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Ni loperistas, ni antiloperistas, Ni lo uno ni lo otro...
Diós, mi Betis, dónde está mi Betis???
No es normal lo que nos está sucediendo. Como presentación, para neófitos y para refrendarme, no estoy de acuerdo con la gestión de Ruiz desde hace ya varios años. Como no estoy de acuerdo siempre he propugnado ofrecer ideas dentro de las posiblidades y conductos adecuados para mejorar todo aquello que considere que no es correcto. Igualmente, si he considerado alguna vez que esa incorrección ha ido más allá que el simple fallo dentro de la buena voluntad, he apoyado las medidas oportunas para salvaguardar los intereses de los señores accionistas y por extensión, abonados y simpatizantes del Real Betis Balompié.
Y no es normal. Desde hace años vivimos dentro de una leyenda que nos inculcaron a base de cincel y martillo. Una leyenda que habla de salvadores y de traidores. Pero una leyenda que cada día que pasa tiene más sombras que luces, más voces que a la sombra de otros que han arriesgado su patrimonio y sus nombres por la idea de Betis que mamaron, han decidido dar el paso y contar que todo lo que parecía de color (de rosa no) de verde no lo fue tanto.
Lejos de saber amoldarse a esa situación sacando la nave bética de los bajíos del pasado en forma de 92 arrecifes, nuestro estimado consejo se encayó definitivamente. Desde entonces, la política más movida del club han sido las primas y no la coherencia en el plano deportivo. En el institucional cada promesa incumplida se tapaba con otra todavía más gorda... Y sin terminar una ciudad deportiva todavía de forma incomprensible soltamos una bomba en un pueblo del Aljarafe... Una bomba que tiene la misma onda expansiva que un petardillo para menores de 3 años.
Y todo desde un lugar que pasará a la historia por ser lo que dicen que era y que se negaban a reconocer. Y no, no hablo del Campo del Betis, hablo de mucho más lejos... en un barrio sevillano. De allí, en lo más profundo de una marmólea imitación de bunker, el Betis ha estado supuestamente dirigido. Las estériles patas de esa dirección descansaban sobre tacos tan débiles como Momparlet, como León o como todo un consejo que a cada golpe de modernidad se daban de frente con las risas enlatadas provenientes de ese barrio que antes hablábamos.
Pero, y los béticos??? Esos quién son??? Parecieron ser criaturitas, clientes del corte inglés, inquilinos y casi vecinos de un portal al que nadie puede entrar a ponerle precio, pues precisamente el dueño de la mitad de los pisos no da los pasos adecuados. Y siguen ahí, miles y miles de béticos, una afición que para sí la quisieran casi el 100% de los equipos del mundo. Fiel, sufridora, callada, bulliciosa, que sigue al equipo donde haga falta, que saca de sus entrañas el manquepierda y que quiere ser del Betis porque el Betis los eligió a ellos.
Quién cuida de esos béticos??? Loperistas, Antiloperistas, ni lo uno ni lo otro??? Son todos béticos enfrentados porque no hay futuro. Si el futuro pasa por el negocio de un señor no hay futuro. Si el beticismo de un señor se traduce en reventar su caja de caudales no hay futuro. El futuro pasa por el sacrificio. El real y no las 25 horas dedicadas supuestamente al Betis. No, el sacrificio pasa por tener la suficiente inteligencia para delegar en gente todavía más inteligente que uno mismo. El sacrificio está en salir con la cara alta ante los desastres y no apropiarse cual Golum de los éxitos. El sacrificio está en no enfrentar más a esta maravillosa afición sacando de ella demonios que tardarán años en volver a la más profunda de las cuevas.
No me cabe duda de que ese sacrificio es demasiado pequeño para enfrentarse al ego hecho persona. Pero es una simple opinión personal. Mientras, seguimos en la política deportiva de las primas, en la negación del pasado, en la oscuridad del futuro, en que los detalles sólo sirven para hacer gastos y que todo el que no piense igual que el consejo... o sea, que el consejero delegado, es un destructor. Porque recuerdo, señores, que así, más o menos así empezó todo. No es sólo que los que dicen ser antiloperistas consideren loperistas a los que no piensan como ellos, que es una generalización absurda, sino fue primero que quien no estuviese con el hombre estaba contra él.
Mientras, los béticos hacemos lo que podemos dentro de esta desconfianza que hace que no acabemos de encontrar al Betis. Pero no sólo al nuestro, al de todos. Pero cuando antes un paso adelante era motivo de alegría, ahora cualquiera que dé un paso adelante, tiene que haber dado tres atrás porque es incomprendido por la mitad de los béticos. Dónde está mi Betis???
Por todo esto ni loperistas, ni antiloperistas, ni lo uno ni lo otro.
Ni loperistas, ni antiloperistas, Ni lo uno ni lo otro...
Diós, mi Betis, dónde está mi Betis???
No es normal lo que nos está sucediendo. Como presentación, para neófitos y para refrendarme, no estoy de acuerdo con la gestión de Ruiz desde hace ya varios años. Como no estoy de acuerdo siempre he propugnado ofrecer ideas dentro de las posiblidades y conductos adecuados para mejorar todo aquello que considere que no es correcto. Igualmente, si he considerado alguna vez que esa incorrección ha ido más allá que el simple fallo dentro de la buena voluntad, he apoyado las medidas oportunas para salvaguardar los intereses de los señores accionistas y por extensión, abonados y simpatizantes del Real Betis Balompié.
Y no es normal. Desde hace años vivimos dentro de una leyenda que nos inculcaron a base de cincel y martillo. Una leyenda que habla de salvadores y de traidores. Pero una leyenda que cada día que pasa tiene más sombras que luces, más voces que a la sombra de otros que han arriesgado su patrimonio y sus nombres por la idea de Betis que mamaron, han decidido dar el paso y contar que todo lo que parecía de color (de rosa no) de verde no lo fue tanto.
Lejos de saber amoldarse a esa situación sacando la nave bética de los bajíos del pasado en forma de 92 arrecifes, nuestro estimado consejo se encayó definitivamente. Desde entonces, la política más movida del club han sido las primas y no la coherencia en el plano deportivo. En el institucional cada promesa incumplida se tapaba con otra todavía más gorda... Y sin terminar una ciudad deportiva todavía de forma incomprensible soltamos una bomba en un pueblo del Aljarafe... Una bomba que tiene la misma onda expansiva que un petardillo para menores de 3 años.
Y todo desde un lugar que pasará a la historia por ser lo que dicen que era y que se negaban a reconocer. Y no, no hablo del Campo del Betis, hablo de mucho más lejos... en un barrio sevillano. De allí, en lo más profundo de una marmólea imitación de bunker, el Betis ha estado supuestamente dirigido. Las estériles patas de esa dirección descansaban sobre tacos tan débiles como Momparlet, como León o como todo un consejo que a cada golpe de modernidad se daban de frente con las risas enlatadas provenientes de ese barrio que antes hablábamos.
Pero, y los béticos??? Esos quién son??? Parecieron ser criaturitas, clientes del corte inglés, inquilinos y casi vecinos de un portal al que nadie puede entrar a ponerle precio, pues precisamente el dueño de la mitad de los pisos no da los pasos adecuados. Y siguen ahí, miles y miles de béticos, una afición que para sí la quisieran casi el 100% de los equipos del mundo. Fiel, sufridora, callada, bulliciosa, que sigue al equipo donde haga falta, que saca de sus entrañas el manquepierda y que quiere ser del Betis porque el Betis los eligió a ellos.
Quién cuida de esos béticos??? Loperistas, Antiloperistas, ni lo uno ni lo otro??? Son todos béticos enfrentados porque no hay futuro. Si el futuro pasa por el negocio de un señor no hay futuro. Si el beticismo de un señor se traduce en reventar su caja de caudales no hay futuro. El futuro pasa por el sacrificio. El real y no las 25 horas dedicadas supuestamente al Betis. No, el sacrificio pasa por tener la suficiente inteligencia para delegar en gente todavía más inteligente que uno mismo. El sacrificio está en salir con la cara alta ante los desastres y no apropiarse cual Golum de los éxitos. El sacrificio está en no enfrentar más a esta maravillosa afición sacando de ella demonios que tardarán años en volver a la más profunda de las cuevas.
No me cabe duda de que ese sacrificio es demasiado pequeño para enfrentarse al ego hecho persona. Pero es una simple opinión personal. Mientras, seguimos en la política deportiva de las primas, en la negación del pasado, en la oscuridad del futuro, en que los detalles sólo sirven para hacer gastos y que todo el que no piense igual que el consejo... o sea, que el consejero delegado, es un destructor. Porque recuerdo, señores, que así, más o menos así empezó todo. No es sólo que los que dicen ser antiloperistas consideren loperistas a los que no piensan como ellos, que es una generalización absurda, sino fue primero que quien no estuviese con el hombre estaba contra él.
Mientras, los béticos hacemos lo que podemos dentro de esta desconfianza que hace que no acabemos de encontrar al Betis. Pero no sólo al nuestro, al de todos. Pero cuando antes un paso adelante era motivo de alegría, ahora cualquiera que dé un paso adelante, tiene que haber dado tres atrás porque es incomprendido por la mitad de los béticos. Dónde está mi Betis???
Por todo esto ni loperistas, ni antiloperistas, ni lo uno ni lo otro.
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