Diálogo entre Gollum y Smeagol extraido de "El Señor de los Anillos"... aunque el corrector de word se ha vuelto loco y ha cambiado cosas... cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia...

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“... Lolo estaba hablando solo. Le.te discutía con un interlocutor imaginario que utilizaba la misma voz, sólo que la pronunciación era entrecortada y silibante. Un resplandor pálido y un resplandor verde se le alternaban en los ojos mientras hablaba.

- Le.te prometió – decía el primer pensamiento

- Sí, sí mi tesoro –fue la respuesta-, hemos prometido: para salvar, para nuestro Tesoro, para no dejar que lo tengan Ellos... nunca. Pero está yendo hacia Ellos, con cada paso se le acerca más. ¿Qué pensará hacer la Merche, nos preguntamos, sí, nos preguntamos?

- No lo sé. Yo no puedo hacer nada. La Merche tiene la llave. Le.te prometió ayudar al Fredo.

- Sí, sí, ayudar al Fredo para no perder el Tesoro. Pero nosotros somos el amo, podemos ayudarnos a nosotros mismos, sí, y a la misma vez parecer que hacemos caso al-Fredo.

- Pero Le.te dijo que iba a ser muy bueno, buenísimo. Buen Fredo!. Quitó la cuerda cruel de la pierna de Le.te. Me habla con afecto.

- Ser muy bueno, buenísimo, ¿eh mi tesoro?. Seamos buenos, entonces, buenos como los peces, dulce tesoro, pero con nosotros mismos. Sin hacerle ningún daño al trabajo de Fredo, naturalmente, no, no.

- Pero el tesoro mantendrá la promesa –objeto la voz de Le.te

- Quítaselo entonces –dijo la segunda voz- aunque ya sea nuestro, y será nuestro otra vez. Entonces, nosotros seguiremos siendo el amo, Lolo!. Haremos que el notable, el malo y desconfiado, se arrastre por el suelo, ¿sí Lolo?

- ¿No al aprendiz de notable?

- Oh, no, si eso nos desagrada. Sin embargo es uno de base, mi tesoro, un tieso. Y fue un tieso quien empezó todo. Quien empezó a intentar quitarnoslo. Odiamos a los tiesos.

- No, no a todos.

- Sí, a todos los tiesos. A todos los que nos quieren quitar el Tesoro. Tiene que ser nuestro para siempre!

- Pero Ella verá, Ella sabrá. Ella nos lo quitará!

- Ella ve, Ella sabe. Ella nos ha oído hacer promesas tontas, contrariando sus órdenes, sí. Tenemos que escondérselo. Los Espectros del tricornio buscan. Tenemos que escondérselo.

- No para Ella!

- No, dulce tesoro. Escucha, mi tesoro: si es nuestro pero no parece nuestro, podremos escapar, hasta de Ella, ¿eh?. Podríamos volvernos muy fuertes, más fuertes tal vez que los Espectros del tricornio. ¿El señor Le.te? ¿Lolo el Grande? El Lolo!. Lolo el más precioso de los tesoros! Tiene que seguir siendo nuestro. Lo queremos, lo queremos, lo queremos!

- Pero ellos son muchos. Siguen despertando y nos encerrarán – Gimió Le.te en un último esfuerzo- Ahora no. Todavía no.

- Lo queremos! Pero...-y aquí hubo una larga pausa, como si un nuevo pensamiento hubiera despertado- Todavía no, ¿eh? Tal vez no. Ellos podrían ayudar. Las marionetas podrían, sí. Con cuatro bastará…

- No, no! Así no! –gimió Le.te

- Sí!, lo queremos!, lo queremos!...”