En algunos componentes de la plantilla bética se ha generado una inquietud latente a raíz de un problema fiscal que les ha afectado recientemente y que podría tener consecuencias en un futuro inmediato. Hasta ahora no ha habido ningún movimiento significativo, pero ayer una representación de la plantilla, formada por los que más tiempo llevan en el club, se personó en las oficinas de Manuel Ruiz de Lopera en la calle Jabugo para, entre otras cosas, exponer el caso y buscar una solución a un asunto que económicamente puede ser muy perjudicial para algunos futbolistas.
El caso es que Rivas, Capi, Nano y Xisco estuvieron reunidos con Lopera antes de la hora del almuerzo en la conocida calle de El Fontanal para departir con Lopera sobre la situación actual del equipo, conjurarse para darlo todo en el Colombino —que se disputa este fin de semana— y para tratar el delicado asunto. Éste se refiere a la diferente tributación a la que se someten los futbolistas tras el cambio efectuado el año pasado en sus contratos de imagen, que pasaron de estar suscritos con una de las sociedades que controla Lopera (Tegasa) a estar directamente ligados con el club heliopolitano. La sorpresa de algunos futbolistas ha llegado recientemente, cuando han tenido que afrontar pagos mayores de los esperados y que no les correspondían.
En este sentido, Lopera trató de tranquilizar a los enviados especiales de la plantilla, y éstos recibieron con cierta confianza el mensaje del máximo accionista. Sin embargo, la inquietud permanece en algunos componentes, que esperan que se resuelva cuanto antes un asunto con el que no contaban y que consideran que no debe ser solucionado directamente por ellos.
Fuentes de la plantilla sí han descartado tajantemente que este problema sobrevenido pueda afectar al rendimiento deportivo, tanto en partidos precedentes como en los futuros, o que se ejecuten medidas de presión de algún tipo. No habrá plantes, comunicados o protestas públicas, según varios jugadores que prefirieron permanecer en el anonimato, ya que tras la conversación con Lopera de ayer se espera que la situación no pase a mayores.
Sin embargo, el asunto no sólo afecta a los jugadores que permanecen en el plantel bético hoy en día, sino que puede suponer un perjuicio económico muy grande para varios futbolistas que ya no están en la plantilla y que han pertenecido a la misma en las últimas temporadas. Estando fuera del Betis, sí es posible que algunos de ellos pueda embarcarse en un litigio para defender con más vehemencia sus intereses, ya que tienen la libertad de poder hacerlo sin tener miedo a represalias deportivas o de otro tipo.
¿Otro 11 de agosto de 2000?
De todas formas, no todos los futbolistas actuales del equipo se verán afectados por esta circunstancia. Es un grupo de una decena de futbolistas los que están inquietos por esta situación fiscal. El mayor temor de cara al seguidor bético es que se repita una historia parecida a la del 11 de agosto de 2000, cuando se produjo un motín en la plantilla bética generado por un conflicto con los contratos de derechos de imagen entre Tegasa y los futbolistas. Entonces la plantilla, también recién descendida a Segunda división, se negó a viajar a Mérida por este motivo y le plantó un pulso a Lopera que terminó con un conflicto tremendo y la ejecución de algunos de los cabecillas (Solozábal, Finidi y Vidakovic, entre otros). De aquella triste fecha de la que el martes se cumplirán exactamente nueve años (justo cuando el Betis emprenderá su viaje a La Manga) no se quiere acordar nadie en el Betis y todos guardan distancia con respecto a la situación generada actualmente.
El caso es que Rivas, Capi, Nano y Xisco estuvieron reunidos con Lopera antes de la hora del almuerzo en la conocida calle de El Fontanal para departir con Lopera sobre la situación actual del equipo, conjurarse para darlo todo en el Colombino —que se disputa este fin de semana— y para tratar el delicado asunto. Éste se refiere a la diferente tributación a la que se someten los futbolistas tras el cambio efectuado el año pasado en sus contratos de imagen, que pasaron de estar suscritos con una de las sociedades que controla Lopera (Tegasa) a estar directamente ligados con el club heliopolitano. La sorpresa de algunos futbolistas ha llegado recientemente, cuando han tenido que afrontar pagos mayores de los esperados y que no les correspondían.
En este sentido, Lopera trató de tranquilizar a los enviados especiales de la plantilla, y éstos recibieron con cierta confianza el mensaje del máximo accionista. Sin embargo, la inquietud permanece en algunos componentes, que esperan que se resuelva cuanto antes un asunto con el que no contaban y que consideran que no debe ser solucionado directamente por ellos.
Fuentes de la plantilla sí han descartado tajantemente que este problema sobrevenido pueda afectar al rendimiento deportivo, tanto en partidos precedentes como en los futuros, o que se ejecuten medidas de presión de algún tipo. No habrá plantes, comunicados o protestas públicas, según varios jugadores que prefirieron permanecer en el anonimato, ya que tras la conversación con Lopera de ayer se espera que la situación no pase a mayores.
Sin embargo, el asunto no sólo afecta a los jugadores que permanecen en el plantel bético hoy en día, sino que puede suponer un perjuicio económico muy grande para varios futbolistas que ya no están en la plantilla y que han pertenecido a la misma en las últimas temporadas. Estando fuera del Betis, sí es posible que algunos de ellos pueda embarcarse en un litigio para defender con más vehemencia sus intereses, ya que tienen la libertad de poder hacerlo sin tener miedo a represalias deportivas o de otro tipo.
¿Otro 11 de agosto de 2000?
De todas formas, no todos los futbolistas actuales del equipo se verán afectados por esta circunstancia. Es un grupo de una decena de futbolistas los que están inquietos por esta situación fiscal. El mayor temor de cara al seguidor bético es que se repita una historia parecida a la del 11 de agosto de 2000, cuando se produjo un motín en la plantilla bética generado por un conflicto con los contratos de derechos de imagen entre Tegasa y los futbolistas. Entonces la plantilla, también recién descendida a Segunda división, se negó a viajar a Mérida por este motivo y le plantó un pulso a Lopera que terminó con un conflicto tremendo y la ejecución de algunos de los cabecillas (Solozábal, Finidi y Vidakovic, entre otros). De aquella triste fecha de la que el martes se cumplirán exactamente nueve años (justo cuando el Betis emprenderá su viaje a La Manga) no se quiere acordar nadie en el Betis y todos guardan distancia con respecto a la situación generada actualmente.
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