Una historia basada en hechos reales
Publicado por Bético de cuna on marzo 18, 2009 at 4:30pm
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Lunes dieciseis de Marzo de dos mil nueve. Despacho de Manuel Ruíz de Lopera en la calle Jabugo, Sevilla,12:00 de la mañana.
La madera laboriosamente tallada suena de repente: alguien está llamando tratando de parecer tranquilo y seguro a la vez que educado. Salvo lo último, no consigue ni lo primero ni lo segundo.
Con un suave `clac´ se abre la gran puerta, pero el hombre que entra por ella no permite que permanezca abierta demasiado tiempo. Pasa por el hueco exacto que su oronda figura necesita para penetrar en el despacho, y se apresura cerrando la puerta lentamente tras de sí. Lleva un traje de los baratos, ciertamente deslucido por lo encorvado de sus hombros y las múltiples arrugas que lo surcan aquí y allí. En su frente afloran gotas de sudor descontroladamente. Ya están solos los dos en el peculiar despacho. El joven periodista siente en sus entrañas el misticismo que invade aquel lugar, y una vez más mira de reojo la inmensa imagen del Gran Poder situada trás la mesa principal antes de emprender el camino hasta la misma. Don Manuel está vuelto de espaldas, justo delante de una coqueta vitrina repleta de placas conmemorativas, eso sí, sólo las más especiales y valiosas a su entender. A los ojos del joven Iván, está impecablemente trajeado.Permanece inmóvil, con una postura elegante, estirada; con los dedos entrelazados con fuerza a su espalda.
--¿Y bien? -pregunta sin darse la vuelta.-
-- Bueno don Manuel, ya sabe que el ambiente está caldeado trás el partido. Pero bueno, Chaparro sigue en sus trece y la gente la ha tomado con él, ¡que siga así chaparro! -Exclama Iván-
Rapidamente don Manuel se vuelve sobre su eje y le fulmina con una mirada tajante y autoritaria. La sonrisa del joven periodista desaparece en décimas de segundo y su cara ahora es un poema. Trás tragar saliva recuerda que don Manuel gusta de ser él quien suelte algún chascarrillo en primera instancia. Cuando se producen, los silencios en ese despacho se expanden hasta el infinito y absorben todo lo que encuentran como un voraz agujero negro. Esta era una de esas ocasiones.
-- Sientaté, Iván.
--Gracias, don Manuel -asiente el joven aliviado mientras aprovecha para secar sus rechonchas manos de sudor en las musleras de sus pantalones, aunque no lo consigue del todo por lo sintético del material con que fueron elaborados -
Don Manuel permanece en pié, pero de repente se agacha trás la mesa. Abre un cajón y extrae un diario deportivo que el joven Iván reconoce inmediatamente, a pesar de la evidente antigüedad que muestran sus amarillentas páginas. Cuidadosamente, lo deposita sobre la mesa al alcance del joven periodista, que espera paciente y respetuoso la liturgia del momento.
-- Mira Iván, mira lo que desía er Marca un día como hoy.
El joven no puede detener su curiosidad y lo primero que hace es mirar la fecha de publicación. Ha pasado más de una década desde entonces, y le llama la atención sobremanera la imagen de portada donde aparece un chiquillo que seguía consagrándose, esa vez con un hat-trick, en el Real Madrid. Raúl.
-- Página ventiseis -Interrumpe don Manuel con voz grave y segura-
Iván pasa las páginas con inquietud hasta llegar a la sección que el diario dedicaba al Betis. Mientras ojea la más que curiosa actualidad del equipo de aquella época, es nuevamente interrumpido por don Manuel.
-- ¿Ha dicho argo la opozición?
El joven periodista vuelve en sí, como si acabase de despertar de un sueño. Parecía que nada de lo que allí había leído hubiese ocurrido realmente. Aquella pregunta lo devuelve de sopetón a la cruda realidad.
-- Eh... No, que yo sepa no, don Manuel. ¡A esas cucarachas las mantengo yo a raya en la radio!
-- ¡Aquí sólo inzurto yo! ¡Estamos apañaos contigo! Te he dicho que en la radio digas lo que quieras, pero en mi casa cállate hombre...
De nuevo se hace el silencio sólo contaminado por el patalear de Iván bajo la mesa.
--¿Se habla de Oliveira?
-- Bueno Don Manuel, parece que su efecto se está pasando antes de lo previsto.
Don Manuel aprieta con fuerza el puño derecho y bordea a paso muy lento la implacable mesa de caoba hasta situarse justo al lado de Iván, para continuar preguntando con la mirada perdida en ninguna parte.
-- ¿ Lo de Serra ha salido ya?
-- Mañana estará en todas partes don Manuel, y lo de Curro Romero también está ya preparado.
Un brebe guiño de felicidad parece tomar fuerza en la expresión de don Manuel, pero se desvanecece en breves segundos.
-- Lo pones en la wez, y en la radio podrías hacer un especial. No te olvides de los de Radio Marca, necesito... algo contundente.
De repente gira la cabeza y se queda mirando fijamente a Iván, con los ojos abiertos de par en par, como si pretendiera hacerle una foto con las pupilas.
--¡Er moro! -Exclama don Manuel-
Iván no sabe que quiere decir con eso ni como reaccionar, cuando don Manuel continua hablando mientras se dirige de vuelta a su sillón de piel, bordeando de nuevo la mesa.
-- ¡Bastardos de la prensa! Ahora me toca a mi, hay que flirtar la noticia de que un jeque árabe me quiere comprar las acciones... ¡Y por muchos millones, que vean la gente por donde van los tiros hombre!
-- Bueno don Manuel... -Empieza a decir Iván con la voz algo apagada y sin tenerlas todas consigo-
¿Qué pasa con Bsport?
Una repentina y descontrolada carcajada de don Manuel rebota contra el techo e inunda toda la estancia. Iván le sigue con una risa cortada, fruto del nerviosismo más que de otra cosa.
-- Eso no se lo ha creído nadie, pero con er moro ya verás...Seguro que se habla de los fichajes que traerá er morito rico y no de mi mardita gestión...
-- Es usted un genio Don Manuel -dice Iván lleno de admiración-
Al fín don Manuel se deja caer sobre el respaldo del sillón muy satisfecho, y con media sonrisa dibujada en el rostro responde lleno de orgullo:
-- Yo zoy Manuel Ruiz de Lopera, no lo olvides.
--Muy bien don Manuel, acudiré presto a filtrar esa noticia. -Iván se levanta con cara de satisfacción mientras que Lopera se despide acomodado en el sillón.
-- Deja entrar ar haski cuando te vayas, que lleva un rato arañando la puerta...
lectura obligatoria. un aplauso
Publicado por Bético de cuna on marzo 18, 2009 at 4:30pm
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Lunes dieciseis de Marzo de dos mil nueve. Despacho de Manuel Ruíz de Lopera en la calle Jabugo, Sevilla,12:00 de la mañana.
La madera laboriosamente tallada suena de repente: alguien está llamando tratando de parecer tranquilo y seguro a la vez que educado. Salvo lo último, no consigue ni lo primero ni lo segundo.
Con un suave `clac´ se abre la gran puerta, pero el hombre que entra por ella no permite que permanezca abierta demasiado tiempo. Pasa por el hueco exacto que su oronda figura necesita para penetrar en el despacho, y se apresura cerrando la puerta lentamente tras de sí. Lleva un traje de los baratos, ciertamente deslucido por lo encorvado de sus hombros y las múltiples arrugas que lo surcan aquí y allí. En su frente afloran gotas de sudor descontroladamente. Ya están solos los dos en el peculiar despacho. El joven periodista siente en sus entrañas el misticismo que invade aquel lugar, y una vez más mira de reojo la inmensa imagen del Gran Poder situada trás la mesa principal antes de emprender el camino hasta la misma. Don Manuel está vuelto de espaldas, justo delante de una coqueta vitrina repleta de placas conmemorativas, eso sí, sólo las más especiales y valiosas a su entender. A los ojos del joven Iván, está impecablemente trajeado.Permanece inmóvil, con una postura elegante, estirada; con los dedos entrelazados con fuerza a su espalda.
--¿Y bien? -pregunta sin darse la vuelta.-
-- Bueno don Manuel, ya sabe que el ambiente está caldeado trás el partido. Pero bueno, Chaparro sigue en sus trece y la gente la ha tomado con él, ¡que siga así chaparro! -Exclama Iván-
Rapidamente don Manuel se vuelve sobre su eje y le fulmina con una mirada tajante y autoritaria. La sonrisa del joven periodista desaparece en décimas de segundo y su cara ahora es un poema. Trás tragar saliva recuerda que don Manuel gusta de ser él quien suelte algún chascarrillo en primera instancia. Cuando se producen, los silencios en ese despacho se expanden hasta el infinito y absorben todo lo que encuentran como un voraz agujero negro. Esta era una de esas ocasiones.
-- Sientaté, Iván.
--Gracias, don Manuel -asiente el joven aliviado mientras aprovecha para secar sus rechonchas manos de sudor en las musleras de sus pantalones, aunque no lo consigue del todo por lo sintético del material con que fueron elaborados -
Don Manuel permanece en pié, pero de repente se agacha trás la mesa. Abre un cajón y extrae un diario deportivo que el joven Iván reconoce inmediatamente, a pesar de la evidente antigüedad que muestran sus amarillentas páginas. Cuidadosamente, lo deposita sobre la mesa al alcance del joven periodista, que espera paciente y respetuoso la liturgia del momento.
-- Mira Iván, mira lo que desía er Marca un día como hoy.
El joven no puede detener su curiosidad y lo primero que hace es mirar la fecha de publicación. Ha pasado más de una década desde entonces, y le llama la atención sobremanera la imagen de portada donde aparece un chiquillo que seguía consagrándose, esa vez con un hat-trick, en el Real Madrid. Raúl.
-- Página ventiseis -Interrumpe don Manuel con voz grave y segura-
Iván pasa las páginas con inquietud hasta llegar a la sección que el diario dedicaba al Betis. Mientras ojea la más que curiosa actualidad del equipo de aquella época, es nuevamente interrumpido por don Manuel.
-- ¿Ha dicho argo la opozición?
El joven periodista vuelve en sí, como si acabase de despertar de un sueño. Parecía que nada de lo que allí había leído hubiese ocurrido realmente. Aquella pregunta lo devuelve de sopetón a la cruda realidad.
-- Eh... No, que yo sepa no, don Manuel. ¡A esas cucarachas las mantengo yo a raya en la radio!
-- ¡Aquí sólo inzurto yo! ¡Estamos apañaos contigo! Te he dicho que en la radio digas lo que quieras, pero en mi casa cállate hombre...
De nuevo se hace el silencio sólo contaminado por el patalear de Iván bajo la mesa.
--¿Se habla de Oliveira?
-- Bueno Don Manuel, parece que su efecto se está pasando antes de lo previsto.
Don Manuel aprieta con fuerza el puño derecho y bordea a paso muy lento la implacable mesa de caoba hasta situarse justo al lado de Iván, para continuar preguntando con la mirada perdida en ninguna parte.
-- ¿ Lo de Serra ha salido ya?
-- Mañana estará en todas partes don Manuel, y lo de Curro Romero también está ya preparado.
Un brebe guiño de felicidad parece tomar fuerza en la expresión de don Manuel, pero se desvanecece en breves segundos.
-- Lo pones en la wez, y en la radio podrías hacer un especial. No te olvides de los de Radio Marca, necesito... algo contundente.
De repente gira la cabeza y se queda mirando fijamente a Iván, con los ojos abiertos de par en par, como si pretendiera hacerle una foto con las pupilas.
--¡Er moro! -Exclama don Manuel-
Iván no sabe que quiere decir con eso ni como reaccionar, cuando don Manuel continua hablando mientras se dirige de vuelta a su sillón de piel, bordeando de nuevo la mesa.
-- ¡Bastardos de la prensa! Ahora me toca a mi, hay que flirtar la noticia de que un jeque árabe me quiere comprar las acciones... ¡Y por muchos millones, que vean la gente por donde van los tiros hombre!
-- Bueno don Manuel... -Empieza a decir Iván con la voz algo apagada y sin tenerlas todas consigo-
¿Qué pasa con Bsport?
Una repentina y descontrolada carcajada de don Manuel rebota contra el techo e inunda toda la estancia. Iván le sigue con una risa cortada, fruto del nerviosismo más que de otra cosa.
-- Eso no se lo ha creído nadie, pero con er moro ya verás...Seguro que se habla de los fichajes que traerá er morito rico y no de mi mardita gestión...
-- Es usted un genio Don Manuel -dice Iván lleno de admiración-
Al fín don Manuel se deja caer sobre el respaldo del sillón muy satisfecho, y con media sonrisa dibujada en el rostro responde lleno de orgullo:
-- Yo zoy Manuel Ruiz de Lopera, no lo olvides.
--Muy bien don Manuel, acudiré presto a filtrar esa noticia. -Iván se levanta con cara de satisfacción mientras que Lopera se despide acomodado en el sillón.
-- Deja entrar ar haski cuando te vayas, que lleva un rato arañando la puerta...
lectura obligatoria. un aplauso
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