Según esta regla cogemos tres incógnitas. Una dice ser el jeque de una radio que no es suya pero que quiere que lo parezca. Habla normalmente, hasta que las pruebas no demuestren lo contrario, con la voz del que le paga (no me gustan otros calificativos). Las otras dos incógnitas beben (y hasta comen) de las fuentes que pagan a la primera incógnita.
Cogemos la ecuación matemática e integramos las tres incógnitas despejando a un señor de la algaba cuyo mínimo común múltiplo es una camiseta con un número 90 y un nombre que no me dice nada. Dividimos al señor citado, mínimo común, entre tres (bueno, entre tres y medio) y lo pasamos al otro lado de la ecuación en negativo, por supuesto.
Queda que las tres incógnitas despejadas y bien comidas dan como resultado un negativo señor con camiseta y número en la espalda 90. Mientras, el máximo común divisor no entra en la ecuación porque está en una matriz de 92x92 y ahí siempre es difícil dar con él.
Pero el resultado vuelve a ser negativo, eso sí.
Cogemos la ecuación matemática e integramos las tres incógnitas despejando a un señor de la algaba cuyo mínimo común múltiplo es una camiseta con un número 90 y un nombre que no me dice nada. Dividimos al señor citado, mínimo común, entre tres (bueno, entre tres y medio) y lo pasamos al otro lado de la ecuación en negativo, por supuesto.
Queda que las tres incógnitas despejadas y bien comidas dan como resultado un negativo señor con camiseta y número en la espalda 90. Mientras, el máximo común divisor no entra en la ecuación porque está en una matriz de 92x92 y ahí siempre es difícil dar con él.
Pero el resultado vuelve a ser negativo, eso sí.
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