Fraude al Betis
Ruiz de Lopera acusa ahora a la juez de frustar la venta del Betis al grupo Bsport
Antonio Félix | Sevilla
Actualizado viernes 23/10/2009 10:50 horas
Lopera no vendió sus acciones del Betis al grupo Bsport por culpa de la juez Mercedes Alaya. Ésta es la sorprendente acusación del abogado de Lopera lanzada durante el proceso por los presuntos delito societario y de apropiación indebida cometidos en el Betis, que investiga el juzgado de Instrucción 6 de Sevilla.
Rebobinemos: La cosa comenzó en el verano de 2008 como un chiste: ‘Van un gerente de una empresa de autobuses que no pagaba a sus chóferes, un empleado de banca, un abogado de poca monta y un anticuario jubilado y compran el Betis’.
Lopera los presentó en sociedad como «béticos de una seriedad importantísima y una solvencia muy grande», que le iban a comprar sus acciones por 60 millones de euros, 10 de los cuales habrían adelantado como señal a fondo perdido. El dirigente verdiblanco firmó un supuesto acuerdo y, como prueba, en las hemerotecas queda una «histórica fotografía» del momento en el ya extinto periódico oficial del club.
Seis meses después, sin embargo, ya no había trato. Lopera arguyó que no encontraba «los historiales bancarios» de estos tipos, que pasaron del palco a dormir el sueño de los justos. En una emisora de radio, Lopera disminuyó la señal perdida por los Bsport de 10 millones a 250.000 euros.
Por medio, se abrió el proceso por el presunto delito societario en el Juzgado de Instrucción 6. La investigación pronto condujo a la juez Alaya a dudar sobre la propiedad legal de Lopera de buena parte de sus acciones. Qué menos entonces, debió pensar, que investigar a ese peripatético grupete que iba a pagar 60 millones por unas acciones cuya titularidad no estaba nada clara. La juez ordenó las oportunas diligencias.
Bien, hoy sabemos que esa meticulosidad de la juez ahuyentó a los solventes-insolventes (depende del momento) personajes de Bsport. Al menos, para quien desee creer la versión de José María Calero, uno de los abogados de Lopera y sus testaferros en el proceso por el delito societario.
En uno de sus últimos recursos de apelación, Calero (representante del bufete Montero-Aramburu) lamentaba la «investigación patrimonial sobre particulares y empresarios (?) interesados en la compra del paquete mayoritario del Betis (Bsport)» que realizó la Guardia Civil.
Lo cierto es que fue apenas una aproximación, porque poco tardaron los agentes en comprobar la baja envergadura de los presuntos compradores. Sin embargo, pese a que «meses después la Sala dejaba sin efecto esa ampliación», las consecuencias resultaron devastadoras.
«Quienes promovieron aquella investigación ya habían conseguido su objetivo: la operación de venta se había abortado», relata el letrado, que reclama a la juez «reconducir las actuaciones a un mínimo de rigor y sensatez para evitar que continúen los graves perjuicios personales, familiares y económicos tan injustificadamente ocasionados a mi representado».
Ésta es una de las increíbles acusaciones de la defensa hacia la juez, pero no las más grave. A lo largo de sus recursos, y en un tono durísimo, Calero no repara en gastos. Incluso llega a comparar el sistema de Alaya con «las inquisiciones medievales». También le reprocha que se deje llevar por «la prensa».
Calero está ejerciendo una feroz crítica en privado a la juez Alaya. De la pública se encargó el directivo del Betis y abogado personal de Lopera, Jaime Rodríguez Sacristán.
Cuando la magistrada amplió el presunto delito como continuado (evitando así su prescripción), Sacristán ironizó: «No va a tener tiempo para ningún caso más». Eso fue antes de que la juez Alaya iniciara la instrucción del caso Mercasevilla y de la censura a Foxá.
NO SE PUEDE TENER MAS CARA, INCREIBLE...QUE SERA LO PROXIMO...
Ruiz de Lopera acusa ahora a la juez de frustar la venta del Betis al grupo Bsport
Antonio Félix | Sevilla
Actualizado viernes 23/10/2009 10:50 horas
Lopera no vendió sus acciones del Betis al grupo Bsport por culpa de la juez Mercedes Alaya. Ésta es la sorprendente acusación del abogado de Lopera lanzada durante el proceso por los presuntos delito societario y de apropiación indebida cometidos en el Betis, que investiga el juzgado de Instrucción 6 de Sevilla.
Rebobinemos: La cosa comenzó en el verano de 2008 como un chiste: ‘Van un gerente de una empresa de autobuses que no pagaba a sus chóferes, un empleado de banca, un abogado de poca monta y un anticuario jubilado y compran el Betis’.
Lopera los presentó en sociedad como «béticos de una seriedad importantísima y una solvencia muy grande», que le iban a comprar sus acciones por 60 millones de euros, 10 de los cuales habrían adelantado como señal a fondo perdido. El dirigente verdiblanco firmó un supuesto acuerdo y, como prueba, en las hemerotecas queda una «histórica fotografía» del momento en el ya extinto periódico oficial del club.
Seis meses después, sin embargo, ya no había trato. Lopera arguyó que no encontraba «los historiales bancarios» de estos tipos, que pasaron del palco a dormir el sueño de los justos. En una emisora de radio, Lopera disminuyó la señal perdida por los Bsport de 10 millones a 250.000 euros.
Por medio, se abrió el proceso por el presunto delito societario en el Juzgado de Instrucción 6. La investigación pronto condujo a la juez Alaya a dudar sobre la propiedad legal de Lopera de buena parte de sus acciones. Qué menos entonces, debió pensar, que investigar a ese peripatético grupete que iba a pagar 60 millones por unas acciones cuya titularidad no estaba nada clara. La juez ordenó las oportunas diligencias.
Bien, hoy sabemos que esa meticulosidad de la juez ahuyentó a los solventes-insolventes (depende del momento) personajes de Bsport. Al menos, para quien desee creer la versión de José María Calero, uno de los abogados de Lopera y sus testaferros en el proceso por el delito societario.
En uno de sus últimos recursos de apelación, Calero (representante del bufete Montero-Aramburu) lamentaba la «investigación patrimonial sobre particulares y empresarios (?) interesados en la compra del paquete mayoritario del Betis (Bsport)» que realizó la Guardia Civil.
Lo cierto es que fue apenas una aproximación, porque poco tardaron los agentes en comprobar la baja envergadura de los presuntos compradores. Sin embargo, pese a que «meses después la Sala dejaba sin efecto esa ampliación», las consecuencias resultaron devastadoras.
«Quienes promovieron aquella investigación ya habían conseguido su objetivo: la operación de venta se había abortado», relata el letrado, que reclama a la juez «reconducir las actuaciones a un mínimo de rigor y sensatez para evitar que continúen los graves perjuicios personales, familiares y económicos tan injustificadamente ocasionados a mi representado».
Ésta es una de las increíbles acusaciones de la defensa hacia la juez, pero no las más grave. A lo largo de sus recursos, y en un tono durísimo, Calero no repara en gastos. Incluso llega a comparar el sistema de Alaya con «las inquisiciones medievales». También le reprocha que se deje llevar por «la prensa».
Calero está ejerciendo una feroz crítica en privado a la juez Alaya. De la pública se encargó el directivo del Betis y abogado personal de Lopera, Jaime Rodríguez Sacristán.
Cuando la magistrada amplió el presunto delito como continuado (evitando así su prescripción), Sacristán ironizó: «No va a tener tiempo para ningún caso más». Eso fue antes de que la juez Alaya iniciara la instrucción del caso Mercasevilla y de la censura a Foxá.
NO SE PUEDE TENER MAS CARA, INCREIBLE...QUE SERA LO PROXIMO...
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