Dejó Berizzo el Celta de Vigo y por Galicia pensaron en el que fuera segundo entrenador del FC Barcelona con Luis Enrique Martínez, el navarro Juan Carlos Unzué, para entrenar al equipo como mejor opción. Diecisiete temporadas de guardameta arrastra este hombre que como técnico ya tuviera oportunidades en Soria y Santander. En el primer destino no hizo las cosas mal y su equipo terminó décimo, mientras que en Santander ni siquiera comenzó la campaña por problemas con la directiva y el contrato que por aquel entonces tenía encima de la mesa.
Su vida deportiva cambió con su incursión como segundo de Luis Enrique. Estuvieron en Vigo una buena campaña y después en Barcelona. En Balaídos precisamente es donde vuelve como primero y lo hace con dos armas fundamentales, el buen juego y la estrategia.
El Celta de Vigo ha mostrado buenos detalles esta pretemporada y ha hecho enormes partidos. Debutó con derrota en Liga y además con polémica puesto que Sergio Álvarez, portero vigués, regaló un tanto a Oyarzábal que será complicado de olvidar. Es la moda de correr riesgos en la salida de balón con los cancerberos actuando con los pies como si fueran mediocentros.
En Heliópolis veremos un cuadro celeste con estas intenciones, muy parejas a las de Setién en nuestro Real Betis Balompié. A no dar un voleón porque sí súmenle que el viernes llega al Benito Villamarín uno de los más especialistas en acciones a balón parado. Quizás el que más. Su pizarra dará dolores de cabeza y tendremos un bloque enfrente con varias alternativas de peligro en saques de esquina y faltas principalmente.
El entrenador de Pamplona varía su libreta en función de las virtudes y carencias del rival y de las necesidades del juego yendo un paso más allá con otros factores (medidas del terreno de juego, césped…) cuando debe. Así es Juan Carlos Unzué, el tiempo dirá si pasa o no a los anales como uno de esos técnicos gloriosos.
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Su vida deportiva cambió con su incursión como segundo de Luis Enrique. Estuvieron en Vigo una buena campaña y después en Barcelona. En Balaídos precisamente es donde vuelve como primero y lo hace con dos armas fundamentales, el buen juego y la estrategia.
El Celta de Vigo ha mostrado buenos detalles esta pretemporada y ha hecho enormes partidos. Debutó con derrota en Liga y además con polémica puesto que Sergio Álvarez, portero vigués, regaló un tanto a Oyarzábal que será complicado de olvidar. Es la moda de correr riesgos en la salida de balón con los cancerberos actuando con los pies como si fueran mediocentros.
En Heliópolis veremos un cuadro celeste con estas intenciones, muy parejas a las de Setién en nuestro Real Betis Balompié. A no dar un voleón porque sí súmenle que el viernes llega al Benito Villamarín uno de los más especialistas en acciones a balón parado. Quizás el que más. Su pizarra dará dolores de cabeza y tendremos un bloque enfrente con varias alternativas de peligro en saques de esquina y faltas principalmente.
El entrenador de Pamplona varía su libreta en función de las virtudes y carencias del rival y de las necesidades del juego yendo un paso más allá con otros factores (medidas del terreno de juego, césped…) cuando debe. Así es Juan Carlos Unzué, el tiempo dirá si pasa o no a los anales como uno de esos técnicos gloriosos.
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