Hace muchos, muchos años, alguien realizó una recopilación de textos orientales la cual llamó “Los cuentos de la mil y una noches”. El libro narra que, traicionado por su esposa, el rey Charlar decide ejecutar a sus futuras mujeres tras la noche de bodas. Sin embargo a la más joven de ellas, Cherezade, se le ocurre una idea para que cesen las muertes: contarle un cuento cada noche para que caiga dormido y así no las mate.
En realidad el libro podría llamarse también “Los cuentos de las quinientas y pico mentiras”, pues los cuentos no llegan ni a la mitad la cifra del título.
No hace tantos años, diecisiete exactamente, alguien empezó a escribir un libro que podría llamarse directamente “Los cuentos de la mil y una mentiras”. La diferencia es que aquí el contador de historias es el Sultán o Máximo mandatario, y además las cuenta ya sea mañana, tarde o noche, no importa la hora ni el lugar. El objetivo de las historias es también diferente, si en la obra anónima era dormir al rey, en la actual, escrita con la inconfundible prosa del “catedrático del Fontanal” es, al contrario, hacer que el Beticismo no despierte del letargo, del amodorramiento, del pasotismo en el que lleva sumido casi dos décadas.
Muchas, innumerables, posiblemente cercanas ya a la mágica cantidad de 1.001, son las, por otra parte, variadísimas y (hay que reconocerlo) imaginativas historias que han ido rellenando página a página la triste realidad Verde y Blanca en los últimos tiempos.
Triste, sí, triste realidad Bética que ha visto como su imagen, sus valores históricos, su escudo y hasta su afición han sido arrastrados por el fango. Mientras la triste, sí, triste figura del autor y contador de cuentos se veía ensalzada y encumbrada por algunos que no vacilaban en olvidar la Historia Real del Real Betis Balompié, por los cuentos irreales e irracionales de un sultán egoísta y vanidoso que solo quería erigirse por encima de un escudo jalonado de trece barras verdiblancas coronadas.
Muchas e innumerables han sido y, desgraciadamente seguirán siendo, al menos durante un tiempo, esperemos que por mor de la Justicia sea corto, pues el Beticismo sigue dormido, amodorrado, pasivo y pasota oyendo los 1.001 cuentos que siguen emborronando el Glorioso nombre del Betis, Real Betis Balompié. Sin hacer nada, dejándose llevar, dejándose arrastrar por el fango junto con su Betis, que hasta para eso es fiel, la fiel infantería Bética.
Muchas e innumerables han sido y algunas realmente sonoras:
“La mentira del platillo volante” (o el estadio inacabado).
“La mentira del reparto de acciones” (o mis acciones serán para los Béticos ¿cuándo?)
“La Milagrosa Ciudad Deportiva de Benacazón” (antes de Guillena o Gerena, antes aún de Heliópolis al ladito del estadio... inacabado).
“La increíble historia de las ofertas fantasma” (en distintos capítulos; Jeque, Bsport, Castel, etc.)
“Las Asambleas de la Vergüenza” (publicada en ediciones anuales).
“El Cuento de la Hora de la Verdad” (ediciones Radio Betis, formatos de bolsillo y de lujo).
“La mentira de la demanda insatisfecha” (o querer vender sin tener intención de ello).
“La crucifixión del Caudillo” (o todos contra mí, oposición destructora).
“La mentira de la Ascensión Justiciera” (o como hacer el ridículo y hacer que odien al Betis)
Estas son sólo algunas, que no todas, de las desternillantes historias publicadas hasta el momento, como diría el conejo: “no se vayan todavía, aún hay más”.
Y sí.
Lamentablemente habrá más, pues el sultán no va a cambiar, aunque muchos ilusos, puedan creerlo.
Lamentablemente habrá más, pues el grueso de la afición Bética sigue dormida y escuchando los cuentos sin levantarse.
Lamentablemente habrá más, porque todavía quedan muchas realidades que ocultar, muchas cortinas que correr para tapar las vergüenzas...
Vergüenza que el Betis, Real Betis Balompié se echa a la espalda para seguir andando sin saber a donde, sin saber hasta cuando...
y que, pensando en su afición, en los Béticos y Béticas, murmura...
“Yo os perdono, porque no sabéis lo que hacéis.”
En realidad el libro podría llamarse también “Los cuentos de las quinientas y pico mentiras”, pues los cuentos no llegan ni a la mitad la cifra del título.
No hace tantos años, diecisiete exactamente, alguien empezó a escribir un libro que podría llamarse directamente “Los cuentos de la mil y una mentiras”. La diferencia es que aquí el contador de historias es el Sultán o Máximo mandatario, y además las cuenta ya sea mañana, tarde o noche, no importa la hora ni el lugar. El objetivo de las historias es también diferente, si en la obra anónima era dormir al rey, en la actual, escrita con la inconfundible prosa del “catedrático del Fontanal” es, al contrario, hacer que el Beticismo no despierte del letargo, del amodorramiento, del pasotismo en el que lleva sumido casi dos décadas.
Muchas, innumerables, posiblemente cercanas ya a la mágica cantidad de 1.001, son las, por otra parte, variadísimas y (hay que reconocerlo) imaginativas historias que han ido rellenando página a página la triste realidad Verde y Blanca en los últimos tiempos.
Triste, sí, triste realidad Bética que ha visto como su imagen, sus valores históricos, su escudo y hasta su afición han sido arrastrados por el fango. Mientras la triste, sí, triste figura del autor y contador de cuentos se veía ensalzada y encumbrada por algunos que no vacilaban en olvidar la Historia Real del Real Betis Balompié, por los cuentos irreales e irracionales de un sultán egoísta y vanidoso que solo quería erigirse por encima de un escudo jalonado de trece barras verdiblancas coronadas.
Muchas e innumerables han sido y, desgraciadamente seguirán siendo, al menos durante un tiempo, esperemos que por mor de la Justicia sea corto, pues el Beticismo sigue dormido, amodorrado, pasivo y pasota oyendo los 1.001 cuentos que siguen emborronando el Glorioso nombre del Betis, Real Betis Balompié. Sin hacer nada, dejándose llevar, dejándose arrastrar por el fango junto con su Betis, que hasta para eso es fiel, la fiel infantería Bética.
Muchas e innumerables han sido y algunas realmente sonoras:
“La mentira del platillo volante” (o el estadio inacabado).
“La mentira del reparto de acciones” (o mis acciones serán para los Béticos ¿cuándo?)
“La Milagrosa Ciudad Deportiva de Benacazón” (antes de Guillena o Gerena, antes aún de Heliópolis al ladito del estadio... inacabado).
“La increíble historia de las ofertas fantasma” (en distintos capítulos; Jeque, Bsport, Castel, etc.)
“Las Asambleas de la Vergüenza” (publicada en ediciones anuales).
“El Cuento de la Hora de la Verdad” (ediciones Radio Betis, formatos de bolsillo y de lujo).
“La mentira de la demanda insatisfecha” (o querer vender sin tener intención de ello).
“La crucifixión del Caudillo” (o todos contra mí, oposición destructora).
“La mentira de la Ascensión Justiciera” (o como hacer el ridículo y hacer que odien al Betis)
Estas son sólo algunas, que no todas, de las desternillantes historias publicadas hasta el momento, como diría el conejo: “no se vayan todavía, aún hay más”.
Y sí.
Lamentablemente habrá más, pues el sultán no va a cambiar, aunque muchos ilusos, puedan creerlo.
Lamentablemente habrá más, pues el grueso de la afición Bética sigue dormida y escuchando los cuentos sin levantarse.
Lamentablemente habrá más, porque todavía quedan muchas realidades que ocultar, muchas cortinas que correr para tapar las vergüenzas...
Vergüenza que el Betis, Real Betis Balompié se echa a la espalda para seguir andando sin saber a donde, sin saber hasta cuando...
y que, pensando en su afición, en los Béticos y Béticas, murmura...
“Yo os perdono, porque no sabéis lo que hacéis.”