Ganar de la forma que lo hicimos la copa y entrar en Champions debería ser motivo de reflexión para una cúpula directiva medianamente aparente. Quiero decir que entrar de esa forma en la "élite" era para sacudir los estamentos del club y mirar dónde y cómo podíamos digerir, cuando menos digerir, el tremendo éxito. Pero... no hubo más reflexión que la recogida en una frase ya mítica: LA CHAMPIONS ES DEFICITARIA.
Deficitario fue desde ese momento el Betis. Deficitario en resultados. Tres años de angustia, sin visos de mejorar y con una forma de llevar el club que a cada temporada debió ser otro motivo más de reflexión para ese grupo humano que forma el consejo de administración del Real Betis. Pero no parecía haber reflexión, igual que no se reflexionó a la hora de acercarse el centenario del club, dejándolo de la mano de Diós hasta que se dió cuenta que éste funcionaba, como todo lo que tiene que ver con el Betis y los Béticos. Pero no se reflexionó sobre el tremendo tirón popular que tiene el Betis.
Las Juntas de Accionistas veían llegar a su micrófono a béticos que ya no asentían sin más, y no se reflexionó sobre ello, no se pensó que esto ya no era más de lo mismo, que los béticos habían agotado el crédito y que querían un Betis acorde con su masa, inmensa masa social. En vez de reflexionar, trabajar sobre ello se empezó a crear un monstruo deboraopositores, opositores a los que había que poner careta de diablos no para mejorar al Betis, sino para convencer a los Béticos que mejor malo conocido...
Y bajamos tras la cuarta y consecutiva temporada rozándolo. Bajamos en el último partido y nadie reflexionó sobre ello. Pocos, uno, asumió la hombría de dimitir de un consejo que desapareció. Poco o ningún espíritu de crítica a haber bajado, la culpa de los postes, los árbitros e incluso de un gol, maldito gol... menos de los responsables, para lo bueno y lo malo.
Llegó una manifestación que hizo temblar a Sevilla entera, que haría pensar al menos pensante, y esa marea llegó al rompeolas de Jabugo como un salpicón de agua. El consejo de administración del Real Betis debió tener en cuenta que si había tantos béticos en la calle, más habría que no aceptaban las formas y los modos. Pero no, ni nos llevaron a Europa ni nos salvaron del desastre, siempre achacables a otros... poco objeto de reflexión.
Ya, en liga... de nuevo... 2-0 y un nuevo toque al consejo de administración en la persona de quien lo administra... Reflexionará??? Lo dudo, pero debería, debió hacerlo hace mucho tiempo, debió hacer lo que cualquiera que desee hacerlo bien en el cargo que ocupa, pensar que así no puede seguir. Y sigue...
Deficitario fue desde ese momento el Betis. Deficitario en resultados. Tres años de angustia, sin visos de mejorar y con una forma de llevar el club que a cada temporada debió ser otro motivo más de reflexión para ese grupo humano que forma el consejo de administración del Real Betis. Pero no parecía haber reflexión, igual que no se reflexionó a la hora de acercarse el centenario del club, dejándolo de la mano de Diós hasta que se dió cuenta que éste funcionaba, como todo lo que tiene que ver con el Betis y los Béticos. Pero no se reflexionó sobre el tremendo tirón popular que tiene el Betis.
Las Juntas de Accionistas veían llegar a su micrófono a béticos que ya no asentían sin más, y no se reflexionó sobre ello, no se pensó que esto ya no era más de lo mismo, que los béticos habían agotado el crédito y que querían un Betis acorde con su masa, inmensa masa social. En vez de reflexionar, trabajar sobre ello se empezó a crear un monstruo deboraopositores, opositores a los que había que poner careta de diablos no para mejorar al Betis, sino para convencer a los Béticos que mejor malo conocido...
Y bajamos tras la cuarta y consecutiva temporada rozándolo. Bajamos en el último partido y nadie reflexionó sobre ello. Pocos, uno, asumió la hombría de dimitir de un consejo que desapareció. Poco o ningún espíritu de crítica a haber bajado, la culpa de los postes, los árbitros e incluso de un gol, maldito gol... menos de los responsables, para lo bueno y lo malo.
Llegó una manifestación que hizo temblar a Sevilla entera, que haría pensar al menos pensante, y esa marea llegó al rompeolas de Jabugo como un salpicón de agua. El consejo de administración del Real Betis debió tener en cuenta que si había tantos béticos en la calle, más habría que no aceptaban las formas y los modos. Pero no, ni nos llevaron a Europa ni nos salvaron del desastre, siempre achacables a otros... poco objeto de reflexión.
Ya, en liga... de nuevo... 2-0 y un nuevo toque al consejo de administración en la persona de quien lo administra... Reflexionará??? Lo dudo, pero debería, debió hacerlo hace mucho tiempo, debió hacer lo que cualquiera que desee hacerlo bien en el cargo que ocupa, pensar que así no puede seguir. Y sigue...
Comentario