GERARDO TORRES
SEVILLA. Los consejeros consultados ayer por este periódico no querían entrar en el asunto. Estaban completamente desconcertados por lo que había sucedido el martes por la noche, pues no entendían la razón de ser de la reunión a la que habían sido convocados y se negaban a creer realmente que Manuel Ruiz de Lopera le diera alguna importancia a un asunto que, con la que está cayendo, es ciertamente menor. Uno de los consejeros llegó a decirle al máximo accionista que aquello era «una memez» y que ya estaba cansado de perder el tiempo con reuniones inútiles.
Ruiz de Lopera había llamado a sus consejeros para que acudieran a su despacho a las diez de la noche para tratar un asunto importante, y allá que acudieron muchos de ellos -hubo algunas ausencias-, intrigados por la sorpresiva y misteriosa citación. Una vez reunidos, Lopera dejó boquiabiertos a los presentes. Quiso que todos escucharan una grabación, fechada al parecer en enero, en la que se reconocía la voz del ex comisionado del Centenario Julián García de la Borbolla comentando con algunos de sus colaboradores cómo a su parecer estaba torpedeando Lopera la organización del Centenario, proponiendo al mismo tiempo una acción autónoma de la comisión y la idea de intentar colocar al frente de la Federación de Peñas Béticas a uno de los hombres de su círculo para poder contrarrestar el poder omnímodo del ex presidente en el club. No merece la pena explicar más.
A los asistentes a la reunión les pareció una cuestión intrascendente. Al fin y al cabo se escuchaba a un ex miembro del Centenario sin fuerza accionarial exponer unas ideas contrarias a la dirección del club, pero para eso basta en estos días con pasarse por cualquier tertulia de bar o de oficina. Sin embargo, Lopera estaba indignado y destacaba que desde la comisión se había urdido un plan «para intentar derrocarle» (sic). La reunión se alargó hasta las dos de la mañana y algunos consejeros trataron de hacerle ver al máximo accionista que hay que darle un giro al Betis para adaptarse a los nuevos tiempos, a lo que Lopera contestó que primero hay que salvarse. Los miembros consultados por ABC, sin embargo, coincidieron en afirmar que el martes, más que nunca, comprobaron que el que manda está muy lejos de la realidad que vive el Betis y que el futuro que espera no es nada alentador.
SEVILLA. Los consejeros consultados ayer por este periódico no querían entrar en el asunto. Estaban completamente desconcertados por lo que había sucedido el martes por la noche, pues no entendían la razón de ser de la reunión a la que habían sido convocados y se negaban a creer realmente que Manuel Ruiz de Lopera le diera alguna importancia a un asunto que, con la que está cayendo, es ciertamente menor. Uno de los consejeros llegó a decirle al máximo accionista que aquello era «una memez» y que ya estaba cansado de perder el tiempo con reuniones inútiles.
Ruiz de Lopera había llamado a sus consejeros para que acudieran a su despacho a las diez de la noche para tratar un asunto importante, y allá que acudieron muchos de ellos -hubo algunas ausencias-, intrigados por la sorpresiva y misteriosa citación. Una vez reunidos, Lopera dejó boquiabiertos a los presentes. Quiso que todos escucharan una grabación, fechada al parecer en enero, en la que se reconocía la voz del ex comisionado del Centenario Julián García de la Borbolla comentando con algunos de sus colaboradores cómo a su parecer estaba torpedeando Lopera la organización del Centenario, proponiendo al mismo tiempo una acción autónoma de la comisión y la idea de intentar colocar al frente de la Federación de Peñas Béticas a uno de los hombres de su círculo para poder contrarrestar el poder omnímodo del ex presidente en el club. No merece la pena explicar más.
A los asistentes a la reunión les pareció una cuestión intrascendente. Al fin y al cabo se escuchaba a un ex miembro del Centenario sin fuerza accionarial exponer unas ideas contrarias a la dirección del club, pero para eso basta en estos días con pasarse por cualquier tertulia de bar o de oficina. Sin embargo, Lopera estaba indignado y destacaba que desde la comisión se había urdido un plan «para intentar derrocarle» (sic). La reunión se alargó hasta las dos de la mañana y algunos consejeros trataron de hacerle ver al máximo accionista que hay que darle un giro al Betis para adaptarse a los nuevos tiempos, a lo que Lopera contestó que primero hay que salvarse. Los miembros consultados por ABC, sin embargo, coincidieron en afirmar que el martes, más que nunca, comprobaron que el que manda está muy lejos de la realidad que vive el Betis y que el futuro que espera no es nada alentador.
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