Ay, mi Betis, ni un momento de descanso, ni para apoyarme en tus trece barras. Ay mi Betis.
Estos días, donde las buenas noticias deportivas han deparado mil formas de ver nuestra actualidad, mil pequeñas vendettas y mil interpretaciones de lo mismo, estoy confundido y quiero hacer acto de reflexión, de nueva reflexión.
Entiendo que parece que hay quien piense que hay béticos que quieren que pierda el Betis. Eso entiendo, igual que parece que hay béticos que no quieren que gane el Betis. También entiendo eso. En medio de todo, olas gol norte y gol sur, goles que llegan y partidos que vendrán.
Yo quiero pensar que no hay bético que quiere que pierda el Betis. Es más, me niego a pensarlo. De hecho, lo que creo es que hay béticos que sufren al ver cómo se vienen abajo reinvindicaciones totalmente legítimas porque nos unamos a la fiesta de un par de victorias.
Pero... tampoco hay que pasarse. Yo quiero ir con la sonrisa de oreja a oreja los lunes, yo quiero divertirme viendo ganar al Betis. Si eso es una verdad como un templo, pero en nuestra desazón no podemos ir acusando a nadie ni de que queremos ver ganar al Betis ni de lo contrario. De hecho, cuando alguien salta recordando su comparecencia forera al abrigo de las victorias creo que es un error. Error porque no se trata de medir las entradas o salidas dependiendo de nuestro nivel de implicación o no.
A nadie se le puso una pistola en el pecho para ejercer más o menos de bético, lo hacen por motivaciones más propias que extrañas. A nadie se le debe decir cómo defender al Betis y a nadie se le puede acusar de querer ver perder al Betis. De hecho, creo que el hastío general hace que en ocasiones cambiemos de postura simplemente porque nos lo provoca aquel que piensa como nosotros pero que defiende de forma agresiva algo que cansa.
Cansados, así resumo yo a los béticos, cansados de todo este circo, de todos estos años, de toda esta historia que a pasos agigantados va perdiendo visos de verosimilitud, si alguna vez los tuvo. Y cansados de pelearnos entre nosotros. Por qué? Pues creemos que nos peleamos por el Betis, pero disiento, nos peleamos por migajas. El Betis está ahí fuera, con una coraza en forma de acciones que quieren que cambien de dueño sin pensar en lo desvalido que se queda el interior, el Betis.
Así, que si me lo permiten, me quedo con la reflexión del Presidente de PNB a la pregunta de un periodista ayer mismo. Y cuales son las pretensiones del presidente de PNB??? . Pues sentarse en el campo del Betis tranquilamente, con sus hijos. Esa es la filosofía que defiendo desde que cuatro locos decidieron pensar que se podían defender de abusos por parte del Consejo o del que manda en el Consejo, de un presidente que mancilla el asiento sagrado donde estuvieron, entre otros, Sánchez Mejías o Villamarín.
Esa filosofía, la de hacer algo más por el Betis, hasta proponer un plan de futuro para el Betis, con horas y horas echadas por muchísimos componentes de PNB, o sea, béticos que quieren al Betis, exáctamente igual que otros, pero que su único futuro es que la dignidad del Betis se traduzca en un tranquilo asiento en el campo cuando juegue nuestro Betis es lo que me lleva a seguir pensando que no quiero peleas con otro bético, sé lo que sé gracias a PNB y gracias a la sindicación de acciones PNB puede hacer muchísimo por el Betis, como se está demostrando. Y no con titulares más o menos ampulosos, sino con trabajo minucioso, con amor por algo que va más allá de unas acciones que fue en lo que tradujeron los políticos de turno un sentimiento y que fueron mal usadas e incluso presuntamente con visos de delito en nuestro club.
Gracias por dejarme participar de ustedes, de nosotros, de esos béticos anónimos que dieron un paso sin esperar que su compañero de asiento o de peña lo dieran, gracias. Hoy estoy más convencido que lejos de ser oposición, son mucho más Betis. Y sin beticómetros, que no hay que pensar que quien nada hace es menos, que quien sólo pregunta quien va ganando para ponerse al lado de los vencedores es menos bético. Lo hacen porque ejercen de béticos, además de serlo.
De nuevo nos ofrecen una cita para participar de nuestro Betis, y quien tenga un papel que diga que es, aunque sea infimamente, dueño del Betis, tiene oportunidad de dar su empujoncito para poder ser un grano de arena en esta montaña de sentimientos.
Estos días, donde las buenas noticias deportivas han deparado mil formas de ver nuestra actualidad, mil pequeñas vendettas y mil interpretaciones de lo mismo, estoy confundido y quiero hacer acto de reflexión, de nueva reflexión.
Entiendo que parece que hay quien piense que hay béticos que quieren que pierda el Betis. Eso entiendo, igual que parece que hay béticos que no quieren que gane el Betis. También entiendo eso. En medio de todo, olas gol norte y gol sur, goles que llegan y partidos que vendrán.
Yo quiero pensar que no hay bético que quiere que pierda el Betis. Es más, me niego a pensarlo. De hecho, lo que creo es que hay béticos que sufren al ver cómo se vienen abajo reinvindicaciones totalmente legítimas porque nos unamos a la fiesta de un par de victorias.
Pero... tampoco hay que pasarse. Yo quiero ir con la sonrisa de oreja a oreja los lunes, yo quiero divertirme viendo ganar al Betis. Si eso es una verdad como un templo, pero en nuestra desazón no podemos ir acusando a nadie ni de que queremos ver ganar al Betis ni de lo contrario. De hecho, cuando alguien salta recordando su comparecencia forera al abrigo de las victorias creo que es un error. Error porque no se trata de medir las entradas o salidas dependiendo de nuestro nivel de implicación o no.
A nadie se le puso una pistola en el pecho para ejercer más o menos de bético, lo hacen por motivaciones más propias que extrañas. A nadie se le debe decir cómo defender al Betis y a nadie se le puede acusar de querer ver perder al Betis. De hecho, creo que el hastío general hace que en ocasiones cambiemos de postura simplemente porque nos lo provoca aquel que piensa como nosotros pero que defiende de forma agresiva algo que cansa.
Cansados, así resumo yo a los béticos, cansados de todo este circo, de todos estos años, de toda esta historia que a pasos agigantados va perdiendo visos de verosimilitud, si alguna vez los tuvo. Y cansados de pelearnos entre nosotros. Por qué? Pues creemos que nos peleamos por el Betis, pero disiento, nos peleamos por migajas. El Betis está ahí fuera, con una coraza en forma de acciones que quieren que cambien de dueño sin pensar en lo desvalido que se queda el interior, el Betis.
Así, que si me lo permiten, me quedo con la reflexión del Presidente de PNB a la pregunta de un periodista ayer mismo. Y cuales son las pretensiones del presidente de PNB??? . Pues sentarse en el campo del Betis tranquilamente, con sus hijos. Esa es la filosofía que defiendo desde que cuatro locos decidieron pensar que se podían defender de abusos por parte del Consejo o del que manda en el Consejo, de un presidente que mancilla el asiento sagrado donde estuvieron, entre otros, Sánchez Mejías o Villamarín.
Esa filosofía, la de hacer algo más por el Betis, hasta proponer un plan de futuro para el Betis, con horas y horas echadas por muchísimos componentes de PNB, o sea, béticos que quieren al Betis, exáctamente igual que otros, pero que su único futuro es que la dignidad del Betis se traduzca en un tranquilo asiento en el campo cuando juegue nuestro Betis es lo que me lleva a seguir pensando que no quiero peleas con otro bético, sé lo que sé gracias a PNB y gracias a la sindicación de acciones PNB puede hacer muchísimo por el Betis, como se está demostrando. Y no con titulares más o menos ampulosos, sino con trabajo minucioso, con amor por algo que va más allá de unas acciones que fue en lo que tradujeron los políticos de turno un sentimiento y que fueron mal usadas e incluso presuntamente con visos de delito en nuestro club.
Gracias por dejarme participar de ustedes, de nosotros, de esos béticos anónimos que dieron un paso sin esperar que su compañero de asiento o de peña lo dieran, gracias. Hoy estoy más convencido que lejos de ser oposición, son mucho más Betis. Y sin beticómetros, que no hay que pensar que quien nada hace es menos, que quien sólo pregunta quien va ganando para ponerse al lado de los vencedores es menos bético. Lo hacen porque ejercen de béticos, además de serlo.
De nuevo nos ofrecen una cita para participar de nuestro Betis, y quien tenga un papel que diga que es, aunque sea infimamente, dueño del Betis, tiene oportunidad de dar su empujoncito para poder ser un grano de arena en esta montaña de sentimientos.
Comentario