Ni tanto ni tan calvo. Ni éramos tan buenos ni ahora tan malos. Con el Sporting se consiguió lo que había que conseguir, los puntos, unos puntos que vinieron como agua de mayo, como maná en nuestro casillero, como maravilloso licor digestivo que nos deja a siete puntos del descenso... si Dios quiere o por lo menos su socio en la tierra, el señor Momparlet.

No vamos a bajar... no, los hay mucho peores. No vamos a bajar y lo digo a boca llena. Pero nos vamos a llevar algún susto seguro. Y tenemos que visitar a los pericos, que como les dé por dar una sorpresa contra los gijoneses, la llevamos clara, y sobre todo nuestros hermanos catalanes, que encima les ponen las entradas a precio de Champion... con lo lejos que nos queda a nosotros eso.

Contra el Sporting escuché a un conocido hablar de que podíamos coger al Sevilla, me sonreí, pero ya no me hizo gracia cuando algunos decían lo mismo por aquí y por allí. Quizá entienda poco de ilusión aplicada a la fantasía y mi doctorado esté más pensado en ilusión aplicada a la realidad. Y ahí veo que llegaremos a los 40 y nos salvamos, quizá con 41, pero salvados salvados...

Y salvados matemáticamente abrá que tirar de hemeroteca de corto recorrido para ver cómo en los periódicos hemos pasado por luchar por la champion, fichar en el último día, regalar chaquetitas, ir a Europa o ir a los tribunales, mirar para otro lado, mirar al ombligo, sacar pecho, esconder el culo, etc. etc. etc. etc.

Y ayer... pues yo fui al partido, estuve allí y en la primera parte vostecé como hacía que no recordaba que lo hacía. Lo malo era que la sensación se convirtió en realidad. Decía un compañero de asiento un pensamiento que coincidió plenamente con la realidad y que hizo que se me atragantase el último bocado del bocata de ******* que mi cuñada me prepara cada partido... Ellos llegan tres veces y nos hacen dos... y nosotros no somos así...

Empezó la segunda parte con el pensamiento en mis entrañas... Y ahí estaba Villa ... pesadilla. Ojalá en la selección haga mil goles, pero ayer no, ayer no era el día que tenía que sacar el tarro de las esencias. Y encima cuando sale Joaquinito. Ese que pasamos de aplaudir a pedir que lo pisen. Hace tiempo que se fue, hace tiempo que dejó de ser del Betis. Es normal que busque y con ganas ganar, es lo que quiero en mi equipo.

Pues terminó el partido con ese saque que era un despeje pero que tenía que haber sido un centro de gol. Ay Ricardo, una en cada partido... ojú. Y cuando digo una no es una cantada, sino una burrada.

Perdón por la doble crónica, pero es que el lunes no me dió tiempo, el martes ya era tarde y ayer estaba en el Betis, con otros miles de béticos.

Y por cierto, Señor Castaño, póngase de nuevo al lado del máximo segundo accionista, hombre, que se le ve mu raro allá en la esquina del palco, parece un federalista cualquiera.