Viene de este post: http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?p=1315220
Ha surgido, al hilo del post referenciado, un interesante debate sobre un aspecto concreto al que el mismo se refiere, esto es, la “resistencia” que ejercen aquellos béticos más allá de su fidelidad al equipo en el plano deportivo. Por cierto, que como se apunta, recuerdo bien cuando Adolfo Cuellar, en una entrevista radiofónica allá por el mes de Noviembre, utilizó este término para referirse a la mal llamada oposición. Y, por supuesto, recuerdo perfectamente al compañero bético que en la Junta proclamo la "resistance" desde el atril.
Digo que surge un interesante debate, respecto a las actuaciones del beticismo que ha decidido implicarse en el plano social, institucional y accionarial, y este debate que plantean algunos foreros se centra en dos conceptos: la unidad y la movilización.
Uno y otro concepto, unidad y movilización, son efectivamente dignos de reflexión y debate. Tanto, que me ha parecido más lógico hacerlo en un post aparte, con los siguientes apuntes:
1) En primer lugar, que entiendo que la referencia se hace a la unidad de actuación, no a una unidad de identidad o conceptual. Dicho de otra forma, entiendo que los compañeros que han reflexionado sobre la misma no llaman a una "fusión" de los grupos de béticos comprometidos, sino a una unidad de los mismos a la hora de abordar actuaciones conjuntas. Yo al menos lo entiendo así, y apostaría por esa figura (la unidad de actuación), no por la otra (la unidad de identidad o conceptual).
2) Por otro lado, conviene siempre situar que tanto la unidad de actuación como la movilización son herramientas que se utilizan en la consecución de unos fines, no un fin en sí mismo. Como bien apuntaba recontrabético, el fin del beticismo no es la movilización, ni organizarse frente a nadie: son las excepcionales circunstancias que sufre nuestro club las que motivan no solo un nivel de organicidad social (que siempre es deseable en una Institución, para crear y expandir beticismo, animar al equipo y defender sus intereses, también en el plano societario) sino que dicha organicidad deba hacer en ocasiones con la oposición de los dirigentes y que se hayan puesto en marcha otro tipo de actuaciones, en el plano jurídico entre otros.
3) Situadas ambas cuestiones, y coincidiendo en que ambas (la unidad de actuación y la movilización) pueden ser herramientas convenientes para la consecución de los fines, conviene siempre tener presente cuales son éstos. Personalmente, creo que una buena definición que puede ser válida para el "beticismo comprometido" en su conjunto es la reflejada en el artículo 3 de los Estatutos de la Asociación Por Nuestro Betis, aprobados con fecha 13 de Abril de 2007:
a) Defender los intereses de los aficionados, abonados y accionistas minoritarios del REAL BETIS BALOMPIÉ
b) Inspirar, canalizar y organizar corrientes de opinión entre los aficionados, abonados y accionistas minoritarios del REAL BETIS BALOMPIÉ que contribuyan a la conformación de un criterio propio, independiente y autónomo de quienes dirijan o controlen accionarialmente la S.A.D.
c) Favorecer que la gestión del REAL BETIS BALOMPIÉ S.A.D. esté inspirada en los principios de transparencia, profesionalidad, autonomía y beticismo, trabajando para ello en positivo con alternativas y sugerencias concretas
d) Trabajar contra el deterioro social, deportivo o económico del REAL BETIS BALOMPIÉ, y para que éste siempre conserve la dignidad que se merece un sentimiento e Institución centenarios.
e) Fiscalizar la gestión de los dirigentes y máximos accionistas de la S.A.D., apoyando a quienes tengan como único objetivo el máximo beneficio social, deportivo e institucional de la misma, y denunciando, pública y legalmente si fuera el caso, la actuación de quienes no dirijan el club bajo dichas premisas
f) Colaborar para mantener permanentemente vivo el espíritu conocido como el "manquepierda", la esencia del beticismo y la memoria histórica del mismo, de forma que los aspectos sociológicos, culturales y sentimentales ligados al club sean convenientemente valorados.
4) Definidos los fines y conceptualizadas tanto la unidad de actuación como la movilización como herramientas, hay que analizar cómo puede llegarse a la primera de ellas, esto es, la unidad de actuación. Y ésta solo puede alcanzarse mediante la construcción de consensos en los análisis, los fines y en las actuaciones, nunca pretendiendo que prevalezca un solo punto de vista. Esto, que es una obviedad, conviene recordarlo como quiera que el camino para la unidad de acción nunca será esperar que los demás se sumen a la visión que pueda tener una sola persona o, en el caso de búsqueda de unidad de actuación de colectivos, que todos se allanen a la visión que pueda tener uno de ellos.
Por tanto, la unidad parte de la tolerancia hacia lo diverso, de la empatía, de la capacidad de escuchar los argumentos y razonamientos de aquellos con los que quieres realizar actuaciones comunes, de la humildad, del diálogo y del respeto mutuo. Esto, en lo que se refiere a la construcción de consensos entre colectivos diferentes. Supongo que no es necesario poner de manifiesto las dificultades que para dicha unidad surgen cuando por poner un ejemplo cada forero de este foro, legítimamente, manifiesta su opinión sobre PNB, Liga de Juristas, BPV o Federación de Peñas, opiniones que no siempre se basan en la empatía y menos aún en el respeto. Item más, la propia apuesta por la unidad de actuación a la hora de abordar determinadas actuaciones no es unánimemente compartida, por cuanto hay quien estigmatiza a algunos de los mencionados. Lógicamente, todo ello dificulta esa unidad de actuación deseable a la que hacen referencia algunos foreros en páginas precedentes.
Además, la unidad de actuación tiene un componente interno en los colectivos organizados o que se organizan: verbigracia, la federación de peñas ha podido ser constituida gracias a la construcción de consensos internos entre personas y peñas diferentes y con visiones diferentes. Esta unidad interna dentro de un colectivo, siempre difícil de mantener, debe también basarse en todo lo antedicho; y en algo más: en primer para su construcción y su mantenimiento siempre aquello en lo que se coincide por encima de las diferencias conceptuales y, sobre todo personales. Es decir, en recordar siempre que lo importante son los fines colectivos, por encima de las cuestiones personales.
Por descontado, como también se indicaba por parte de algún forero en el post anterior, el no entorpecimiento de aquellas actuaciones que puedan llevar a cabo otros colectivos organizados, y la búsqueda de que las actuaciones propias no perjudiquen en forma alguna otras que se estén llevando a cabo, es también conveniente si se desea trabajar en unidad de actuación o, cuando menos, remando hacia el mismo lado.
5) En cuanto a la movilización, o movilizaciones, como herramientas para la consecución de unos fines o la defensa de unos intereses, hay también muchas reflexiones que pueden hacerse. La primera, recordar que hay muchos variantes de la misma (concentración, manifestación, recogida de firmas, caravana, etc.), por lo que no siempre es preciso centrarse en un determinado formato. La segunda, que si el formato elegido es masivo, su utilización debe hacerse preferiblemente cuando se tienen las suficientes evidencias de que puede tener un seguimiento razonable, en orden a no transmitir una errónea imagen de debilidad. Preferiblemente, digo: hay ocasiones en las que hay que asumir el riesgo, y punto. Y la tercera, es que la movilización debe realizarse siendo consciente de que no es en absoluto la panacea, y siempre teniendo presente cuales son los fines que se persiguen y la incidencia real que la movilización, aún siendo exitosa, puede tener en los mismos.
Eso como reflexión general. En el caso que nos ocupa, creo que coincidiremos en que el beticismo en general no parece tener una especial vocación de movilizarse en formato de concentración o manifestación. O, al menos, así nos lo indica la experiencia reciente y empírica: Ya contaba en los primeros párrafos de este post (http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?t=30067), las dos últimas concentraciones convocadas con cierto nivel de formalidad que yo recuerde:
La primera de ellas se produjo el 12 de Noviembre de 2006, y fue una concentración previa al partido convocada entre otros béticos a título individual por Pepe Tirado (http://www.sentirbetico.com/index.php?action=article&numero=353. Se convocó por la dignidad del Betis y tuvo una asistencia aproximada de unos 500 béticos, no más de 1.000 en cualquier caso.
La segunda tuvo lugar el 11 de Marzo de 2007, y fue convocada formalmente ante la Subdelegación del Gobierno por Heliopol (con su nombre, lógicamente) y por el que suscribe (http://www.sentirbetico.com/index.php?action=article&numero=417, http://www.porelbetisestoyloco.com/web/content/view/16/47/), con participación de muchos colectivos y béticos en su convocatoria y organización. Se convocó por el cierre del estadio y según estimaciones tuvo una asistencia aproximada de unos 1.000 béticos, no más de 2.000 en cualquier caso.
Con posterioridad, que yo recuerde, ha habido otras concentraciones sin convocatoria formal, bien espontaneas en la puerta de cristales, bien convocadas a través fundamentalmente de foros, como las "tertulias". Desconozco cual ha sido el mayor nivel de afluencia a unas u otras, pero calculo que en ningún caso han sobrepasado las 200 personas, salvo el día del Osasuna y alguno más, en el que pueden haberse alcanzado las 500 personas salvo que se me corrija.
En definitiva, bien por falta de suficiente propaganda, por mal enfoque de la misma o, sencillamente, porque el formato en que se han desarrollado este tipo de movilizaciones no ha conectado con el beticismo (por los motivos que sea, que habría que valorar de forma más amplia justamente si se quiere abordar una movilización futura), el caso es que el nivel de participación o afluencia es limitado.
6) Resumiendo, en mi opinión:
- La unidad, entendida como unidad de acción, y la movilización, son herramientas, no fines en sí mismos.
- En el caso que nos ocupa, los fines que pueden ser compartidos por el “beticismo comprometido” están básicamente claros, por ejemplo en los Estatutos fundacionales de la asociación PNB.
- La unidad de acción solo es posible mediante la búsqueda de consensos en los análisis, los fines y en las actuaciones, y esto a su vez requiere tolerancia, empatía, capacidad de escuchar, humildad, diálogo, respeto mutuo y priorización de los objetivos colectivos por encima de los componentes personales.
- En cuanto a la movilización, en sus múltiples variantes, entiendo que debe utilizarse preferiblemente cuando se tengan ciertas posibilidades de éxito de la misma, así como la incidencia real que la misma, aún siendo exitosa, puede tener en los fines que se persiguen.
- Respecto al uso de la movilización en el caso que nos ocupa, cabe constatar el beticismo en general no ha participado masivamente en las principales concentraciones convocadas en el pasado, formal o informalmente, lo que debe llevar a la reflexión de cuáles deben ser los pasos para invertir esa tendencia si es posible.
- Por último, y más allá de la unidad de acción y la movilización como herramientas, insisto en que desde mi punto de vista nunca debe perderse de vista que la clave de bóveda sobre la que el “beticismo comprometido” ha conseguido articular los cambios que se han venido produciendo han sido siempre las mismas: El rigor, la seriedad, la responsabilidad, la dureza en el fondo, la corrección en las formas, el respeto a la discrepancia, la vocación de sumar, la fuerza de la razón, la valentía y, sobre todo, el trabajo. El mantenimiento de estas señas de identidad sí es condición necesaria, aunque por supuesto no suficiente, si se quiere trabajar eficazmente en los fines compartidos.
Un saludo.
Ha surgido, al hilo del post referenciado, un interesante debate sobre un aspecto concreto al que el mismo se refiere, esto es, la “resistencia” que ejercen aquellos béticos más allá de su fidelidad al equipo en el plano deportivo. Por cierto, que como se apunta, recuerdo bien cuando Adolfo Cuellar, en una entrevista radiofónica allá por el mes de Noviembre, utilizó este término para referirse a la mal llamada oposición. Y, por supuesto, recuerdo perfectamente al compañero bético que en la Junta proclamo la "resistance" desde el atril.
Digo que surge un interesante debate, respecto a las actuaciones del beticismo que ha decidido implicarse en el plano social, institucional y accionarial, y este debate que plantean algunos foreros se centra en dos conceptos: la unidad y la movilización.
Uno y otro concepto, unidad y movilización, son efectivamente dignos de reflexión y debate. Tanto, que me ha parecido más lógico hacerlo en un post aparte, con los siguientes apuntes:
1) En primer lugar, que entiendo que la referencia se hace a la unidad de actuación, no a una unidad de identidad o conceptual. Dicho de otra forma, entiendo que los compañeros que han reflexionado sobre la misma no llaman a una "fusión" de los grupos de béticos comprometidos, sino a una unidad de los mismos a la hora de abordar actuaciones conjuntas. Yo al menos lo entiendo así, y apostaría por esa figura (la unidad de actuación), no por la otra (la unidad de identidad o conceptual).
2) Por otro lado, conviene siempre situar que tanto la unidad de actuación como la movilización son herramientas que se utilizan en la consecución de unos fines, no un fin en sí mismo. Como bien apuntaba recontrabético, el fin del beticismo no es la movilización, ni organizarse frente a nadie: son las excepcionales circunstancias que sufre nuestro club las que motivan no solo un nivel de organicidad social (que siempre es deseable en una Institución, para crear y expandir beticismo, animar al equipo y defender sus intereses, también en el plano societario) sino que dicha organicidad deba hacer en ocasiones con la oposición de los dirigentes y que se hayan puesto en marcha otro tipo de actuaciones, en el plano jurídico entre otros.
3) Situadas ambas cuestiones, y coincidiendo en que ambas (la unidad de actuación y la movilización) pueden ser herramientas convenientes para la consecución de los fines, conviene siempre tener presente cuales son éstos. Personalmente, creo que una buena definición que puede ser válida para el "beticismo comprometido" en su conjunto es la reflejada en el artículo 3 de los Estatutos de la Asociación Por Nuestro Betis, aprobados con fecha 13 de Abril de 2007:
a) Defender los intereses de los aficionados, abonados y accionistas minoritarios del REAL BETIS BALOMPIÉ
b) Inspirar, canalizar y organizar corrientes de opinión entre los aficionados, abonados y accionistas minoritarios del REAL BETIS BALOMPIÉ que contribuyan a la conformación de un criterio propio, independiente y autónomo de quienes dirijan o controlen accionarialmente la S.A.D.
c) Favorecer que la gestión del REAL BETIS BALOMPIÉ S.A.D. esté inspirada en los principios de transparencia, profesionalidad, autonomía y beticismo, trabajando para ello en positivo con alternativas y sugerencias concretas
d) Trabajar contra el deterioro social, deportivo o económico del REAL BETIS BALOMPIÉ, y para que éste siempre conserve la dignidad que se merece un sentimiento e Institución centenarios.
e) Fiscalizar la gestión de los dirigentes y máximos accionistas de la S.A.D., apoyando a quienes tengan como único objetivo el máximo beneficio social, deportivo e institucional de la misma, y denunciando, pública y legalmente si fuera el caso, la actuación de quienes no dirijan el club bajo dichas premisas
f) Colaborar para mantener permanentemente vivo el espíritu conocido como el "manquepierda", la esencia del beticismo y la memoria histórica del mismo, de forma que los aspectos sociológicos, culturales y sentimentales ligados al club sean convenientemente valorados.
4) Definidos los fines y conceptualizadas tanto la unidad de actuación como la movilización como herramientas, hay que analizar cómo puede llegarse a la primera de ellas, esto es, la unidad de actuación. Y ésta solo puede alcanzarse mediante la construcción de consensos en los análisis, los fines y en las actuaciones, nunca pretendiendo que prevalezca un solo punto de vista. Esto, que es una obviedad, conviene recordarlo como quiera que el camino para la unidad de acción nunca será esperar que los demás se sumen a la visión que pueda tener una sola persona o, en el caso de búsqueda de unidad de actuación de colectivos, que todos se allanen a la visión que pueda tener uno de ellos.
Por tanto, la unidad parte de la tolerancia hacia lo diverso, de la empatía, de la capacidad de escuchar los argumentos y razonamientos de aquellos con los que quieres realizar actuaciones comunes, de la humildad, del diálogo y del respeto mutuo. Esto, en lo que se refiere a la construcción de consensos entre colectivos diferentes. Supongo que no es necesario poner de manifiesto las dificultades que para dicha unidad surgen cuando por poner un ejemplo cada forero de este foro, legítimamente, manifiesta su opinión sobre PNB, Liga de Juristas, BPV o Federación de Peñas, opiniones que no siempre se basan en la empatía y menos aún en el respeto. Item más, la propia apuesta por la unidad de actuación a la hora de abordar determinadas actuaciones no es unánimemente compartida, por cuanto hay quien estigmatiza a algunos de los mencionados. Lógicamente, todo ello dificulta esa unidad de actuación deseable a la que hacen referencia algunos foreros en páginas precedentes.
Además, la unidad de actuación tiene un componente interno en los colectivos organizados o que se organizan: verbigracia, la federación de peñas ha podido ser constituida gracias a la construcción de consensos internos entre personas y peñas diferentes y con visiones diferentes. Esta unidad interna dentro de un colectivo, siempre difícil de mantener, debe también basarse en todo lo antedicho; y en algo más: en primer para su construcción y su mantenimiento siempre aquello en lo que se coincide por encima de las diferencias conceptuales y, sobre todo personales. Es decir, en recordar siempre que lo importante son los fines colectivos, por encima de las cuestiones personales.
Por descontado, como también se indicaba por parte de algún forero en el post anterior, el no entorpecimiento de aquellas actuaciones que puedan llevar a cabo otros colectivos organizados, y la búsqueda de que las actuaciones propias no perjudiquen en forma alguna otras que se estén llevando a cabo, es también conveniente si se desea trabajar en unidad de actuación o, cuando menos, remando hacia el mismo lado.
5) En cuanto a la movilización, o movilizaciones, como herramientas para la consecución de unos fines o la defensa de unos intereses, hay también muchas reflexiones que pueden hacerse. La primera, recordar que hay muchos variantes de la misma (concentración, manifestación, recogida de firmas, caravana, etc.), por lo que no siempre es preciso centrarse en un determinado formato. La segunda, que si el formato elegido es masivo, su utilización debe hacerse preferiblemente cuando se tienen las suficientes evidencias de que puede tener un seguimiento razonable, en orden a no transmitir una errónea imagen de debilidad. Preferiblemente, digo: hay ocasiones en las que hay que asumir el riesgo, y punto. Y la tercera, es que la movilización debe realizarse siendo consciente de que no es en absoluto la panacea, y siempre teniendo presente cuales son los fines que se persiguen y la incidencia real que la movilización, aún siendo exitosa, puede tener en los mismos.
Eso como reflexión general. En el caso que nos ocupa, creo que coincidiremos en que el beticismo en general no parece tener una especial vocación de movilizarse en formato de concentración o manifestación. O, al menos, así nos lo indica la experiencia reciente y empírica: Ya contaba en los primeros párrafos de este post (http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?t=30067), las dos últimas concentraciones convocadas con cierto nivel de formalidad que yo recuerde:
La primera de ellas se produjo el 12 de Noviembre de 2006, y fue una concentración previa al partido convocada entre otros béticos a título individual por Pepe Tirado (http://www.sentirbetico.com/index.php?action=article&numero=353. Se convocó por la dignidad del Betis y tuvo una asistencia aproximada de unos 500 béticos, no más de 1.000 en cualquier caso.
La segunda tuvo lugar el 11 de Marzo de 2007, y fue convocada formalmente ante la Subdelegación del Gobierno por Heliopol (con su nombre, lógicamente) y por el que suscribe (http://www.sentirbetico.com/index.php?action=article&numero=417, http://www.porelbetisestoyloco.com/web/content/view/16/47/), con participación de muchos colectivos y béticos en su convocatoria y organización. Se convocó por el cierre del estadio y según estimaciones tuvo una asistencia aproximada de unos 1.000 béticos, no más de 2.000 en cualquier caso.
Con posterioridad, que yo recuerde, ha habido otras concentraciones sin convocatoria formal, bien espontaneas en la puerta de cristales, bien convocadas a través fundamentalmente de foros, como las "tertulias". Desconozco cual ha sido el mayor nivel de afluencia a unas u otras, pero calculo que en ningún caso han sobrepasado las 200 personas, salvo el día del Osasuna y alguno más, en el que pueden haberse alcanzado las 500 personas salvo que se me corrija.
En definitiva, bien por falta de suficiente propaganda, por mal enfoque de la misma o, sencillamente, porque el formato en que se han desarrollado este tipo de movilizaciones no ha conectado con el beticismo (por los motivos que sea, que habría que valorar de forma más amplia justamente si se quiere abordar una movilización futura), el caso es que el nivel de participación o afluencia es limitado.
6) Resumiendo, en mi opinión:
- La unidad, entendida como unidad de acción, y la movilización, son herramientas, no fines en sí mismos.
- En el caso que nos ocupa, los fines que pueden ser compartidos por el “beticismo comprometido” están básicamente claros, por ejemplo en los Estatutos fundacionales de la asociación PNB.
- La unidad de acción solo es posible mediante la búsqueda de consensos en los análisis, los fines y en las actuaciones, y esto a su vez requiere tolerancia, empatía, capacidad de escuchar, humildad, diálogo, respeto mutuo y priorización de los objetivos colectivos por encima de los componentes personales.
- En cuanto a la movilización, en sus múltiples variantes, entiendo que debe utilizarse preferiblemente cuando se tengan ciertas posibilidades de éxito de la misma, así como la incidencia real que la misma, aún siendo exitosa, puede tener en los fines que se persiguen.
- Respecto al uso de la movilización en el caso que nos ocupa, cabe constatar el beticismo en general no ha participado masivamente en las principales concentraciones convocadas en el pasado, formal o informalmente, lo que debe llevar a la reflexión de cuáles deben ser los pasos para invertir esa tendencia si es posible.
- Por último, y más allá de la unidad de acción y la movilización como herramientas, insisto en que desde mi punto de vista nunca debe perderse de vista que la clave de bóveda sobre la que el “beticismo comprometido” ha conseguido articular los cambios que se han venido produciendo han sido siempre las mismas: El rigor, la seriedad, la responsabilidad, la dureza en el fondo, la corrección en las formas, el respeto a la discrepancia, la vocación de sumar, la fuerza de la razón, la valentía y, sobre todo, el trabajo. El mantenimiento de estas señas de identidad sí es condición necesaria, aunque por supuesto no suficiente, si se quiere trabajar eficazmente en los fines compartidos.
Un saludo.
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