¿Quién ha dicho que no? Vamos a ganar, una vez más vamos a ganar. Ojalá ganemos. Yo quiero ganar. Mi gente irá al campo a verlos ganar. Las ganas de ganar están por encima de todas las cosas y... nos da igual caer en la trampa.
Nos da igual caer, queremos ganar. Si la trampa es un cepo de 9 millones de euros, así de grande, por mucho que parezca apetecible, lo saltaremos para verte ganar. Si la jaula es un sentimiento, a sus barrotes nos agarraremos aunque estén ardiendo, a gritar y subir por los hierros mohosos para verte ganar. Que sí, que queremos verte ganar aunque pasemos uno a uno de nuevo por la ratonera en forma de calle jamonera. Que sí, que metemos el pié en una mina si hace falta para verte ganar, caemos en el lazo de la ignorancia presidencial.
Que sí, que queremos verte ganar, siempre lo hemos querido, con tantas ganas que incluso algunos se ha pensado que lo mejor es que perdieses, a tanto llegan sus ganas. Pero no quieren verte ganar por la agonía de la victoria, por la ignoracia de las fuerzas, por el egoismo puro, quieren verte ganar porque demandan que se consiga esa victoria en consonacia con la fuerza de su sentimiento. Saben del manquepierda y saben de la fuerza negativa y positiva que tiene. Pero aun así quieren verte ganar sabiendo lo difícil que es evitar todas las trampas, todos los agujeros tapados que hay entre la ansiada victoria y su beticismo.
Caeremos en la trampa, unos sin oler el peligro, otros a sabiendas de olerlo porque el veneno que transmite el Betis nos lleva hacia delante, aunque la trampa no sea roja, sino que la pongan barrote a barrote, cada una de las mentiras, cada uno de los insultos, cada una de las vergüenzas que los béticos que en nombre del manquepierda hemos sufrido.
Aquí seguimos, dispuesto de nuevo a ganar, manquepierda.
Nos da igual caer, queremos ganar. Si la trampa es un cepo de 9 millones de euros, así de grande, por mucho que parezca apetecible, lo saltaremos para verte ganar. Si la jaula es un sentimiento, a sus barrotes nos agarraremos aunque estén ardiendo, a gritar y subir por los hierros mohosos para verte ganar. Que sí, que queremos verte ganar aunque pasemos uno a uno de nuevo por la ratonera en forma de calle jamonera. Que sí, que metemos el pié en una mina si hace falta para verte ganar, caemos en el lazo de la ignorancia presidencial.
Que sí, que queremos verte ganar, siempre lo hemos querido, con tantas ganas que incluso algunos se ha pensado que lo mejor es que perdieses, a tanto llegan sus ganas. Pero no quieren verte ganar por la agonía de la victoria, por la ignoracia de las fuerzas, por el egoismo puro, quieren verte ganar porque demandan que se consiga esa victoria en consonacia con la fuerza de su sentimiento. Saben del manquepierda y saben de la fuerza negativa y positiva que tiene. Pero aun así quieren verte ganar sabiendo lo difícil que es evitar todas las trampas, todos los agujeros tapados que hay entre la ansiada victoria y su beticismo.
Caeremos en la trampa, unos sin oler el peligro, otros a sabiendas de olerlo porque el veneno que transmite el Betis nos lleva hacia delante, aunque la trampa no sea roja, sino que la pongan barrote a barrote, cada una de las mentiras, cada uno de los insultos, cada una de las vergüenzas que los béticos que en nombre del manquepierda hemos sufrido.
Aquí seguimos, dispuesto de nuevo a ganar, manquepierda.
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