Estilo Lopera
Jueves, 31 de Diciembre de 2009 12:37
Por Nacho González
Puestos a ser educados y no caer en el juego orquestado por Lopera, la Junta de 2009 me volvió a causar estupor y horror. Lo primero porque, iluso de mí, había pensado que el máximo accionista se dio cuenta el pasado año de lo innecesario que resulta montar un ‘numerito’ contra quienes osan contradecirle para sacar las cuentas adelante. Y lo segundo, porque uno comprueba como al Betis lo están llevando a la muerte. Otro calificativo muy apropiado para explicar las formas de comportarse de Lopera y su séquito es vergüenza. Porque al final es la imagen de 102 años de historia deteriorada hasta el suelo, por culpa de un ditero que vive asustado y acomplejado, preso del pánico cada vez que uno de los dos hombres (hermanos Cuéllar) instruidos y en proceso de hacerle pasar un futuro poco halagüeño, subían al púlpito a mostrar sus pensamientos. Con ello no quiero desmerecer, en absoluto, el enorme trabajo de todos los béticos que han puesto, y siguen poniendo, su granito de arena en pos de conocer la realidad real de este Betis, valga la redundancia.
Acordarse de nuevo de un ilustre bético que ya no está entre nosotros, es sinónimo de poca clase y falta de educación (por mantener la compostura). Más que nada porque no está presente para defenderse. Pero ya no sólo eso. Encararse con un socio y accionista, hasta el punto de devolverle su carné de malas formas, nos lleva a pensar en la nula capacidad de asumir su situación. Para Lopera someterse a la Junta es algo parecido al dilema entre Jesucristo y Barrabás, con la salvedad de que siendo este segundo tiene la seguridad de salir siempre ganador.
En cualquier caso, Lopera da vergüenza; el Betis, también; y lo que es peor, nadie sabe cómo poner freno a esta sangría porque el primero vive así muy a gusto, mientras el segundo se desangra por dentro.
P.D: No se debe confundir el estilo Lopera con el estilo Betis, pero por desgracia ahora mismo (y desde hace 17 años) es su máxima representación.
Jueves, 31 de Diciembre de 2009 12:37
Por Nacho González
Puestos a ser educados y no caer en el juego orquestado por Lopera, la Junta de 2009 me volvió a causar estupor y horror. Lo primero porque, iluso de mí, había pensado que el máximo accionista se dio cuenta el pasado año de lo innecesario que resulta montar un ‘numerito’ contra quienes osan contradecirle para sacar las cuentas adelante. Y lo segundo, porque uno comprueba como al Betis lo están llevando a la muerte. Otro calificativo muy apropiado para explicar las formas de comportarse de Lopera y su séquito es vergüenza. Porque al final es la imagen de 102 años de historia deteriorada hasta el suelo, por culpa de un ditero que vive asustado y acomplejado, preso del pánico cada vez que uno de los dos hombres (hermanos Cuéllar) instruidos y en proceso de hacerle pasar un futuro poco halagüeño, subían al púlpito a mostrar sus pensamientos. Con ello no quiero desmerecer, en absoluto, el enorme trabajo de todos los béticos que han puesto, y siguen poniendo, su granito de arena en pos de conocer la realidad real de este Betis, valga la redundancia.
Acordarse de nuevo de un ilustre bético que ya no está entre nosotros, es sinónimo de poca clase y falta de educación (por mantener la compostura). Más que nada porque no está presente para defenderse. Pero ya no sólo eso. Encararse con un socio y accionista, hasta el punto de devolverle su carné de malas formas, nos lleva a pensar en la nula capacidad de asumir su situación. Para Lopera someterse a la Junta es algo parecido al dilema entre Jesucristo y Barrabás, con la salvedad de que siendo este segundo tiene la seguridad de salir siempre ganador.
En cualquier caso, Lopera da vergüenza; el Betis, también; y lo que es peor, nadie sabe cómo poner freno a esta sangría porque el primero vive así muy a gusto, mientras el segundo se desangra por dentro.
P.D: No se debe confundir el estilo Lopera con el estilo Betis, pero por desgracia ahora mismo (y desde hace 17 años) es su máxima representación.