Lo primero que vio Tapia como entrenador del Betis fue una manifestación espontánea a las puertas del estadio después del lamentable descenso ante el Valladolid y una manifestación gigantesca que debió ponerle los pelos de punta. Así estaba el Betis. Tapia no puede evitar ser un hombre de Lopera porque es un trabajador, pero ha sabido hacerse su espacio y labrar. Apenas un mes después de empezar la competición, el Betis sigue en Segunda, hecho que es un desastre, pero parece normalizado y camina recto. Ha desaparecido la crispación.
Así que, de estar bajo presión, Tapia ha pasado a tener la situación bajo control. Y ha llegado a ese punto porque ha estado muy sereno y no se ha dejado llevar por la espiral diabólica en la que había entrado el club. Tapia paró el reloj, lo puso a cero y puso a andar otra vez al Betis. Es segundo en la clasificación y le queda un mundo, 38 partidos. Pero al fondo ha visto Plaza Nueva. Van a tener que ir despacio, pero huele a que lo van a conseguir.
fuente as.com
Así que, de estar bajo presión, Tapia ha pasado a tener la situación bajo control. Y ha llegado a ese punto porque ha estado muy sereno y no se ha dejado llevar por la espiral diabólica en la que había entrado el club. Tapia paró el reloj, lo puso a cero y puso a andar otra vez al Betis. Es segundo en la clasificación y le queda un mundo, 38 partidos. Pero al fondo ha visto Plaza Nueva. Van a tener que ir despacio, pero huele a que lo van a conseguir.
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