Respuesta: Carta Abierta a la Fundación Heliópolis
Copio y pego de otro post:
El 15 de Junio la afición del Real Betis Balompié evidenció su mayoritario rechazo a la actual situación de su club saliendo a la calle masivamente y convirtiéndose en la gran protagonista de la lucha de los béticos por recuperar un club que consideran secuestrado en manos de su máximo accionista y sumido en un proceso de deterioro social, institucional, económico y deportivo.
Aquel día quedó de manifiesto que la movilización se había producido de abajo a arriba, y que en la misma estaba involucrado todo el beticismo, lo mismo las asociaciones que han venido liderando los trabajos de oposición que el socio o simpatizante de a pie.
Así las cosas, nacio un proyecto para construir un espacio común que fuese heredero y deudor de esa movilización de los béticos, para articular las reivindicaciones expresadas en el 15J y como cauce de expresión institucional de todos esos que salieron a la calle para pedir un Betis digno y con futuro. Un Proyecto cuyos impulsores acordaron democráticamente, justo un mes después de aquella manifestación, construir en forma de Fundación y bajo el nombre simbólico de Heliópolis.
El proyecto nace con el apoyo de una amplia base que no sólo retrata la unidad de los béticos en este momento, sino que, al mismo tiempo, concita a personalidades de todos los ámbitos de la vida ciudadana, como clara expresión de que en esta postura de rechazo a la situación del club está concernida toda la sociedad bética, incluyendo personas de reconocimiento social y ciudadano.
El proyecto nace con la vocación de aglutinar a todos los béticos y con el propósito de velar porque el control del club pueda quedar algún día en manos del beticismo, impulsando un proceso de venta entre los mismos del paquete accionarial mayoritario. Hablar de los valores o de los fines de ese proyecto no es solo hablar de dinero, acciones o de su fin último de alcanzar el objetivo de un Betis de los béticos, sino también de que es un movimiento de regeneración de los béticos protagonizado por todos aquellos que desde los diversos ámbitos sociales están dispuestos a trabajar por su club, un club que, al mismo tiempo, es un símbolo de nuestra sociedad.
La Fundación, en fin, es buena en sí misma, por lo que puede aportar de avance significativo hacia la mayor democratización del Betis y su reforzamiento social de cara al futuro, incluso aunque no pueda a corto plazo poner en manos de los béticos el paquete mayoritario de acciones, bien porque no se aceptase la operación de compraventa, bien porque su propietario decidiera venderle a otro grupo o persona, bien porque se abriesen otros escenarios por decisión judicial.
El proyecto Heliópolis nace impulsado por béticos a título particular y por varias de las asociaciones y plataformas que ya en 2007 iniciaron la construcción de actuaciones conjuntas de las que la Fundación es también heredera y deudora (Siempre Verdiblancos, Otro Betis es Posible), y que han alcanzado un sobrado prestigio por su trabajo en los últimos años: Béticos por el Villamarín, Liga de Juristas y Béticos Veteranos, además del impulso moral de la asociación Por Nuestro Betis, que ha preferido optar por colaborar con la Fundación en actuaciones concretas aunque sin integrarse en sus Órganos por considerarlo no compatible con sus Estatutos.
La construcción de este proyecto, de este instrumento para el cambio, de este espacio común, justamente debe ver marcados sus plazos e hitos por esa condición: la de ser un ámbito que aglutine y sume. Y eso implica respeto a una toma de decisiones democrática y tiempo para la construcción de un proyecto sólido en el que todos se sientan identificados. Dudo que haya pasado el tiempo suficiente para emitir una valoración, por mucho que la impaciencia a veces se apodere de nosotros.
En estos años han cambiado muchas cosas, hemos conseguido cambiar muchas cosas. La Fundación Heliópolis es un paso más, y muy importante: demos tiempo al tiempo y valoremos la importancia de los pasos que ya se han dado. Y recordemos que el silencio no es sinónimo (en absoluto) de falta de actividad, implicación o estrategias.
Saludos.
Copio y pego de otro post:
El 15 de Junio la afición del Real Betis Balompié evidenció su mayoritario rechazo a la actual situación de su club saliendo a la calle masivamente y convirtiéndose en la gran protagonista de la lucha de los béticos por recuperar un club que consideran secuestrado en manos de su máximo accionista y sumido en un proceso de deterioro social, institucional, económico y deportivo.
Aquel día quedó de manifiesto que la movilización se había producido de abajo a arriba, y que en la misma estaba involucrado todo el beticismo, lo mismo las asociaciones que han venido liderando los trabajos de oposición que el socio o simpatizante de a pie.
Así las cosas, nacio un proyecto para construir un espacio común que fuese heredero y deudor de esa movilización de los béticos, para articular las reivindicaciones expresadas en el 15J y como cauce de expresión institucional de todos esos que salieron a la calle para pedir un Betis digno y con futuro. Un Proyecto cuyos impulsores acordaron democráticamente, justo un mes después de aquella manifestación, construir en forma de Fundación y bajo el nombre simbólico de Heliópolis.
El proyecto nace con el apoyo de una amplia base que no sólo retrata la unidad de los béticos en este momento, sino que, al mismo tiempo, concita a personalidades de todos los ámbitos de la vida ciudadana, como clara expresión de que en esta postura de rechazo a la situación del club está concernida toda la sociedad bética, incluyendo personas de reconocimiento social y ciudadano.
El proyecto nace con la vocación de aglutinar a todos los béticos y con el propósito de velar porque el control del club pueda quedar algún día en manos del beticismo, impulsando un proceso de venta entre los mismos del paquete accionarial mayoritario. Hablar de los valores o de los fines de ese proyecto no es solo hablar de dinero, acciones o de su fin último de alcanzar el objetivo de un Betis de los béticos, sino también de que es un movimiento de regeneración de los béticos protagonizado por todos aquellos que desde los diversos ámbitos sociales están dispuestos a trabajar por su club, un club que, al mismo tiempo, es un símbolo de nuestra sociedad.
La Fundación, en fin, es buena en sí misma, por lo que puede aportar de avance significativo hacia la mayor democratización del Betis y su reforzamiento social de cara al futuro, incluso aunque no pueda a corto plazo poner en manos de los béticos el paquete mayoritario de acciones, bien porque no se aceptase la operación de compraventa, bien porque su propietario decidiera venderle a otro grupo o persona, bien porque se abriesen otros escenarios por decisión judicial.
El proyecto Heliópolis nace impulsado por béticos a título particular y por varias de las asociaciones y plataformas que ya en 2007 iniciaron la construcción de actuaciones conjuntas de las que la Fundación es también heredera y deudora (Siempre Verdiblancos, Otro Betis es Posible), y que han alcanzado un sobrado prestigio por su trabajo en los últimos años: Béticos por el Villamarín, Liga de Juristas y Béticos Veteranos, además del impulso moral de la asociación Por Nuestro Betis, que ha preferido optar por colaborar con la Fundación en actuaciones concretas aunque sin integrarse en sus Órganos por considerarlo no compatible con sus Estatutos.
La construcción de este proyecto, de este instrumento para el cambio, de este espacio común, justamente debe ver marcados sus plazos e hitos por esa condición: la de ser un ámbito que aglutine y sume. Y eso implica respeto a una toma de decisiones democrática y tiempo para la construcción de un proyecto sólido en el que todos se sientan identificados. Dudo que haya pasado el tiempo suficiente para emitir una valoración, por mucho que la impaciencia a veces se apodere de nosotros.
En estos años han cambiado muchas cosas, hemos conseguido cambiar muchas cosas. La Fundación Heliópolis es un paso más, y muy importante: demos tiempo al tiempo y valoremos la importancia de los pasos que ya se han dado. Y recordemos que el silencio no es sinónimo (en absoluto) de falta de actividad, implicación o estrategias.
Saludos.
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