[LEFT]Que acabe ya esto.
Sin duda el título puede ser de lo más ambiguo. Y la verdad, son tantas las cosas que me llevan a realizar tal afirmación, que no estoy por la labor de matizar nada.
Lo cierto y verdad, o al menos así debería de ser, es que el actual panorama verdiblanco invita poco a la ilusión, y mucho al hartazgo mas absoluto.
Una temporada mas, y ya son muchas, demasiadas, se acerca el final de liga con la sensación de que nada cambia en Heliópolis. De que pasan los años, y la historia se repite una y otra vez. De que pasan las temporadas, y todo está escrito ya. De que, pasadas ya unas cuantas finales, ¡qué pronto empiezan las tristes finales en el Villamarín!, aún no se ha conseguido el triste objetivo. Por Dios, que acabe ya esto.
Al perecer, a lo máximo que puede aspirar el Betis, los béticos, es a “disfrutar” de un par de jornadas tranquilas, con el mínimo de puntos necesarios en el zurrón, y siempre mirando de reojillo a los rivales, que den derecho a repetir la historia el siguiente año en la máxima categoría. Encima, y visto lo visto, que sea pronto y a Dios gracias.
A todo esto… ¿qué fue de eso del mejor equipo de Andalucía? Que tanto se pregonaba desde lo que debería ser la planta noble del club. Sin duda, la falta de ambición, la falta de ideas, de ganas, de responsabilidad, solo demuestran que donde realmente está a gusto quien suele ganar las votaciones en las Juntas de Accionistas y por extensión, el Consejo de Administración, donde se encuentran realmente a gusto es en la más absoluta mediocridad. Al parecer, es mas gratificante repartir pins en el palco del Mirandés (con todos los respetos al club de Miranda del Ebro) que en el palco de Stamford Bridge, donde, encima, se habla en inglés. Lo dicho, por Dios que acabe ya esto.
Solo pido un poco de dignidad, un poco de ambición, poner las bases para que el equipo crezca año tras año, que se tenga en cuenta al patrimonio más grande que puede tener un club, a su afición. Que se luche por objetivos acordes a lo que representa su masa social.
Porque pasarán los años, las temporadas, las décadas, y visto lo visto, los centenarios… y eso si que no va a acabar nunca. El Betis, los béticos, siempre estarán ahí. Como siempre ha sido, y como siempre será.
¡Viva el Betis LIBRE![/LEFT]
Sin duda el título puede ser de lo más ambiguo. Y la verdad, son tantas las cosas que me llevan a realizar tal afirmación, que no estoy por la labor de matizar nada.
Lo cierto y verdad, o al menos así debería de ser, es que el actual panorama verdiblanco invita poco a la ilusión, y mucho al hartazgo mas absoluto.
Una temporada mas, y ya son muchas, demasiadas, se acerca el final de liga con la sensación de que nada cambia en Heliópolis. De que pasan los años, y la historia se repite una y otra vez. De que pasan las temporadas, y todo está escrito ya. De que, pasadas ya unas cuantas finales, ¡qué pronto empiezan las tristes finales en el Villamarín!, aún no se ha conseguido el triste objetivo. Por Dios, que acabe ya esto.
Al perecer, a lo máximo que puede aspirar el Betis, los béticos, es a “disfrutar” de un par de jornadas tranquilas, con el mínimo de puntos necesarios en el zurrón, y siempre mirando de reojillo a los rivales, que den derecho a repetir la historia el siguiente año en la máxima categoría. Encima, y visto lo visto, que sea pronto y a Dios gracias.
A todo esto… ¿qué fue de eso del mejor equipo de Andalucía? Que tanto se pregonaba desde lo que debería ser la planta noble del club. Sin duda, la falta de ambición, la falta de ideas, de ganas, de responsabilidad, solo demuestran que donde realmente está a gusto quien suele ganar las votaciones en las Juntas de Accionistas y por extensión, el Consejo de Administración, donde se encuentran realmente a gusto es en la más absoluta mediocridad. Al parecer, es mas gratificante repartir pins en el palco del Mirandés (con todos los respetos al club de Miranda del Ebro) que en el palco de Stamford Bridge, donde, encima, se habla en inglés. Lo dicho, por Dios que acabe ya esto.
Solo pido un poco de dignidad, un poco de ambición, poner las bases para que el equipo crezca año tras año, que se tenga en cuenta al patrimonio más grande que puede tener un club, a su afición. Que se luche por objetivos acordes a lo que representa su masa social.
Porque pasarán los años, las temporadas, las décadas, y visto lo visto, los centenarios… y eso si que no va a acabar nunca. El Betis, los béticos, siempre estarán ahí. Como siempre ha sido, y como siempre será.
¡Viva el Betis LIBRE![/LEFT]
Comentario