Sabes que sales a defender nuestro escudo cada semana. En tu cuerpo llevas once almas que te dan la fuerza. La afición te dará el escudo y los remaches que lo fortalecen salen de aquellos que se unen a tu batalla. Sabes que el club te cuida una capa que te cubre del viento y el frío. Al pisar tu castillo compruebas lo inmenso que tienes a tus espaldas. Y como un tesoro la espada forjada con nuestra historia te guiará en la batalla.
Sabes que sales a defender nuestro escudo cada semana. Delante, el próximo partido, tendrás a un guerrero despojado de un escudo sin remachar, con una capa roida por la desidia y el mal gobierno por donde se cuela un helado viento, con una espada oxidada pues su historia es maltratada continuamente y su cuerpo está vapuleado porque sus once almas están atormentadas. Puede ganarte, no te quepa duda que sigue pareciendo temible, actúa con prudencia, pero compadécete si lo derrotas, pues no es la suya una batalla de igual a igual, es una batalla con su propio destino.
Sabes que sales a defender nuestro escudo cada semana. Delante, el próximo partido, tendrás a un guerrero despojado de un escudo sin remachar, con una capa roida por la desidia y el mal gobierno por donde se cuela un helado viento, con una espada oxidada pues su historia es maltratada continuamente y su cuerpo está vapuleado porque sus once almas están atormentadas. Puede ganarte, no te quepa duda que sigue pareciendo temible, actúa con prudencia, pero compadécete si lo derrotas, pues no es la suya una batalla de igual a igual, es una batalla con su propio destino.
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