Una de las mayores exageraciones, por no decir directamente mentiras, que se viene escuchando en estos últimos diecisiete años es que Lopera es un gran negociador. Esto es, como mínimo, una enorme distorsión de la realidad, al menos en lo que al Betis, Real Betis Balompié se refiere. No voy a negar ni a quitar méritos a un hombre que ha llegado a ser millonario empezando desde cero, pues este dato implica que dotes como hombre de negocios debe poseer, sin duda. Sin embargo, en su gestión al frente de nuestro club en estos diecisiete años ha habido momentos o situaciones en los que esas grandes dotes para los negocios, esa gran capacidad de negociación tan promulgada por muchos durante este tiempo, se han visto seriamente dañadas por operaciones y/o posturas que han supuesto a la Entidad indudables fracasos comerciales y financieros.
¿O no es un fracaso comercial y/o financiero que el “gran negociador” haya tenido que devolver a sus legítimos dueños más de mil y más de dos mil acciones de las que se había apropiado durante años indebidamente?
Vamos a obviar que se están investigando actualmente los indicios que apuntan que las acciones que pertenecen al “gran negociador” no salieron de sus cuentas bancarias sino de las del Betis, Real Betis Balompié. Si esto se probara sería un fracaso financiero y comercial, a parte, por supuesto, de un delito y un robo al Betis en toda regla.
Teniendo en cuenta que está al frente de una Sociedad Anónima Deportiva, ¿es o no un fracaso comercial y/o financiero el hecho de que haya dirigido al club, no una ni dos, sino tres veces hacia un descenso de categoría deportiva? Pues a nadie se le escapa que el descenso supone una pérdida de ingresos y de capital, lo que revierte en el rendimiento económico – financiero de la entidad. Un gran negociador debería aprender de sus errores en la gestión y dirección de un club deportivo para evitar que se repitan cíclicamente los fracasos referidos y esto no ha ocurrido con el Betis. A la vista está donde nos encontramos a día de hoy.
¿No fue un fracaso comercial y/o financiero, aparte de deportivo, el fichaje del inefable Denilson? Un jugador por el que se pagó en su momento la cifra récord por un futbolista en la historia (según el propio Lopera) y que luego aportó bien poco tanto deportiva como económicamente pues se vendió por una cantidad infinitamente menor. Resaltar que el caso Denilson ha sido el más sonoro y evidente, pero si nos fijamos en los fichajes, jugador por jugador, la inmensa mayoría le costaron al Betis, mucho más de lo que después se sacó por su venta a otros equipos. Algunos se regalaron y otros no han salido del club en años porque no los quería ningún equipo por su alta ficha.
¿No sería lógico pensar que un gran negociador debería haber cuidado los contactos y los intereses del club con los distintos estamentos federativos del fútbol español? A día de hoy las relaciones con las distintas entidades LFP, FEF, AFE, y los distintos comités de justicia deportiva son malas tirando a horribles, por no decir inexistentes o absolutamente negativas para el Betis, Real Betis Balompié.
¿Es acaso de gran gestor, de gran negociador, de gran hombre de negocios presentar durante varios años seguidos déficit en las cuentas del club o permitir una deuda de decenas de millones de euros que, además, se incrementa temporada a temporada?
Algunos dirán que en estos años también ha habido negociaciones positivas, es cierto. Pero también es cierto que solo se han mencionado algunas de las situaciones más evidentes de lo que no debiera hacer un gran negociador y que, sin embargo, han ocurrido. Se podría hablar también de las fallidas negociaciones para acabar la obra del estadio, las horrorosas negociaciones con los distintos organismos públicos (ayuntamiento, diputación, Junta, etc), las repetidas negociaciones para varias ciudades deportivas (Bermejales, Guillena, ¿Benacazón?) y así otras muchas operaciones infructuosas y fracasadas.
A día de hoy los números, las cuentas del club, están en rojo, bajo cero y cayendo en picado. Además existen serios indicios, que actualmente se investigan, de la derivación de fondos y capital del Betis, Real Betis Balompié hacia empresas de Lopera, lo cual hablaría por sí solo del “gran negociador”.
Quizás, desde mi desconocimiento de todos los temas económico-empresarial-financieros todo lo expuesto anteriormente signifique una gran gestión, pero dentro de mi ignorancia, a mí me parece que o bien podríamos no estar hablando de un “gran negociador”, o bien podríamos estar hablando de un “gran *********”.
¿O no es un fracaso comercial y/o financiero que el “gran negociador” haya tenido que devolver a sus legítimos dueños más de mil y más de dos mil acciones de las que se había apropiado durante años indebidamente?
Vamos a obviar que se están investigando actualmente los indicios que apuntan que las acciones que pertenecen al “gran negociador” no salieron de sus cuentas bancarias sino de las del Betis, Real Betis Balompié. Si esto se probara sería un fracaso financiero y comercial, a parte, por supuesto, de un delito y un robo al Betis en toda regla.
Teniendo en cuenta que está al frente de una Sociedad Anónima Deportiva, ¿es o no un fracaso comercial y/o financiero el hecho de que haya dirigido al club, no una ni dos, sino tres veces hacia un descenso de categoría deportiva? Pues a nadie se le escapa que el descenso supone una pérdida de ingresos y de capital, lo que revierte en el rendimiento económico – financiero de la entidad. Un gran negociador debería aprender de sus errores en la gestión y dirección de un club deportivo para evitar que se repitan cíclicamente los fracasos referidos y esto no ha ocurrido con el Betis. A la vista está donde nos encontramos a día de hoy.
¿No fue un fracaso comercial y/o financiero, aparte de deportivo, el fichaje del inefable Denilson? Un jugador por el que se pagó en su momento la cifra récord por un futbolista en la historia (según el propio Lopera) y que luego aportó bien poco tanto deportiva como económicamente pues se vendió por una cantidad infinitamente menor. Resaltar que el caso Denilson ha sido el más sonoro y evidente, pero si nos fijamos en los fichajes, jugador por jugador, la inmensa mayoría le costaron al Betis, mucho más de lo que después se sacó por su venta a otros equipos. Algunos se regalaron y otros no han salido del club en años porque no los quería ningún equipo por su alta ficha.
¿No sería lógico pensar que un gran negociador debería haber cuidado los contactos y los intereses del club con los distintos estamentos federativos del fútbol español? A día de hoy las relaciones con las distintas entidades LFP, FEF, AFE, y los distintos comités de justicia deportiva son malas tirando a horribles, por no decir inexistentes o absolutamente negativas para el Betis, Real Betis Balompié.
¿Es acaso de gran gestor, de gran negociador, de gran hombre de negocios presentar durante varios años seguidos déficit en las cuentas del club o permitir una deuda de decenas de millones de euros que, además, se incrementa temporada a temporada?
Algunos dirán que en estos años también ha habido negociaciones positivas, es cierto. Pero también es cierto que solo se han mencionado algunas de las situaciones más evidentes de lo que no debiera hacer un gran negociador y que, sin embargo, han ocurrido. Se podría hablar también de las fallidas negociaciones para acabar la obra del estadio, las horrorosas negociaciones con los distintos organismos públicos (ayuntamiento, diputación, Junta, etc), las repetidas negociaciones para varias ciudades deportivas (Bermejales, Guillena, ¿Benacazón?) y así otras muchas operaciones infructuosas y fracasadas.
A día de hoy los números, las cuentas del club, están en rojo, bajo cero y cayendo en picado. Además existen serios indicios, que actualmente se investigan, de la derivación de fondos y capital del Betis, Real Betis Balompié hacia empresas de Lopera, lo cual hablaría por sí solo del “gran negociador”.
Quizás, desde mi desconocimiento de todos los temas económico-empresarial-financieros todo lo expuesto anteriormente signifique una gran gestión, pero dentro de mi ignorancia, a mí me parece que o bien podríamos no estar hablando de un “gran negociador”, o bien podríamos estar hablando de un “gran *********”.
Comentario