Antonio Hernández Mendo: Psicólogo del Real Betis Balompié actualmente.
Doctor en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela, Master en Psicología del Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid y Profesor Titular de Psicosociología del Deporte en la Universidad de Málaga.
"Nadie discute ya la influencia del público, de la afición en el desenlace de un partido de fútbol. Este fenómeno es conocido como influencia social y está en la base de la interacción social. ¿Qué entendemos por influencia social? Es la capacidad de un individuo de modificar el comportamiento de otros individuos sin recurrir a la fuerza, así como el cambio de comportamiento que se observa en un individuo cuando interactúa con otro u otros individuos o con el grupo en su totalidad. Podemos considerar a este proceso como la “magia” que ocurre a diario a nuestro alrededor, para lo cual solo debemos hablar, pedir, aplaudir… ¿queremos cambiar la apatía por acción?, pídalo… y aparecerá la “magia”… “por favor me deja pasar”, “puede vigilarme esto mientras voy al coche”… Es precisamente esta magia de la que puede adueñarse la afición bética para transformar una situación negativa, en el comienzo de una positiva.
Esta magia puede servir para crear situaciones y comportamientos negativos o puede servir para todo lo contrario, cambiar una situación que se antoja negativa en una situación positiva que beneficie al Real Betis Balompié. Por muy enfadada y molesta que este la afición con su equipo, los silbidos, insultos e improperios no conseguirán revertir la situación. Uno de los factores que ayudará al equipo a conseguir el objetivo del regreso a primera división es la comunión de equipo y afición. Los primeros deberán conseguirlo a través de su esfuerzo en común (cosa que ya están haciendo a las órdenes de Tapia y de su cuerpo técnico) y, los segundos, la afición, a través de su apoyo incondicional en el estadio.
La segunda división, conocimiento ampliamente extendido, es dura, larga, a veces tediosa… contra todos esos factores hay que luchar –además de competir con el resto de equipos- para acabar la última jornada entre los tres primeros. Si los béticos se unen para conseguir “la magia” del jugador número 12, a buen seguro que los partidos de casa se convertirán en un fortín inexpugnable donde ir consiguiendo los puntos necesarios para el regreso del Betis a su lugar en la Primera División. Equipo y afición ya han penado sus culpas, ya han sufrido, ahora solo queda enfrentarse al futuro de forma positiva para revertir la situación. Como especialista en Psicología del Deporte puedo asegurar –a la luz de todo lo escrito e investigado sobre este tema- que increpar, insultar, silbar a los jugadores en el estadio bético (o en los entrenamientos) solo conseguirá disminuir su confianza y seguridad en el campo, y como consecuencia, su rendimiento, y volver a situaciones pasadas.
La afición bética tiene el poder de convertir los partidos de casa en una situación “mágica” sólo y exclusivamente con su apoyo decidido y unánime. Si quieren ver hacer buen fútbol, si quieren volver a ver ganar al Betis en casa, si desean fervientemente que el final de esta temporada sea una fiesta –todos deberán estar comprometidos- pero indudablemente la afición bética deberá utilizar toda su “magia”. Esto ya ha sido utilizado por otras aficiones para subir a sus equipos a puestos inimaginables. Los jugadores que este año vestirán la camiseta verdiblanca necesitan a la afición empujando con una sola voz, con un único ánimo en su corazón, con un solo grito en sus gargantas que haga resonar el nombre del Betis en toda Sevilla y justo en ese momento se habrá conseguido la “magia”.
realbetisbalompie.es
Doctor en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela, Master en Psicología del Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid y Profesor Titular de Psicosociología del Deporte en la Universidad de Málaga.
"Nadie discute ya la influencia del público, de la afición en el desenlace de un partido de fútbol. Este fenómeno es conocido como influencia social y está en la base de la interacción social. ¿Qué entendemos por influencia social? Es la capacidad de un individuo de modificar el comportamiento de otros individuos sin recurrir a la fuerza, así como el cambio de comportamiento que se observa en un individuo cuando interactúa con otro u otros individuos o con el grupo en su totalidad. Podemos considerar a este proceso como la “magia” que ocurre a diario a nuestro alrededor, para lo cual solo debemos hablar, pedir, aplaudir… ¿queremos cambiar la apatía por acción?, pídalo… y aparecerá la “magia”… “por favor me deja pasar”, “puede vigilarme esto mientras voy al coche”… Es precisamente esta magia de la que puede adueñarse la afición bética para transformar una situación negativa, en el comienzo de una positiva.
Esta magia puede servir para crear situaciones y comportamientos negativos o puede servir para todo lo contrario, cambiar una situación que se antoja negativa en una situación positiva que beneficie al Real Betis Balompié. Por muy enfadada y molesta que este la afición con su equipo, los silbidos, insultos e improperios no conseguirán revertir la situación. Uno de los factores que ayudará al equipo a conseguir el objetivo del regreso a primera división es la comunión de equipo y afición. Los primeros deberán conseguirlo a través de su esfuerzo en común (cosa que ya están haciendo a las órdenes de Tapia y de su cuerpo técnico) y, los segundos, la afición, a través de su apoyo incondicional en el estadio.
La segunda división, conocimiento ampliamente extendido, es dura, larga, a veces tediosa… contra todos esos factores hay que luchar –además de competir con el resto de equipos- para acabar la última jornada entre los tres primeros. Si los béticos se unen para conseguir “la magia” del jugador número 12, a buen seguro que los partidos de casa se convertirán en un fortín inexpugnable donde ir consiguiendo los puntos necesarios para el regreso del Betis a su lugar en la Primera División. Equipo y afición ya han penado sus culpas, ya han sufrido, ahora solo queda enfrentarse al futuro de forma positiva para revertir la situación. Como especialista en Psicología del Deporte puedo asegurar –a la luz de todo lo escrito e investigado sobre este tema- que increpar, insultar, silbar a los jugadores en el estadio bético (o en los entrenamientos) solo conseguirá disminuir su confianza y seguridad en el campo, y como consecuencia, su rendimiento, y volver a situaciones pasadas.
La afición bética tiene el poder de convertir los partidos de casa en una situación “mágica” sólo y exclusivamente con su apoyo decidido y unánime. Si quieren ver hacer buen fútbol, si quieren volver a ver ganar al Betis en casa, si desean fervientemente que el final de esta temporada sea una fiesta –todos deberán estar comprometidos- pero indudablemente la afición bética deberá utilizar toda su “magia”. Esto ya ha sido utilizado por otras aficiones para subir a sus equipos a puestos inimaginables. Los jugadores que este año vestirán la camiseta verdiblanca necesitan a la afición empujando con una sola voz, con un único ánimo en su corazón, con un solo grito en sus gargantas que haga resonar el nombre del Betis en toda Sevilla y justo en ese momento se habrá conseguido la “magia”.
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