el banquillo, no consiguieron activar al equipo del todo pero si mejoraron la actuación colectiva. Tello Boudebouz y Fabián sumaron buenos minutos y de ahí partió el segundo y definitivo gol del equipo.
El Betis se acostumbra a ganar. Impone, su identidad es respetada por quien visita el Villamarín y es la mejor señal de que este equipo puede aspirar a algo más de simplemente intentar quedar entre los diez primeros. El tiempo, las lesiones y la dinámica dirán pero este Betis sí tiene buena pinta.
El uno a uno:
| Adán |
Enorme. Parecía un partido donde no iba a tener que trabajar y en el peor momento del equipo, apareció él. Paró y llegó a todas. El primer gol del Betis sale de un envió preciso de él con el pie. Gran actuación en todos los sentidos. |
| Barragán |
Dio un bajón importante ante el Valencia pero hoy volvió a dejarse ver en ataque y sus centros suelen conllevar problemas al rival. Se vio una buena asociación con Joel y dejó otra asistencia más. En defensa le costó cubrir a Pedraza pero no sumó ni mucho menos una mala actuación defensiva. |
| Mandi |
La portería a cero debería ser sinónimo de una buena actuación defensiva pero ayer no fue el caso. Uno de sus partidos más flojos también debido a la poca presencia ofensiva del rival. Debería cuidar esos agarrones en el área, lleva ya un par esta temporada, y pueden costar caro. |
| Jordi Amat |
Su actuación fue más positiva que negativa pero dejó dudas sobre todo en su enfrentamiento con Munir. Frenó bien al hispano marroquí en algunas ocasiones pero en otras cometió errores impropios, sobre todo regalando faltas al rival en acciones que no conllevan peligro. |
| Tosca |
Correcto. Se sumó al ataque bien, se ofreció y pidió el balón. Ayudó a la defensa cuando peor lo estaba pasando. Tras tanto tiempo sin jugar, sumó un buen partido. |
| Javi García |
Tiene una importancia capital en este Betis de Quique Setién. Su presencia en el centro del campo, tanto defensiva como ofensiva es importantísima para este equipo. Y eso que ayer no estuvo tan acertado como en otras ocasiones sobre todo en el pase. |
| Guardado |
Abuso mucho de la conducción en fases del partido y no encontró líneas de pase fáciles. Eso sí su calidad es tan alta que, al no haberlas, las imagina y las crea como en ese pase a Sanabria. Tampoco fue el mejor partido del mexicano pero aun así sigue siendo un salto de calidad. |
| Camarasa |
Le cuesta ser protagonista con el balón. Es un jugador que tiene todas las condiciones para ser un centrocampista importante pero aún le cuesta. Ha cambiado de rol al llegar al Betis, el año pasado jugó bastante en la posición de Medrán hoy, casi de segundo delantero, y no está acostumbrado a tener tanto balón. Pero su colocación en segundas jugadas siempre ayuda al equipo. |
| Joaquín |
Me pareció de lo más acertado del equipo en la primera mitad. Siempre generó ventajas con conducciones, regates y pases. En la segunda perdió cualquier protagonismo como el resto del equipo. |
| Joel Cambpell |
Se ganó la titularidad tras sus buenos minutos ante el Valencia y ayer sin tener ese gran acierto, también era difícil, aportó desequilibrio en zonas ofensivas. Un desequilibrio que el Betis no había tenido hasta ahora. Quizás abusó mucho de conducciones y regates y llegó muy justo de forma al final de la primera mitad pero sumó bastante. |
| Sanabria |
Circula siempre un comentario en Sudamérica que dice que los paraguayos rematan todo lo que le mandes. Sanabria es el ejemplo perfecto. Primera ocasión, primer remate, y un nuevo gol. El sexto en cinco jornadas. Si mantiene este nivel rematador va para delantero grande. Además desahoga bastante bien al equipo cuando baja a recibir y toca de cara. |
| Tello |
Más acertado que en partidos anteriores. Está con más confianza en su regate. Sumó en los minutos que jugó. |
| Fabián |
Mejoró la actuación de Camarasa y mejoró al equipo cuando entró en la circulación de balón. |
| Boudebouz |
Dejó detalles de una enorme calidad pero hay que quedarse con la conducción de esa última contra. Esa conducción y ese pase es de un jugador distinto. Puede darnos un nuevo salto de calidad, y de los importantes, como se haga, y se crea, importante. |