Alfonso Jaramillo: «Benito Villamarín es el mejor presidente de nuestra historia y se le ha traicionado»
En su corazón guarda tantos sentimientos en verde como hechos atesora su larga memoria balompédica. Vivió lo mejor y lo peor de su club. Y ahora está convencido de que el Betis volverá a ser de los béticos.
—¿Qué número de socio tiene usted?
—El tres. Pero en realidad debería ser el uno. Porque perdí el sitio cuando me incorporé al Ejército durante la guerra civil. Son 79 años de socio. Y 95 de vida.
—¿Con cuántos años tuvo que ir a la guerra?
—Tendría 23 años.
—¿Dónde trabajaba usted cuando se fue a la guerra?
—En la casa de cerámica Hijo de José Mensaque, entre Ruiseñor y Justino Matute.
—¿Y es cierto que en Cerámicas Hijo de José Mensaque le respetaron su sueldo durante todo el tiempo que estuvo en el frente?
—Cuando me despedí de don José Mensaque me dijo «vete tranquilo que todos los meses se te van a respetar». Y con aquel dinerillo me casé.
—Imagino que su señora era también bética…
—Tan bética como yo. Dios la tenga en su gloria.
—Me han contado una anécdota hermosísima de su señora. Ella le preparaba la comida al equipo…
—No había medios para comer en el camino, ya fuera venta, restaurante o ventorillo. Y mi mujer, MarÍa Reyes, se encargaba de hacer tortillas de patatas y filetes empanados para que los jugadores pudieran comer.
—Igualito que ahora…
—Ahora van a hoteles de cinco estrellas y no son capaces de evitar un descenso.
—¿Es cierto que aquel Betis de la sima de la Tercera viajó a Málaga como Coro de Campanilleros?
—Fuimos a Málaga a celebrar un partido amistoso. Y buscando la fórmula más económica para viajar, el de la Renfe de la Campana, que era amigo, nos habilitó la fórmula de viajar como coro de campanilleros. Eso llevaba una tarifa especial y a ella nos acogimos.
—Olvidemos lo malo. Y acuérdese, señor Jaramillo, de la mejor época del Betis…
—A partir de 1955. Con Benito Villamarín al frente. Esos son los días de rosas. Para mí es el mejor presidente de la historia bética porque lo rescató del pozo de la Tercera y le dejó un patrimonio al club.
—¿Usted cree que se ha traicionado la memoria de Benito Villamarín?
—Sí, sí, sí. Se ha traicionado su memoria.
—¿Usted no se opuso a que el campo dejara de llamarse Benito Villamarín?
—Yo participé en el cambio del nombre. Como el setenta por ciento de los béticos que fueron consultados para eso. A mí se me quiere culpar, exclusivamente, del cambio del nombre. Pero yo fui uno de los muchos béticos que apoyó ese cambio.
—O sea, que usted también ha sido loperista…
—Claro, ciego con Lopera. Creíamos de verdad que había venido como salvador. Después la decepción ha sido tremenda.
—¿Por qué ha dejado de ser loperista?
—Porque Lopera ya no es Lopera. Ni el Betis el equipo que era. Considero que ha perjudicado extraordinariamente al Betis y que lo ha dejado hecho un solar.
—¿Le guarda usted rencor a alguien por la situación en la que se encuentra el Betis?
—No, no, rencor no. Pero sí tengo una frustración total, no se han cumplido las ilusiones .
—¿Tiene usted acciones?
—Tengo veinte.
—Pero el mayoritario sigue siendo Lopera…
—Pero yo no lo entiendo. Las acciones de Lopera no son de Lopera sino de Farusa. Y si se ha dicho en la radio oficial que Farusa no tiene nada que ver con Lopera, pregunta: ¿cómo es Lopera el socio mayoritario?
—¿Pero quiere vender?
—Yo creo que no. Y yo no quiero que venda al primero que venga y que el Betis vuelva a una sola mano. Así no conseguimos rescatar al Betis.
—Dicen que el Betis está secuestrado, que no está en manos de los béticos…
—No, no. Los béticos no pintamos nada. Yo le he pedido en diversas ocasiones que nos la venda a nosotros, a un precio justo. Pero pide sesenta millones de euros.
—Sigue siendo muy devoto de la Esperanza de Triana…
—Soy el hermano número 28 de la hermandad. La veo todos los años por Pagés del Corro y luego la veo entrar por Triana.
—¿Cuántas veces le ha pedido a la Esperanza de Triana que les eche una mano?
—Todos los días. Creo que cada vez que me ve me dice: Alfonso, ¿otra vez?
—Y en la jueza Mercedes Anaya ¿tiene fe?
—A partir del trabajo de esta señora empezaremos a saber qué es lo que hay en el Real Betis.
En su corazón guarda tantos sentimientos en verde como hechos atesora su larga memoria balompédica. Vivió lo mejor y lo peor de su club. Y ahora está convencido de que el Betis volverá a ser de los béticos.
—¿Qué número de socio tiene usted?
—El tres. Pero en realidad debería ser el uno. Porque perdí el sitio cuando me incorporé al Ejército durante la guerra civil. Son 79 años de socio. Y 95 de vida.
—¿Con cuántos años tuvo que ir a la guerra?
—Tendría 23 años.
—¿Dónde trabajaba usted cuando se fue a la guerra?
—En la casa de cerámica Hijo de José Mensaque, entre Ruiseñor y Justino Matute.
—¿Y es cierto que en Cerámicas Hijo de José Mensaque le respetaron su sueldo durante todo el tiempo que estuvo en el frente?
—Cuando me despedí de don José Mensaque me dijo «vete tranquilo que todos los meses se te van a respetar». Y con aquel dinerillo me casé.
—Imagino que su señora era también bética…
—Tan bética como yo. Dios la tenga en su gloria.
—Me han contado una anécdota hermosísima de su señora. Ella le preparaba la comida al equipo…
—No había medios para comer en el camino, ya fuera venta, restaurante o ventorillo. Y mi mujer, MarÍa Reyes, se encargaba de hacer tortillas de patatas y filetes empanados para que los jugadores pudieran comer.
—Igualito que ahora…
—Ahora van a hoteles de cinco estrellas y no son capaces de evitar un descenso.
—¿Es cierto que aquel Betis de la sima de la Tercera viajó a Málaga como Coro de Campanilleros?
—Fuimos a Málaga a celebrar un partido amistoso. Y buscando la fórmula más económica para viajar, el de la Renfe de la Campana, que era amigo, nos habilitó la fórmula de viajar como coro de campanilleros. Eso llevaba una tarifa especial y a ella nos acogimos.
—Olvidemos lo malo. Y acuérdese, señor Jaramillo, de la mejor época del Betis…
—A partir de 1955. Con Benito Villamarín al frente. Esos son los días de rosas. Para mí es el mejor presidente de la historia bética porque lo rescató del pozo de la Tercera y le dejó un patrimonio al club.
—¿Usted cree que se ha traicionado la memoria de Benito Villamarín?
—Sí, sí, sí. Se ha traicionado su memoria.
—¿Usted no se opuso a que el campo dejara de llamarse Benito Villamarín?
—Yo participé en el cambio del nombre. Como el setenta por ciento de los béticos que fueron consultados para eso. A mí se me quiere culpar, exclusivamente, del cambio del nombre. Pero yo fui uno de los muchos béticos que apoyó ese cambio.
—O sea, que usted también ha sido loperista…
—Claro, ciego con Lopera. Creíamos de verdad que había venido como salvador. Después la decepción ha sido tremenda.
—¿Por qué ha dejado de ser loperista?
—Porque Lopera ya no es Lopera. Ni el Betis el equipo que era. Considero que ha perjudicado extraordinariamente al Betis y que lo ha dejado hecho un solar.
—¿Le guarda usted rencor a alguien por la situación en la que se encuentra el Betis?
—No, no, rencor no. Pero sí tengo una frustración total, no se han cumplido las ilusiones .
—¿Tiene usted acciones?
—Tengo veinte.
—Pero el mayoritario sigue siendo Lopera…
—Pero yo no lo entiendo. Las acciones de Lopera no son de Lopera sino de Farusa. Y si se ha dicho en la radio oficial que Farusa no tiene nada que ver con Lopera, pregunta: ¿cómo es Lopera el socio mayoritario?
—¿Pero quiere vender?
—Yo creo que no. Y yo no quiero que venda al primero que venga y que el Betis vuelva a una sola mano. Así no conseguimos rescatar al Betis.
—Dicen que el Betis está secuestrado, que no está en manos de los béticos…
—No, no. Los béticos no pintamos nada. Yo le he pedido en diversas ocasiones que nos la venda a nosotros, a un precio justo. Pero pide sesenta millones de euros.
—Sigue siendo muy devoto de la Esperanza de Triana…
—Soy el hermano número 28 de la hermandad. La veo todos los años por Pagés del Corro y luego la veo entrar por Triana.
—¿Cuántas veces le ha pedido a la Esperanza de Triana que les eche una mano?
—Todos los días. Creo que cada vez que me ve me dice: Alfonso, ¿otra vez?
—Y en la jueza Mercedes Anaya ¿tiene fe?
—A partir del trabajo de esta señora empezaremos a saber qué es lo que hay en el Real Betis.
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