Cuando condenan a una persona que es inocente a cadena perpetua, se pasa los primeros días en la cárcel llorando y pataleando, haciendo llamadas a abogados y haciendo lo imposible para demostrar su inocencia.
Cuando pasa el tiempo, llega al año y a los dos años preso...y ve que nada cambia, que ningún recurso le está sirviendo...ya no hay llantos, ya hay sólo frustración, pero la lleva dentro de sí.
Cuando supera los 3 años preso, o incluso los 4, y ve que los recursos para demostrar que es inocente se agotan, ya no llora, ni está frustrado....simplemente se instala dentro de él una pena que lo acompaña día tras día.
Y así, con el paso de los años... se le van agotando las fuerzas, los recursos... y las ganas de protestar.
En mi opinión no hay nada que achacar a la afición del Betis, los que piden que se proteste, que hay que liarla, que vayamos a la casa del Manué... realmente creen que servirá de algo? porque yo sé que cualquier protesta, aunque vayamos a su casa a darle collejas, se la va a pasar por el forro de los coj-ones.
Así que, porfavor, ya basta de atacarnos a nosotros mismos.
osease: O LA JUEZA. O LA NATURALEZA
Cuando pasa el tiempo, llega al año y a los dos años preso...y ve que nada cambia, que ningún recurso le está sirviendo...ya no hay llantos, ya hay sólo frustración, pero la lleva dentro de sí.
Cuando supera los 3 años preso, o incluso los 4, y ve que los recursos para demostrar que es inocente se agotan, ya no llora, ni está frustrado....simplemente se instala dentro de él una pena que lo acompaña día tras día.
Y así, con el paso de los años... se le van agotando las fuerzas, los recursos... y las ganas de protestar.
En mi opinión no hay nada que achacar a la afición del Betis, los que piden que se proteste, que hay que liarla, que vayamos a la casa del Manué... realmente creen que servirá de algo? porque yo sé que cualquier protesta, aunque vayamos a su casa a darle collejas, se la va a pasar por el forro de los coj-ones.
Así que, porfavor, ya basta de atacarnos a nosotros mismos.
osease: O LA JUEZA. O LA NATURALEZA
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