A día de hoy constituye la única esperanza de los béticos, el único motivo por el que muchos todavía no hemos arrojado la toalla, la posibilidad de que el Sr. Lopera salga del Betis no con los pies por delante, sino con las manos por detrás (esposado).
Desde que a comienzos del 2007 se fundara PNB en la mítica reunión de la sala Q, y casi desde el mismo día de su fundación se dijera, alto, claro y sin miedo que no iba a temblar el pulso a la hora de acudir al Juzgado en defensa de los derechos de los accionistas de nuestro RBB, algo empezó a cambiar, se pudo comenzar a vislumbrar una luz al final del túnel: Si Manolo no quería soltar su juguete, PNB iba a hacer no sólo que lo soltara, sino que lamentara cada día del resto de su vida habernos engañado.
Y que a nadie le quepa duda sobre que si no es por el ímprobo trabajo de los “niños” de PNB, quizá a día de hoy Manolo no estaría enfrascado en un proceso judicial de incierto futuro para él y sus cómplices, y desde luego continuaría con el desvío de fondos en beneficio de sus empresas al que venía sometiendo a nuestra entidad. Que a nadie le quepa duda de que si hoy en una junta de accionistas nos chillan es porque les obligamos a cumplir con la ley, a darnos información, cosa que por sorprendente que parezca no pasaba antes de 2007, no pasaba hasta que mediante sentencia judicial PNB obligó al consejo a hacerlo.
Por eso resulta gracioso cuando desde sectores de la prensa sevillana, o incluso desde dentro del propio beticismo se dice ¿Cuál es la alternativa de PNB?, ¿Qué salida ofrece PNB? Puesto que la respuesta es la misma desde el 2007: solución judicial, que salga con las manos por detrás, la única solución posible para el beticismo de base, la única en que autónomamente y sin intermediarios podemos ganarnos el futuro.
A los desconfiados, a los reticentes que hablan de dinosaurios, a aquellos a los que les cuesta depositar la confianza de algo suyo (y crean que el Betis lo es) en terceras personas, y sobre todo a aquellos que después de conocer las últimas revelaciones sobre la infamia del 92 sencillamente no se fían de nadie, tenemos que decirles, que qué mejor que la transición sea supervisada, tutelada y guiada desde el Juzgado, a través bien de una intervención, bien de una administración judicial.
A los impacientes, bueno todo el mundo sabe que la justicia es lenta, pero al menos en nuestro caso, tenemos que agradecerle dos cuestiones que se han puesto de manifiesto a través del proceso judicial “los niños” de PNB, a saber:
- Que el Sr. Lopera ha utilizado al RBB como medio de vida durante todos estos años, lucrándose de manera notoria con su control.
- Que la leyenda del 92 era un cúmulo de farsa y mentira en el que se perpetró el mayor atraco del fútbol español.
Sólo por esas certezas que son ya de absoluto conocimiento por parte del beticismo, ya habría merecido la pena la lucha de los “niños” de PNB, pero es que además este proceso, para algunos tan largo, concluirá en su día con la salida del hasta ahora máximo accionista de nuestra entidad, cuestión sobre la que los “niños” de PNB no tienen la más mínima duda; y en ese momento los béticos nos libraremos del pecado original del 92 y daremos ejemplo de cómo una afición seria, responsable y preparada puede, sin necesidad de mecenas, salvapatrias, potentados o hacendados más o menos lustrosos, liberarse del yugo que nos aflige, como hombres libres, como adultos responsables.
Gracias a ese ejercicio de coraje y responsabilidad por parte de los béticos de base, absolutamente novedoso en el fútbol español, los béticos, que perdimos nuestro pasado entregados a salvadores y caudillos de baja estofa, vamos a ganarnos nuestro futuro, que será prometedor, porque sin duda tenemos un camino que conduce a una estrella.
Desde que a comienzos del 2007 se fundara PNB en la mítica reunión de la sala Q, y casi desde el mismo día de su fundación se dijera, alto, claro y sin miedo que no iba a temblar el pulso a la hora de acudir al Juzgado en defensa de los derechos de los accionistas de nuestro RBB, algo empezó a cambiar, se pudo comenzar a vislumbrar una luz al final del túnel: Si Manolo no quería soltar su juguete, PNB iba a hacer no sólo que lo soltara, sino que lamentara cada día del resto de su vida habernos engañado.
Y que a nadie le quepa duda sobre que si no es por el ímprobo trabajo de los “niños” de PNB, quizá a día de hoy Manolo no estaría enfrascado en un proceso judicial de incierto futuro para él y sus cómplices, y desde luego continuaría con el desvío de fondos en beneficio de sus empresas al que venía sometiendo a nuestra entidad. Que a nadie le quepa duda de que si hoy en una junta de accionistas nos chillan es porque les obligamos a cumplir con la ley, a darnos información, cosa que por sorprendente que parezca no pasaba antes de 2007, no pasaba hasta que mediante sentencia judicial PNB obligó al consejo a hacerlo.
Por eso resulta gracioso cuando desde sectores de la prensa sevillana, o incluso desde dentro del propio beticismo se dice ¿Cuál es la alternativa de PNB?, ¿Qué salida ofrece PNB? Puesto que la respuesta es la misma desde el 2007: solución judicial, que salga con las manos por detrás, la única solución posible para el beticismo de base, la única en que autónomamente y sin intermediarios podemos ganarnos el futuro.
A los desconfiados, a los reticentes que hablan de dinosaurios, a aquellos a los que les cuesta depositar la confianza de algo suyo (y crean que el Betis lo es) en terceras personas, y sobre todo a aquellos que después de conocer las últimas revelaciones sobre la infamia del 92 sencillamente no se fían de nadie, tenemos que decirles, que qué mejor que la transición sea supervisada, tutelada y guiada desde el Juzgado, a través bien de una intervención, bien de una administración judicial.
A los impacientes, bueno todo el mundo sabe que la justicia es lenta, pero al menos en nuestro caso, tenemos que agradecerle dos cuestiones que se han puesto de manifiesto a través del proceso judicial “los niños” de PNB, a saber:
- Que el Sr. Lopera ha utilizado al RBB como medio de vida durante todos estos años, lucrándose de manera notoria con su control.
- Que la leyenda del 92 era un cúmulo de farsa y mentira en el que se perpetró el mayor atraco del fútbol español.
Sólo por esas certezas que son ya de absoluto conocimiento por parte del beticismo, ya habría merecido la pena la lucha de los “niños” de PNB, pero es que además este proceso, para algunos tan largo, concluirá en su día con la salida del hasta ahora máximo accionista de nuestra entidad, cuestión sobre la que los “niños” de PNB no tienen la más mínima duda; y en ese momento los béticos nos libraremos del pecado original del 92 y daremos ejemplo de cómo una afición seria, responsable y preparada puede, sin necesidad de mecenas, salvapatrias, potentados o hacendados más o menos lustrosos, liberarse del yugo que nos aflige, como hombres libres, como adultos responsables.
Gracias a ese ejercicio de coraje y responsabilidad por parte de los béticos de base, absolutamente novedoso en el fútbol español, los béticos, que perdimos nuestro pasado entregados a salvadores y caudillos de baja estofa, vamos a ganarnos nuestro futuro, que será prometedor, porque sin duda tenemos un camino que conduce a una estrella.
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