Ha sido vuelto a castigar, ese gigante verde ha vuelto a caer por otro penalty injusto en el último minuto.
Mi Betis, mi gigante verde herido en mil batallas, arrodillado, con las manos apoyadas te llevas otro golpe más de este duro destino que te ha tocado vivir.
Mi Betis, te veo y siento impotencia, pero la impotencia se me transforma en rabia, y la rabia se me transforma en ánimo y el ánimo en grito y el grito en pasión y el próximo día, contra Osasuna ahí estaré, mi Betis.
Mi Betis, levanta esas manos al cielo, yo te ayudo mira al sol fijamente y lámete las heridas, que no serán las únicas, eleva tu rodilla, mirada fija, mi Betis, y levántate, levántate que somos miles y miles los que te apoyamos, mi Betis. Y el próximo partido allí estaremos, allí contigo al final de la Palmera, mi Betis, mi gigante Verde.
Mi Betis, ya te veo levantado, tambaleante, mareado de tanta y tanta sacudida, mi Betis. Sacude tu cabeza y estira tus castigados músculos, mi Betis, que tu gente no te va a dejar solo, mi Betis.
Ya te veo de nuevo erguido, mi Betis, sé de tus heridas y sé de tu dolor, pero sé que el último suspiro no me lo reservas el próximo partido, ni siquiera el siguiente, mi Betis. Porque el próximo partido mis gritos, los gritos de los béticos, tensarán tus músculos, harán de bálsamo a tus heridas y saldrás a luchar, a luchar en dura pelea contra los elementos, mi Betis.
Mi Betis, mi gigante herido, ya estoy esperando que tu cita con el destino me tenga de testigo y la victoria sea nuestra, tuya, gigante verde, y de todos esos hombres y mujeres que desde que nacieron unos, por cariño adquirido otros, por pasión todos, miramos a lo alto a tus ojos, ojos verde esperanza, mi Betis.
Mi Betis.
Mi Betis, mi gigante verde herido en mil batallas, arrodillado, con las manos apoyadas te llevas otro golpe más de este duro destino que te ha tocado vivir.
Mi Betis, te veo y siento impotencia, pero la impotencia se me transforma en rabia, y la rabia se me transforma en ánimo y el ánimo en grito y el grito en pasión y el próximo día, contra Osasuna ahí estaré, mi Betis.
Mi Betis, levanta esas manos al cielo, yo te ayudo mira al sol fijamente y lámete las heridas, que no serán las únicas, eleva tu rodilla, mirada fija, mi Betis, y levántate, levántate que somos miles y miles los que te apoyamos, mi Betis. Y el próximo partido allí estaremos, allí contigo al final de la Palmera, mi Betis, mi gigante Verde.
Mi Betis, ya te veo levantado, tambaleante, mareado de tanta y tanta sacudida, mi Betis. Sacude tu cabeza y estira tus castigados músculos, mi Betis, que tu gente no te va a dejar solo, mi Betis.
Ya te veo de nuevo erguido, mi Betis, sé de tus heridas y sé de tu dolor, pero sé que el último suspiro no me lo reservas el próximo partido, ni siquiera el siguiente, mi Betis. Porque el próximo partido mis gritos, los gritos de los béticos, tensarán tus músculos, harán de bálsamo a tus heridas y saldrás a luchar, a luchar en dura pelea contra los elementos, mi Betis.
Mi Betis, mi gigante herido, ya estoy esperando que tu cita con el destino me tenga de testigo y la victoria sea nuestra, tuya, gigante verde, y de todos esos hombres y mujeres que desde que nacieron unos, por cariño adquirido otros, por pasión todos, miramos a lo alto a tus ojos, ojos verde esperanza, mi Betis.
Mi Betis.
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