Vaya por delante que muchos de los post que en Betisweb se vierten me parecen muy repetitivos (espero que éste tenga cierta originalidad o sino pueden cerrarlo) y muchas veces expresan un pesimismo que hiela la sangre.

Pero me centro en el título. He leído muchas veces cómo nos quejamos de que vayan 3000 personas a un entrenamiento. Es que eso es el Betis, también es el Betis, no es obra y gracia del Consejo de Administración ni labor destructiva de nadie. Van a ver al Betis a donde sea y como sea. Y no les voy a pedir que vayan con las sentencias, ni con las denuncias, ni con los plazos de obra bajo el brazo, incluso sin conocer a los componentes de Bsport. Estamos en vacaciones, los críos quieren que sus padres, abuelos y tíos los lleven a conocer a sus nuevos ídolos, ya sea Xisco o sea Emaná. Yo quería conocerlos cuando en mi infancia se hacían esos preciosos partidos homenaje o de ayuda a clubes modesto y con el Bellavista se enfrentaba todo un Real Betis. Cómo disfrutaba corriendo detrás de Gordillo para pedirle un autógrafo o ante Ortega, que me parecía un gigante. Bajo la luz tenue del campo de mi barrio, tras un partido que recordaré siempre como si fuese una final yo viví momentos mágicos.

Por eso quiero expresar lo mismo, eso es un entrenamiento para muchos chiquillos cuyos padres no podrán sacarle el abono del Betis, o con abono tras comprar sus camisetas en la tienda del estadio que, aunque muy caras, se dejan aprobados y promesas de trimestres limpios de polvo y **** para lucir la elástica verdiblanca.

Y esto qué tiene que ver con el título?

Pues a eso voy. Desgraciadamente nuestro club no esta sano, pasa momentos muy convulsos y la sangre de las sociedades anónimas deportivas se le está aguando. Algunos béticos, muchos béticos, han decidido lo que no es divertido. Han decidido hacer críticas a una gestión que hace aguas. La mayoría conservaban una fe a prueba de bombas, porque habría que tener confianza en aquellos que gobiernan, en este caso, un sentimiento, y éstos devolver con creces esa confianza. Otros, con más vista, ya intuían que esto no era normal, y fueron tachados de todo, incluso por mí, que conste.

Pero afortunadamente la fuerza de los hechos ha conseguido que den el paso muchos béticos y exijan no un Betis de Champion, eso ya lo tuvimos, sino que esté a la altura de esos miles que van a un entrenamiento y llenan el campo de fútbol. ¿Y quién son estos para exigir nada? Son parte del Betis, aunque fuese uno solo. Y la exigencia es excelencia. La excelencia no es mirar para otro lado si se meten goles o gritar si no se meten, la excelencia es comprobar como se hace lo posible no sólo por llegar a meter tantos goles como seamos capaces de soportar, sino también que esos goles vengan acompañados por el orgullo de ser y estar. Ser Béticos y estar en el Betis. Debía de ser éste un motivo de preocupación de nuestros dirigentes más allá del ego personal y de la satisfacción o no de sentirse aceptados y perpetuados.

Por todo ello, porque hacer críticas no es divertido, no es para lo que un crío va a ver un entrenamiento del Betis, la parte de bético (sí, hay otras partes, eso se demuestra en el campo un día de partido) que quiere que un Betis mejor pase por otros sitios debe saber que no es divertido, porque si lo fuese, no serían pocos los que se apuntarían.

Así, a mi me gusta ver los entrenamientos llenos de béticos, supongo que igual que a los que nos dirigen, y me gustaría ver la ciudad deportiva vibrante y completa, ojalá dentro de los plazos prometidos, supongo que igual que a los que nos dirigen... sino, haré las críticas que considere oportunas, aunque no es para nada divertido.