Pasillo a Setién, cumpleaños de Guardado, felicitación de Sergio León a Sanabria, almuerzo de confraternización y todos llevando una portería
Bromas, trabajo en común, disciplina de vestuario y trato amistoso con los técnicos en un equipo que muestra en el campo la unión que forja fuera
Por MATEO GONZÁLEZ, 29 de septiembre de 2017 5:03 h.
Lo resumía Juanito en un tweet tras el Betis-Levante. «Hemos entrado en la dinámica de que entra el taquillero y no se nota…». Así son las rotaciones de Quique Setién y su resultado en el Betis. Producto del buen ambiente generado en una plantilla que proyecta su unión dentro y fuera del campo. Los suplentes saben que tendrán su oportunidad y los titulares, que habrá días en los que no jueguen. Todo para dar cabida al reparto en una plantilla que ha fortalecido su compenetración y que supera en esa solidez a la de las temporadas más recientes. Quizás sea el secreto, además del nivel de sus jugadores, de la buena línea de un Betis que disfruta del momento de bonanza y quiere más.
El entrenamiento a puerta abierta fue un ejemplo de esta sintonía. Una tarascada de Sanabria a Guardado se resolvió entre bromas, al igual que el festejo del cumpleaños del mexicano, bañado con huevo y harina por el propio Sanabria, Narváez y Nahuel entre las risas y aplausos del público que asistía a la sesión y de los compañeros. Incluso de un Setién que paseaba cerca y que ya había tenido lo suyo en el arranque del entrenamiento, con un pasillito en el que Feddal se pasó un poco de la raya para alegría de todos. Luego fue el técnico el que promovió un encuentro de unión en un conocido restaurante de Dos Hermanas para celebrar su cumpleaños. Allí asistieron todos los jugadores, técnicos, dirección deportiva (incluido Lorenzo Serra Ferrer) y consejeros delegados. Felicidad compartida en un equipo que vive en la cresta de la ola con buen juego y tres victorias consecutivas y que está llamando la atención de medios nacionales e internacionales, que buscan a sus protagonistas estos días y durante el parón para protagonizar sus espacios.
Desde la pretemporada Setién ha ubicado al buen ambiente en el vestuario como uno de los pilares de su proyecto. Ejemplos hay muchos. El técnico suele dar charlas antes del inicio de la sesión pero son especiales las posteriores a los partidos. Su estilo es de diálogo. Busca la interactuación con los jugadores. No hay monólogos. Siempre lanza mensajes positivos, como ya sucedió después de la derrota en Villarreal, pero también utiliza el humor, junto a su cuerpo técnico, para matizar sobre lo que menos le gusta. Todo parte de la confianza que han ido ganando en el grupo. El pasado martes, Eder Sarabia, segundo entrenador, le recordó a Durmisientre risas su control con el pecho y caída al suelo durante el partido ante el Levante. El propio danés no podía ocultar la gracia del momento. «Es un tío normal», dicen como elogio a Setién desde el vestuario. «Va de frente y sabe cómo transmitir las cosas», añade otro componente de la plantilla. «El míster es un fenómeno», decía Javi García ayer en Canal Sur Radio.
El entrenamiento, como cualquier otro de este equipo desde el verano, estaba plagado de detalles que apuntan a ese buen compañerismo. Todos los jugadores, sin excepción, llevaban la portería portátil para el partidillo. Todos. Ninguno podía distraerse atándose las botas o charlando, como ocurría en otros años. Los métodos de Setién y sus colaboradores han convencido a la plantilla. Los futbolistas confían en que lo que les piden los técnicos va a salir bien y lo han ido comprobando en los partidos. «Paciencia» era la palabra que más se dijo durante el Betis-Levante. O aquel «vamos a tener oportunidades al final del partido», antes de saltar al Bernabéu. Aciertos en el discurso que refuerzan la confianza de un bloque que ve cómo el técnico ha ido tirando ya de todos los jugadores de campo sin que se resienta el nivel competitivo. Con el partido ante el Levante encarrilado no dudó en dar entrada a Rafa Navarro en lugar de Barragán para que también disfrutara de minutos el único de campo disponible que aún no los había tenido. Ahora se incorpora Campbell a esta lista.
Cuentan también los porteros su satisfacción con la labor de Jon Pascua, el preparador de esta posición específica. Han perdido peso los metas y ahora disfrutan de las consecuencias de un trabajo bien llevado por el vasco, quien ayer aprovechó gran parte del entrenamiento para perfeccionar con Adán el juego con los pies, tanto con el derecho como con el izquierdo, buscando la banda para facilitar la salida del esférico a favor. Para el resto de jugadores el rondo sin fin. Porque esta idea es fundamental para Setién. Mantener la posesión con variados niveles de presión y en campos de tamaños diferentes. En eso trabaja sin cesar para asegurar el esférico cuando lo manejan los suyos y para buscar la recuperación pronta cuando es del rival.
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