Buenos días.
Me honra sinceramente el nivel de preocupación hacia mi persona que se desprende desde algunos teclados en este otro post (http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?t=57772), pero creo que habría que reconducir el mismo a lo que es su objeto: la constitución formal de la Fundación Heliópolis.
En lo que se refiere a mi persona, ya que se ha citado en dicho post por activa y pasiva, indicar para quien le pueda interesar que mi pertenencia al Patronato constituyente (el Patronato definitivo de 45 personas quedará conformado en fechas muy cercanas) se produce a expreso requerimiento del resto de patronos iniciales y gestora, y mi aceptación obedece a una actitud coherente (o, tal vez, impenitente) de compromiso con todas aquellas iniciativas que entienda objetivamente positivas para el Real Betis Balompié: con el Gabinete del Centenario (hasta mi dimisión formal días después del episodio del busto), con la concentración bajo La Giralda del 11 de Marzo de 2007, con la iniciativa conjunta Otro Betis es Posible del 18J07, con el acto también conjunto Siempre Verdiblancos del 25J07, con la organización a nivel de activismo accionarial de las dos últimas Juntas, con el trabajo técnico relativo a las acciones judiciales emprendidas, con la convocatoria formal y organización del 15J y, por supuesto, con la Asociación de Béticos de Base Por Nuestro Betis y con la Plataforma de Sindicación promovida por dicha Asociación, compromisos ambos que siguen y seguirán vigentes no solo a nivel de pertenencia como asociado y sindicado sino también a nivel de colaboración e implicación con todo aquello que me sea requerido por la Junta Directiva de la Asociación y particularmente por su Presidente, Pepe Tirado.
Conviene recordar que, de una u otra forma, no pocos de estos ámbitos de compromiso y actuación han tenido como nexo común la presencia de determinadas personas (pues esta actividad y compromiso al final son personales, no entes etéreos ni desplegables desde un teclado): los Tirado, Cuellar, García-Borbolla, Picchi, Robledo, Salas, Moya, Rodri, Galera, Bordas, Puerto, Moreno, Ayuso, Espina, Rodríguez-Borbolla, … llevan ya más de dos años siendo el motor de muchas cosas y, singularmente, de la que puede ser más determinante -con diferencia- en términos reales. Eso sí, gracias al compromiso e implicación constante (e indiscutiblemente desinteresado) de decenas de béticos “anónimos” que se han arremangado e implicado en diversos ámbitos, siendo particularmente destacable el de la Asociación de Béticos de Base Por Nuestro Betis y la Plataforma de Sindicación que aglutina más de un 5% del capital social del RBB SAD.
Sería conveniente y razonable, además de justo, que las opiniones que se vierten desde los teclados en relación a la recién nacida Fundación Heliópolis y a las personas que han asumido formar parte de su Patronato inicial y Gestora tuviesen en cuenta, cuando menos, el hecho indicado. Es cuestionable si el nivel de actividad pública de la Fundación desde que se pusiera en marcha el proyecto ha sido el apropiado habida cuenta de las expectativas levantadas. Pero lo que no es en absoluto cuestionable, en mi opinión, es el nivel de compromiso de esas personas individualmente consideradas no ya en los últimos 4 meses sino en los últimos dos años (cuando menos) y su papel en el cambio que se está operando en ese periodo.
Volviendo a mi persona, que tanto interés despierta en algunas personas que firman con sus nicks, no hace falta excesiva habilidad en los motores de búsqueda en la red para conocer que a mis prioridades familiares y a mi al parecer innata incapacidad para negarme al compromiso con actividades que reporten un bien al Real Betis Balompié, se une una responsabilidad sindical que se sitúa y se situará siempre entre lo primero y lo segundo en orden de prioridades. Esto es, siempre tras la familia pero también siempre por delante del Betis. Y esa responsabilidad sindical, que está adquirida con cerca de 20.000 afiliados de forma directa y más de 100.000 trabajadores y trabajadoras de forma indirecta, no solo es ya difícilmente conciliable con mi propensión al compromiso en cuestiones verdiblancas, sino formalmente incompatible con que dicho compromiso fuese más allá en un futuro Betis de los béticos. Entiendo humanamente que haya quienes que, en un ejercicio de proyección, consideren que cualquier compromiso público obedece a deseos de poder, dinero o fama; afortunadamente, en esta vida hay otras motivaciones mucho más poderosas: los principios, las ideas, el honor o, como en el caso que nos ocupa, sencillamente recuperar para el alma colectiva ese intangible llamado Betis.
En cuanto al asunto objeto del post, esto es, la Fundación Heliópolis, entiendo que efectivamente está obligada a transmitir al beticismo una concepción más clara de sus objetivos y plan de actuación, además de componer lo antes posible un Patronato definitivo y una Comisión Ejecutiva con capacidad para llevarlos a efecto. No es lógico que un proyecto ilusionante y que se autodefine como deudor del hito histórico que representa el 15J, no esté suscitando el nivel de ilusión que podría recabar entre el beticismo. Y eso, aún constatando que tal vez el nivel de ansiedad del beticismo con la situación actual hace casi imposible satisfacer por parte de nadie su expectativa real (“que este infierno acabe mañana mismo”), no puede sino encararse desde la autocrítica por parte de los impulsores, Patronato inicial y Gestora de la Fundación: Con independencia de que el escenario está marcado por la fase de instrucción, ello no puede ser óbice para construir con determinación un proyecto nacido para articular un espacio común heredero y deudor del 15J, un proyecto que debe ser cauce de expresión institucional de todos esos que salieron a la calle.
Heliópolis, por tanto, debe caminar hacia su objetivo principal de velar porque el control del club pueda quedar algún día en manos del beticismo, impulsando tanto un proceso de atomización del capital social lo más amplio posible entre los béticos, como un mecanismo de gobierno democrático (asambleario) de la parte del paquete accionarial que no alcanzase a ser suscrito por los béticos a título particular. Y, en paralelo, debe ser un movimiento de regeneración del concepto de Betis, como símbolo no solo deportivo sino muy especialmente social. Y todo esto debe hacerse desde el trabajo y la implicación de muchos béticos, dando cabida a todos (también a aquellos anatemizados por el régimen, sí, también) y por supuesto en unión con aquellos particulares o colectivos que opten legítimamente por colaborar con la Fundación sin necesariamente integrarse en sus órganos.
Posiblemente, los plazos de terminación de algunos trabajos e hitos no están siendo los deseables, aunque la construcción de un espacio común y un ámbito que aglutine y sume tampoco se hace en dos días, pues debe primar el respeto a una toma de decisiones democrática, así como a las más de 200 personas de diferentes ámbitos sociales que han impulsado el proyecto, y también se requiere tiempo para la construcción de un proyecto sólido en el que todos se sientan identificados. El tiempo, justamente, dirá hasta que punto se ha conseguido construir un proyecto que sea digno heredero de algo tan grande como fue el 15J. Con eso, con el 15J y no con otra cosa, el que suscribe tendrá siempre adquirido su compromiso.
Un saludo y viva el Betis manque pierda.
PD: Algún día, más pronto que tarde, el Betis será lo que quieran los béticos…
Me honra sinceramente el nivel de preocupación hacia mi persona que se desprende desde algunos teclados en este otro post (http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?t=57772), pero creo que habría que reconducir el mismo a lo que es su objeto: la constitución formal de la Fundación Heliópolis.
En lo que se refiere a mi persona, ya que se ha citado en dicho post por activa y pasiva, indicar para quien le pueda interesar que mi pertenencia al Patronato constituyente (el Patronato definitivo de 45 personas quedará conformado en fechas muy cercanas) se produce a expreso requerimiento del resto de patronos iniciales y gestora, y mi aceptación obedece a una actitud coherente (o, tal vez, impenitente) de compromiso con todas aquellas iniciativas que entienda objetivamente positivas para el Real Betis Balompié: con el Gabinete del Centenario (hasta mi dimisión formal días después del episodio del busto), con la concentración bajo La Giralda del 11 de Marzo de 2007, con la iniciativa conjunta Otro Betis es Posible del 18J07, con el acto también conjunto Siempre Verdiblancos del 25J07, con la organización a nivel de activismo accionarial de las dos últimas Juntas, con el trabajo técnico relativo a las acciones judiciales emprendidas, con la convocatoria formal y organización del 15J y, por supuesto, con la Asociación de Béticos de Base Por Nuestro Betis y con la Plataforma de Sindicación promovida por dicha Asociación, compromisos ambos que siguen y seguirán vigentes no solo a nivel de pertenencia como asociado y sindicado sino también a nivel de colaboración e implicación con todo aquello que me sea requerido por la Junta Directiva de la Asociación y particularmente por su Presidente, Pepe Tirado.
Conviene recordar que, de una u otra forma, no pocos de estos ámbitos de compromiso y actuación han tenido como nexo común la presencia de determinadas personas (pues esta actividad y compromiso al final son personales, no entes etéreos ni desplegables desde un teclado): los Tirado, Cuellar, García-Borbolla, Picchi, Robledo, Salas, Moya, Rodri, Galera, Bordas, Puerto, Moreno, Ayuso, Espina, Rodríguez-Borbolla, … llevan ya más de dos años siendo el motor de muchas cosas y, singularmente, de la que puede ser más determinante -con diferencia- en términos reales. Eso sí, gracias al compromiso e implicación constante (e indiscutiblemente desinteresado) de decenas de béticos “anónimos” que se han arremangado e implicado en diversos ámbitos, siendo particularmente destacable el de la Asociación de Béticos de Base Por Nuestro Betis y la Plataforma de Sindicación que aglutina más de un 5% del capital social del RBB SAD.
Sería conveniente y razonable, además de justo, que las opiniones que se vierten desde los teclados en relación a la recién nacida Fundación Heliópolis y a las personas que han asumido formar parte de su Patronato inicial y Gestora tuviesen en cuenta, cuando menos, el hecho indicado. Es cuestionable si el nivel de actividad pública de la Fundación desde que se pusiera en marcha el proyecto ha sido el apropiado habida cuenta de las expectativas levantadas. Pero lo que no es en absoluto cuestionable, en mi opinión, es el nivel de compromiso de esas personas individualmente consideradas no ya en los últimos 4 meses sino en los últimos dos años (cuando menos) y su papel en el cambio que se está operando en ese periodo.
Volviendo a mi persona, que tanto interés despierta en algunas personas que firman con sus nicks, no hace falta excesiva habilidad en los motores de búsqueda en la red para conocer que a mis prioridades familiares y a mi al parecer innata incapacidad para negarme al compromiso con actividades que reporten un bien al Real Betis Balompié, se une una responsabilidad sindical que se sitúa y se situará siempre entre lo primero y lo segundo en orden de prioridades. Esto es, siempre tras la familia pero también siempre por delante del Betis. Y esa responsabilidad sindical, que está adquirida con cerca de 20.000 afiliados de forma directa y más de 100.000 trabajadores y trabajadoras de forma indirecta, no solo es ya difícilmente conciliable con mi propensión al compromiso en cuestiones verdiblancas, sino formalmente incompatible con que dicho compromiso fuese más allá en un futuro Betis de los béticos. Entiendo humanamente que haya quienes que, en un ejercicio de proyección, consideren que cualquier compromiso público obedece a deseos de poder, dinero o fama; afortunadamente, en esta vida hay otras motivaciones mucho más poderosas: los principios, las ideas, el honor o, como en el caso que nos ocupa, sencillamente recuperar para el alma colectiva ese intangible llamado Betis.
En cuanto al asunto objeto del post, esto es, la Fundación Heliópolis, entiendo que efectivamente está obligada a transmitir al beticismo una concepción más clara de sus objetivos y plan de actuación, además de componer lo antes posible un Patronato definitivo y una Comisión Ejecutiva con capacidad para llevarlos a efecto. No es lógico que un proyecto ilusionante y que se autodefine como deudor del hito histórico que representa el 15J, no esté suscitando el nivel de ilusión que podría recabar entre el beticismo. Y eso, aún constatando que tal vez el nivel de ansiedad del beticismo con la situación actual hace casi imposible satisfacer por parte de nadie su expectativa real (“que este infierno acabe mañana mismo”), no puede sino encararse desde la autocrítica por parte de los impulsores, Patronato inicial y Gestora de la Fundación: Con independencia de que el escenario está marcado por la fase de instrucción, ello no puede ser óbice para construir con determinación un proyecto nacido para articular un espacio común heredero y deudor del 15J, un proyecto que debe ser cauce de expresión institucional de todos esos que salieron a la calle.
Heliópolis, por tanto, debe caminar hacia su objetivo principal de velar porque el control del club pueda quedar algún día en manos del beticismo, impulsando tanto un proceso de atomización del capital social lo más amplio posible entre los béticos, como un mecanismo de gobierno democrático (asambleario) de la parte del paquete accionarial que no alcanzase a ser suscrito por los béticos a título particular. Y, en paralelo, debe ser un movimiento de regeneración del concepto de Betis, como símbolo no solo deportivo sino muy especialmente social. Y todo esto debe hacerse desde el trabajo y la implicación de muchos béticos, dando cabida a todos (también a aquellos anatemizados por el régimen, sí, también) y por supuesto en unión con aquellos particulares o colectivos que opten legítimamente por colaborar con la Fundación sin necesariamente integrarse en sus órganos.
Posiblemente, los plazos de terminación de algunos trabajos e hitos no están siendo los deseables, aunque la construcción de un espacio común y un ámbito que aglutine y sume tampoco se hace en dos días, pues debe primar el respeto a una toma de decisiones democrática, así como a las más de 200 personas de diferentes ámbitos sociales que han impulsado el proyecto, y también se requiere tiempo para la construcción de un proyecto sólido en el que todos se sientan identificados. El tiempo, justamente, dirá hasta que punto se ha conseguido construir un proyecto que sea digno heredero de algo tan grande como fue el 15J. Con eso, con el 15J y no con otra cosa, el que suscribe tendrá siempre adquirido su compromiso.
Un saludo y viva el Betis manque pierda.
PD: Algún día, más pronto que tarde, el Betis será lo que quieran los béticos…
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