Dándole vueltas a la tan manida y casi metafísica pregunta de qué le pasa a nuestro Betis, parece que la respuesta siempre nos lleva a dos vertientes: los jugadores y el máximo accionista. Ambas, a su vez, conviven en perfecta armonía, ajenos los unos y los otros de todo lo que lleva consigo el representar un club centenario y una gran afición otroras estandarte nuestra gente, hoy en día adormilada en el hartazgo.

Obviando el tema de los jugadores, tengo la impresión de que don Manué ya pasa un poco de todo. No sale apenas en los medios de comunicación, está inmerso en un proceso judicial que realmente no sé si le quitará el sueño o no pero seguro que horas de trabajo al día para lo que sea a lo que se dedique, sus intentos de proyecto durante los últimos años no han cuajado, quiero pensar que cada vez le queda menos gente afín o por lo menos la que queda se la trae también al pairo lo que ocurra en el club, una enfermedad de la que afortunadamente salió adelante pero que provoca un desgaste importante y así un largo etcétera que me lleva a la siguiente pregunta. ¿No va siendo hora de que deje su sitio a alguien con ganas, con fuerzas de trabajar en condiciones por este club? ¿Tan rentable es el Betis para seguir con un proyecto que nunca llegó a nada?

Ya sé que es volver al Cuento de la Buena Pipa, pero os dejo por aquí el tema para analizar un poco en qué situación se encuentra la dirección del equipo después de tantos años sin alcanzar ningún objetivo plausible y plantearos si veis que de esta manera la entrega del relevo no puede estar muy lejos o qué haría falta para que éste se produzca.

Un saludo,

11romario11.