Cada fin de semana, realizo la misma rutina de siempre: me levanto un dia temprano para ir a jugar al fútbol ya sea entre amigos o no y para ello decido enfundarme esa camiseta que tiene algo mas que cualquier otra, aquella que contiene un escudo y mucho mas significado que eso, la camiseta del Real Betis Balompié.
Mi destino suele hacer que yo tenga que coger cualquier transporte para desplazarme, asi que debido a mi juventud y mis ganas, me muevo mediante bicicletas y demás. En estos viajes lógicamente voy con mi camiseta del Real Betis Balompié puesta, indiferente a la situación tan crítica en la que se encuentra mi equipo debido a la malisima gestión que sufre (porque estar en segunda división cuando por historia, masa social y demás no deberiamos olerla...). Raro es el dia en el que yo no tenga ninguna anécdota que contar sobre estos trayectos hacia mi destino... anécdotas en las que cualquier persona (desconozco si coinciden conmigo en cuanto al sentimiento o solo se solidarizan ante el sufrimiento al que estamos sometidos los béticos), siempre me muestra unas palabras de simpatia, de alegria, unas palabras que me hacen reflexionar.
Para mí, el Betis no es una persona, no son unas pocas que forman un consejo de, en teoría, administración, ni 25 jugadores que a día de hoy no están a la altura de defender la camiseta de mi equipo, para mí el Betis no es nada de eso... eso es algo que tiene que formar parte de él, pero para mí el Betis no es nada material, no es objeto de posesión, no son un conjunto de acciones ni nada de eso... el Betis puede ser mucho más que un sentimiento, que un escudo, que una bandera o, mucho más que todo eso... el Betis, reitero, para mí, es algo que forma parte de nosotros y nosotros formamos parte de él, es algo inexplicable, que nos hace felices como también nos puede hacer perder los nervios; el Betis tiene algo que nadie puede ni podrá explicar, algo indescriptible.
Ese Betis, de 102 años de historia y de edad, lleva años sin identidad, pero aun así sigue presente. Ese Betis bendito y maldito, es el que se creó y se fundó, el que se fue inculcando en cada pequeño, el que recibimos en su dia y el que queremos seguir inculcando a las futuras generaciones.
Sinceramente, reflexionando, me pongo a pensar y llego a lo siguiente... ¿cómo puede ser que, estando donde estamos, en una malísima situación institucional, en donde el aliento de los béticos consiguen que el Betis conserve su identidad, cómo puede ser que aun así todavía podamos ver a béticos orgullosos de su equipo? Para mí, la respuesta es obvia, el Betis no lo forman las personas que ya comenté, ni lo es ni mucho menos una sola persona... podemos estar en primera bien o mal, estar en segunda bien o mal... estar o no estar (Dios quiera que esto no pase), pero nadie podrá con esa característica del humilde bético, esa que le hace presumir de sus colores pase lo que pase; y por bético me vengo a referir al que no tiene dinero para tener un carné por muy barato que sea, al que lo tiene, al que sea, al que sea que tenga ese sentimiento, que le duela el Betis como el que más por muchas o pocas posibilidades que tenga de verlo o formar parte de él. El ser bético no se determina por tener un número determinado de acciones, por tener un carné... bético es aquella persona a la que le duele, le alegra, le anima o le entristece.
Hoy me dió que pensar y si, aquellos jugadores que forman parte del Betis dejaron mal el gran nombre de nuestro querido equipo ante el colista de la segunda división, pero ante la indignación y ya la desesperación, los béticos no nos escondemos y siempre estaremos ahí en lo bueno y en lo malo y eso nos distingue muchísimo, eso dice demasiado sobre una afición.
Estaremos cansados, no digo que no, es más, yo no conozco el Betis anterior esta etapa, pero según la historia de nuestro centenario equipo, en peores hemos estado y de peores hemos salido... Con todo esto, termino, puesto que no soy de escribir cosas así ni de extenderme tanto, no me gusta, pero con esto vengo a decir de que, por mucho que estemos sufriendo, el Betis se encuentra en un período de recesión pero que, tras la recesión saldrá adelante y volverá a ser lo que los béticos quieran.
Mi destino suele hacer que yo tenga que coger cualquier transporte para desplazarme, asi que debido a mi juventud y mis ganas, me muevo mediante bicicletas y demás. En estos viajes lógicamente voy con mi camiseta del Real Betis Balompié puesta, indiferente a la situación tan crítica en la que se encuentra mi equipo debido a la malisima gestión que sufre (porque estar en segunda división cuando por historia, masa social y demás no deberiamos olerla...). Raro es el dia en el que yo no tenga ninguna anécdota que contar sobre estos trayectos hacia mi destino... anécdotas en las que cualquier persona (desconozco si coinciden conmigo en cuanto al sentimiento o solo se solidarizan ante el sufrimiento al que estamos sometidos los béticos), siempre me muestra unas palabras de simpatia, de alegria, unas palabras que me hacen reflexionar.
Para mí, el Betis no es una persona, no son unas pocas que forman un consejo de, en teoría, administración, ni 25 jugadores que a día de hoy no están a la altura de defender la camiseta de mi equipo, para mí el Betis no es nada de eso... eso es algo que tiene que formar parte de él, pero para mí el Betis no es nada material, no es objeto de posesión, no son un conjunto de acciones ni nada de eso... el Betis puede ser mucho más que un sentimiento, que un escudo, que una bandera o, mucho más que todo eso... el Betis, reitero, para mí, es algo que forma parte de nosotros y nosotros formamos parte de él, es algo inexplicable, que nos hace felices como también nos puede hacer perder los nervios; el Betis tiene algo que nadie puede ni podrá explicar, algo indescriptible.
Ese Betis, de 102 años de historia y de edad, lleva años sin identidad, pero aun así sigue presente. Ese Betis bendito y maldito, es el que se creó y se fundó, el que se fue inculcando en cada pequeño, el que recibimos en su dia y el que queremos seguir inculcando a las futuras generaciones.
Sinceramente, reflexionando, me pongo a pensar y llego a lo siguiente... ¿cómo puede ser que, estando donde estamos, en una malísima situación institucional, en donde el aliento de los béticos consiguen que el Betis conserve su identidad, cómo puede ser que aun así todavía podamos ver a béticos orgullosos de su equipo? Para mí, la respuesta es obvia, el Betis no lo forman las personas que ya comenté, ni lo es ni mucho menos una sola persona... podemos estar en primera bien o mal, estar en segunda bien o mal... estar o no estar (Dios quiera que esto no pase), pero nadie podrá con esa característica del humilde bético, esa que le hace presumir de sus colores pase lo que pase; y por bético me vengo a referir al que no tiene dinero para tener un carné por muy barato que sea, al que lo tiene, al que sea, al que sea que tenga ese sentimiento, que le duela el Betis como el que más por muchas o pocas posibilidades que tenga de verlo o formar parte de él. El ser bético no se determina por tener un número determinado de acciones, por tener un carné... bético es aquella persona a la que le duele, le alegra, le anima o le entristece.
Hoy me dió que pensar y si, aquellos jugadores que forman parte del Betis dejaron mal el gran nombre de nuestro querido equipo ante el colista de la segunda división, pero ante la indignación y ya la desesperación, los béticos no nos escondemos y siempre estaremos ahí en lo bueno y en lo malo y eso nos distingue muchísimo, eso dice demasiado sobre una afición.
Estaremos cansados, no digo que no, es más, yo no conozco el Betis anterior esta etapa, pero según la historia de nuestro centenario equipo, en peores hemos estado y de peores hemos salido... Con todo esto, termino, puesto que no soy de escribir cosas así ni de extenderme tanto, no me gusta, pero con esto vengo a decir de que, por mucho que estemos sufriendo, el Betis se encuentra en un período de recesión pero que, tras la recesión saldrá adelante y volverá a ser lo que los béticos quieran.