La Fundación mueve el humo

Según informa alfinaldelapalmera.com en el día de hoy la Fundación Heliópolis habría mandado una carta a Lopera en la que “no realiza una oferta económica”, pero “sí la hace de intenciones... basada en una propuesta de tres puntos. “, explicitando claramente que en ningún caso la Fundación asume el papel de comprador, puesto que “la intervención de la Fundación Heliópolis se limitará, ya que ésa es la voluntad de los béticos, a servir de instrumento en la compra de las acciones por los mismos “.

Los tres puntos

:”1. Iniciar los trámites encaminados a la compraventa del paquete mayoritario de acciones del Real Betis Balompié SAD designando de cada parte, vendedora y Fundación Heliópolis, un equipo de negociadores e interlocutores que gestionen el proceso.”

2. Designar una firma de auditoria de primer nivel que determine, mediante tasación, el valor razonable de las acciones a transmitir, conforme a los criterios de valoración que fija el vigente Plan General de Contabilidad. El valor razonable se obtendrá mediante la aplicación de modelos y técnicas de valoración en los que deberá especificarse el activo, pasivo y contingencias fiscales de todo tipo.

3. Reiterar que la intervención de la Fundación Heliópolis se limitará, ya que ésa es la voluntad de los béticos, a servir de instrumento en la compra de las acciones por los mismos, por lo que se fijarán las condiciones y plazos de los que podrán acudir a las adquisición de las acciones que se transmitan. No obstante, desde el momento que quede legalmente constituida, la Fundación Heliópolis se ofrece de forma transitoria para implementar los recursos humanos y económicos necesarios para la adecuada gestión del Real Betis Balompié SAD, hasta que se culmine el proceso de transmisión que en ningún caso deberá superar el plazo de seis meses desde su inicio.”.

Redefinición de la economía de mercado

Los puntos primero y segundo parecen un deseo lógico de cualquier persona o entidad que desee realizar un proceso de compraventa, sin embargo la Fundación se autodefine explícitamente como entidad no compradora, y pretende figurar como intermediario entra un vendedor y un desconocido comprador, y todo ello por un supuesto mandato que le otorga “la voluntad de los béticos”. Según se deduce de esta carta en la economía de libre mercado en la que vivimos el precio en una transacción no lo debe fijar ni el comprador ni el vendedor sino una tercera parte, debiéndose ambos allanarse al precio que ellos fijen, y todo ello sin un mandato explícito de parte alguna, postulados estos muy próximos al sistema económico que rigen muchas dictaduras.

Creemos que todo lo que solicita la Fundación sería totalmente razonable en la medida que se postulen como compradores, pero en el sistema democrático en que vivimos no tiene lógica ni sentido que lo solicite alguien que afirma no es el comprador, por cuanto nuestra economía no le otorga capacitación, mandato ni derecho alguna a “iniciar los trámites de compraventa” de nada más allá de lo que ellos mismos deseen comprar, o sea en este caso NADA. Por lo tanto lo que se está solicitando es realizar una ficción de un proceso de compra-venta, no es lógico pensar que alguna empresa sensata, sea de Lopera o no, se plegará a semejante cortina de humo por cuanto yo solo me reúno para fijar el precio con el comprador, no con alguien que me está diciendo no sólo que él no lo es, sino que ni siquiera representa a nadie con voluntad de compra.
La voluntad de los béticos

Resulta sumamente llamativo el que la Fundación, que supuestamente fue constituida por “adinerados” para poder realizar la compra del paquete accionarial, manifieste ahora que “en ningún caso” van a comprar, y todo ello, según dicen, “ya que ésa es la voluntad de los béticos”, en sentido amplio, a los cuales se les deriva por completo la responsabilidad de la compra. Creemos que sería muy interesante expliquen de donde emana esa “voluntad de los béticos” en una organización que, como denunciábamos hace unos días, ni siquiera tiene democracia interna y no permite votar a sus propios asociados, y más cuando asociaciones opositoras como PNB han abandonado la misma recientemente.

¿Tal vez la voluntad de los béticos se resume en la voluntad de los políticos y empresarios reunidos en Antares al abrigo del convenio urbanístico?