Se ha vuelto una expresión tristemente extendida, cada vez que quieres opinar sobre la gestión del Real Betis Balompié, responder despreciativamente y sin más, como si eso lo zanjara todo ¿Y donde está “el taco”?
Evidentemente, un “exorcismo” tan pintoresco no se estandariza tan fácilmente, no surge de la nada, no puede ser casualidad. Medios hay difundiéndolo, y va calando.
Esa inercia, ese calar sin más por haberlo escuchado mil veces repetido, podría hacer en alguna medida comprensible que incluso béticos de buena fe a las primeras de cambio te suelten eso de: que me vienes a contar, que derecho tienes a opinar, si no traes “el taco”.
Y a mí, perplejo, no me queda más remedio que preguntarles: ¿QUÉ TACO? De que maldito taco estáis hablando. A que os referís con eso, o a que creéis que os referís.
Sólo se me ocurren tres posibilidades, que enumero y rebato al mismo tiempo
1) ¿Se trata acaso de dinero que habría que aportar al Betis para su funcionamiento ordinario, un dinero que a día de hoy le estaría inyectando alguien aparte de los ingresos corrientes de la entidad y que sería vital para su marcha?
Pero en las cuentas declaradas por la SAD de todos los ejercicios cerrados hasta la fecha no se refleja ni una sola aportación o donación particular, no habiendo más ingresos que los generados por el propio Betis. Es decir, el propio consejo de administración afirma oficialmente que NADIE PONE NI UN DURO EN EL BETIS, que se financia de sus propios ingresos. Luego no se pueden referir a eso.
2) ¿Quizá aluden a ingentes cantidades de pasta, igualmente extrañas a lo generado por el Betis, que resultarían imprescindibles para avalarlo todo?
Sin embargo nadie ha visto nunca un aval solidario contra patrimonio distinto al de la entidad, las investigaciones judiciales en curso indican que todo el entramado de avales surge de la red de sociedades vampíricas que la rodean y, lo que es más indicativo, sólo hay que consultar Registro de la Propiedad para comprobar que con hipotecas sobre el estadio se han avalado no sólo deudas del Betis, sino las multas de 50 millones impuestas personalmente a Lopera por sus dos delitos fiscales. De ello se deduce que el patrimonio del Betis no sólo da para avalar sus propios compromisos, sino también las deudas personales de su consejero delegado, por lo que tampoco pueden estar hablando de esto.
3) Finalmente, sólo me queda una opción, no estarían pensando en dinero para el Betis, sino más bien en un sustancioso “taco” para pagarle a Lopera lo que quiera que él cree que debe cobrar por las acciones de Farusa.
Esta última es la opción que me parece más alucinante. ¿Realmente puede haber gente que piense que lo único que legitimaría a los béticos para determinar los designios del Betis sería regalarle 15.000 millones a Lopera? Mientras él no cesa de articular pantomimas para mantener la ilusión de que el famoso paquete de control tiene un valor de mercado imposible, la justicia criminal trabaja para de terminar su saldo con el Betis y los béticos, que podría hasta ser negativo.
Entretanto, descartados los movidos por el interés y la mala fe, solo pido a los que por simple inercia te sueltan eso de “el taco”, que antes de decirlo reflexionen un momento. Que tengan presente que la voluntad de solucionar la situación es cosa nuestra, dependerá de nuestra determinación y capacidad de organización, pero que aparte de eso, necesitar lo que se dice necesitar, no necesitamos mas que al Betis, porque el Betis y solo el Betis, es el famoso “taco”.
Evidentemente, un “exorcismo” tan pintoresco no se estandariza tan fácilmente, no surge de la nada, no puede ser casualidad. Medios hay difundiéndolo, y va calando.
Esa inercia, ese calar sin más por haberlo escuchado mil veces repetido, podría hacer en alguna medida comprensible que incluso béticos de buena fe a las primeras de cambio te suelten eso de: que me vienes a contar, que derecho tienes a opinar, si no traes “el taco”.
Y a mí, perplejo, no me queda más remedio que preguntarles: ¿QUÉ TACO? De que maldito taco estáis hablando. A que os referís con eso, o a que creéis que os referís.
Sólo se me ocurren tres posibilidades, que enumero y rebato al mismo tiempo
1) ¿Se trata acaso de dinero que habría que aportar al Betis para su funcionamiento ordinario, un dinero que a día de hoy le estaría inyectando alguien aparte de los ingresos corrientes de la entidad y que sería vital para su marcha?
Pero en las cuentas declaradas por la SAD de todos los ejercicios cerrados hasta la fecha no se refleja ni una sola aportación o donación particular, no habiendo más ingresos que los generados por el propio Betis. Es decir, el propio consejo de administración afirma oficialmente que NADIE PONE NI UN DURO EN EL BETIS, que se financia de sus propios ingresos. Luego no se pueden referir a eso.
2) ¿Quizá aluden a ingentes cantidades de pasta, igualmente extrañas a lo generado por el Betis, que resultarían imprescindibles para avalarlo todo?
Sin embargo nadie ha visto nunca un aval solidario contra patrimonio distinto al de la entidad, las investigaciones judiciales en curso indican que todo el entramado de avales surge de la red de sociedades vampíricas que la rodean y, lo que es más indicativo, sólo hay que consultar Registro de la Propiedad para comprobar que con hipotecas sobre el estadio se han avalado no sólo deudas del Betis, sino las multas de 50 millones impuestas personalmente a Lopera por sus dos delitos fiscales. De ello se deduce que el patrimonio del Betis no sólo da para avalar sus propios compromisos, sino también las deudas personales de su consejero delegado, por lo que tampoco pueden estar hablando de esto.
3) Finalmente, sólo me queda una opción, no estarían pensando en dinero para el Betis, sino más bien en un sustancioso “taco” para pagarle a Lopera lo que quiera que él cree que debe cobrar por las acciones de Farusa.
Esta última es la opción que me parece más alucinante. ¿Realmente puede haber gente que piense que lo único que legitimaría a los béticos para determinar los designios del Betis sería regalarle 15.000 millones a Lopera? Mientras él no cesa de articular pantomimas para mantener la ilusión de que el famoso paquete de control tiene un valor de mercado imposible, la justicia criminal trabaja para de terminar su saldo con el Betis y los béticos, que podría hasta ser negativo.
Entretanto, descartados los movidos por el interés y la mala fe, solo pido a los que por simple inercia te sueltan eso de “el taco”, que antes de decirlo reflexionen un momento. Que tengan presente que la voluntad de solucionar la situación es cosa nuestra, dependerá de nuestra determinación y capacidad de organización, pero que aparte de eso, necesitar lo que se dice necesitar, no necesitamos mas que al Betis, porque el Betis y solo el Betis, es el famoso “taco”.
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