http://www.sentirbetico.com/Provocad...-S-A_a801.html
La cantera del Betis lleva tiempo sin dar jugadores de calidad pero la planta noble se han constituido en una verdadera fábrica de comediantes indeseables. El diamante en bruto es Don Manué que sigue desgobernando una nave que hace aguas por todos lados. Sus apariciones públicas son para guardar en el baúl de los bochornos, donde aparece en primera posición ese horrendo vídeo de la salvación que circula por Internet y que, todavía, algunos creen que fue un hecho verídico. Le siguen Pepe León, Castaño, Rufino y el diácono que muestran maneras para seguir convirtiendo en una chirigota lo que debería de ser una institución seria y digna.
En los últimos meses han tomado fuerza dos alumnos aventajados que sirven al dueño del cortijo de manera eficiente aunque para eso tengan que reírse de todos los béticos. Son Manuel Momparlet e Iván Larriba, dos provocadores profesionales que con sus acciones y manifestaciones se mofan de la fiel infantería verdiblanca. El primero, en unas declaraciones recientes, se muestra plenamente satisfecho por el trabajo realizado en la programación de la plantilla, aunque en el equipo existan más porteros que delanteros. Eso se llama planificación. También dice que “todo lo que hace es con buena intención” –sería lo último que ¡lo hiciera queriendo!- y que por ser director deportivo tiene que soportar la cruz de las críticas. Una cruz de madera o de carey, a gusto del personal, es la que llevamos soportando los béticos con los personajes infames que pululan a sus anchas –con muchos derechos y pocas responsabilidades- en el Betis.
Por su parte, el director de incomunicación sigue por la vida en plan estrella, abriendo páginas y blogs en Internet para potenciar su dañada imagen en las que incluye fotos para demostrar lo bético que es –dime de qué presumes y te diré de qué careces- y para meter alguna que otra cuña publicitaria de sus negocios particulares en comunicación e ir preparando el futuro, lo que resulta curioso siendo un asalariado del ****, que diría aquel. Toda una joya. En uno de sus últimos comentarios, pide unidad entre los béticos y se queda tan pancho.
Resulta curioso contemplar como solicita dicha unión, un individuo que se ha encargado de no dejar títere con cabeza, de tirar a dar a quien se dignara a levantar la voz en contra de la gestión de su amo y señor. Larriba tiene una gran virtud: aprende muy pronto y, es por ello, que utiliza con gran destreza las mismas armas que su admirado jefe, es decir, las medias verdades y la confrontación como medio de vida. Recordemos que este chico fue conocido en el mundo periodístico sevillano por un altercado que protagonizó con Benjamín al enseñarle unas fotos de su novia ligerita de ropa en Intervieu. Cada uno maneja su ética profesional como buenamente entiende.
Estamos ante dos personajes con un cinismo y un sarcasmo a prueba de bomba. Dos figurantes que son capaces de hacer y decir lo que sea con tal de agradar al señor de Jabugo. Dos singulares individuos que no conocen la integridad, el honor y la dignidad. Dios los cría y Lopera los junta
JJ Baquin
www.sentirbetico.com
La cantera del Betis lleva tiempo sin dar jugadores de calidad pero la planta noble se han constituido en una verdadera fábrica de comediantes indeseables. El diamante en bruto es Don Manué que sigue desgobernando una nave que hace aguas por todos lados. Sus apariciones públicas son para guardar en el baúl de los bochornos, donde aparece en primera posición ese horrendo vídeo de la salvación que circula por Internet y que, todavía, algunos creen que fue un hecho verídico. Le siguen Pepe León, Castaño, Rufino y el diácono que muestran maneras para seguir convirtiendo en una chirigota lo que debería de ser una institución seria y digna.
En los últimos meses han tomado fuerza dos alumnos aventajados que sirven al dueño del cortijo de manera eficiente aunque para eso tengan que reírse de todos los béticos. Son Manuel Momparlet e Iván Larriba, dos provocadores profesionales que con sus acciones y manifestaciones se mofan de la fiel infantería verdiblanca. El primero, en unas declaraciones recientes, se muestra plenamente satisfecho por el trabajo realizado en la programación de la plantilla, aunque en el equipo existan más porteros que delanteros. Eso se llama planificación. También dice que “todo lo que hace es con buena intención” –sería lo último que ¡lo hiciera queriendo!- y que por ser director deportivo tiene que soportar la cruz de las críticas. Una cruz de madera o de carey, a gusto del personal, es la que llevamos soportando los béticos con los personajes infames que pululan a sus anchas –con muchos derechos y pocas responsabilidades- en el Betis.
Por su parte, el director de incomunicación sigue por la vida en plan estrella, abriendo páginas y blogs en Internet para potenciar su dañada imagen en las que incluye fotos para demostrar lo bético que es –dime de qué presumes y te diré de qué careces- y para meter alguna que otra cuña publicitaria de sus negocios particulares en comunicación e ir preparando el futuro, lo que resulta curioso siendo un asalariado del ****, que diría aquel. Toda una joya. En uno de sus últimos comentarios, pide unidad entre los béticos y se queda tan pancho.
Resulta curioso contemplar como solicita dicha unión, un individuo que se ha encargado de no dejar títere con cabeza, de tirar a dar a quien se dignara a levantar la voz en contra de la gestión de su amo y señor. Larriba tiene una gran virtud: aprende muy pronto y, es por ello, que utiliza con gran destreza las mismas armas que su admirado jefe, es decir, las medias verdades y la confrontación como medio de vida. Recordemos que este chico fue conocido en el mundo periodístico sevillano por un altercado que protagonizó con Benjamín al enseñarle unas fotos de su novia ligerita de ropa en Intervieu. Cada uno maneja su ética profesional como buenamente entiende.
Estamos ante dos personajes con un cinismo y un sarcasmo a prueba de bomba. Dos figurantes que son capaces de hacer y decir lo que sea con tal de agradar al señor de Jabugo. Dos singulares individuos que no conocen la integridad, el honor y la dignidad. Dios los cría y Lopera los junta
JJ Baquin
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