Pelear contra gigantes, dejándose todo en el camino, sabiendo que se puede caer por poco o por un saco, pero con la mente puesta en que tras cada caida, tras cada palo, uno tiene fuelle y se levanta. Demostración de verdadero carácter, de saberse inferiores pero superiores, porque aunque sean grandes, muy grandes, grandísimos, se les puede ganar.
¿Cómo? Con fe, trabajo, ganas, superación, de nuevo trabajo, de nuevo más ganas... de nuevo más fe... y de dónde sale? sale del convencimiento de que se puede unido a ser responsables y garantes de la ilusión de todo un país detrás de ellos. No es que todo un país te admire, sino que el mundo admire a tu país. Una frase que lejos de ser el contenido de un anuncio me hace reflexionar, y mucho.
Gracias, quijotes blancos que con un balón como lanza en astillero, rocines flacos, acometísteis esos molinos made in EEUU y perdísteis, pero ganasteis. Perder... manquepierda, que no es lo mismo que de perdidos al río. Quijotes que serán recordados por haber perdido, pero no por haber sido derrotados. Alegría en las ganas de ser los mejores, y siempre los mejores. Se puede perder, por supuesto, pero atrás quedaron las cicatrices de plata que mostrarán a generaciones futuras.
Gracias de nuevo, porque pudiendo sólo coger el botín, os quedasteis a luchar, a dar mucho más de lo que teneis, y aunque en esas tristes decisiones que tienen los jueces ante los poderosos se pueden perder los nervios, ustedes demostrasteis ante el mundo que la ilusión no es que mueva montañas, es que las puede hasta desmontar.
Gracias a todos, campeones.
Cuánto de esto quiero para mi Betis, cuánto? Y me podreis decir que son una generación de oro, que lo son, y que son la selección, que lo son, y también que éste, y el otro están en la NBA, etc.
Pero son de España, de mi país. Y si bien pueden ser el mejor equipo del mundo, para mí mi Betis es el mejor equipo del mundo. Sí, lo es, y por eso quizá si veo cómo se deja de admirar al Betis, no por sus victorias, sino además por todo lo demás, si veo que la lucha, la implicación, las ganas y el convencimiento están rodeados de una pátina de egocentrismo y turbidez, si tengo la sensación de que el beticismo sufre y se desvanece o que el garante (el solito y algunos más) de esa ilusión se la apropia y se encierra para vapulearla, entonces ¿cómo puedo sentir a mi Betis como el mejor equipo del mundo? Pues lo siento, a pesar de todo lo siento, a pesar de que quien debería animarme me dice que no, que no me saque el carné, que quieren comprar mentirosamente las acciones a los míos, a los béticos, simplemente por creer que esto no funciona y NO FUNCIONA.
Me da igual las derrotas si son tras haber puesto todo de nuestra parte, me da igual. Me da igual caer en el pozo porque podemos levantarnos, me da igual que se pierdan 15 seguidos. Pero no me da igual que no se cuide lo más importante, al Beticismo, y no se está cuidando, y no se hace desde hace mucho tiempo, muchísimo, mucho antes de que unos éxitos (que también son de todos) nos pusieran una empalizada muy alta tras la cual se escondían cosas muy feas, feísimas...
Gracias campeones, así se puede perder siempre. De la otra forma lo difícil es ganar... e ilusionar.
Es tarde, muy tarde, pero todavía puede cambiar esto. Todavía nos podemos encontrar con el manquepierda y mirarlo de frente, y sentirnos reconfortados, todavía podemos hacer que el mundo admire a nuestro Betis. Porque manquepierda mi Betis, no sólo los 11 jugadores, harán un buen partido.
¿Cómo? Con fe, trabajo, ganas, superación, de nuevo trabajo, de nuevo más ganas... de nuevo más fe... y de dónde sale? sale del convencimiento de que se puede unido a ser responsables y garantes de la ilusión de todo un país detrás de ellos. No es que todo un país te admire, sino que el mundo admire a tu país. Una frase que lejos de ser el contenido de un anuncio me hace reflexionar, y mucho.
Gracias, quijotes blancos que con un balón como lanza en astillero, rocines flacos, acometísteis esos molinos made in EEUU y perdísteis, pero ganasteis. Perder... manquepierda, que no es lo mismo que de perdidos al río. Quijotes que serán recordados por haber perdido, pero no por haber sido derrotados. Alegría en las ganas de ser los mejores, y siempre los mejores. Se puede perder, por supuesto, pero atrás quedaron las cicatrices de plata que mostrarán a generaciones futuras.
Gracias de nuevo, porque pudiendo sólo coger el botín, os quedasteis a luchar, a dar mucho más de lo que teneis, y aunque en esas tristes decisiones que tienen los jueces ante los poderosos se pueden perder los nervios, ustedes demostrasteis ante el mundo que la ilusión no es que mueva montañas, es que las puede hasta desmontar.
Gracias a todos, campeones.
Cuánto de esto quiero para mi Betis, cuánto? Y me podreis decir que son una generación de oro, que lo son, y que son la selección, que lo son, y también que éste, y el otro están en la NBA, etc.
Pero son de España, de mi país. Y si bien pueden ser el mejor equipo del mundo, para mí mi Betis es el mejor equipo del mundo. Sí, lo es, y por eso quizá si veo cómo se deja de admirar al Betis, no por sus victorias, sino además por todo lo demás, si veo que la lucha, la implicación, las ganas y el convencimiento están rodeados de una pátina de egocentrismo y turbidez, si tengo la sensación de que el beticismo sufre y se desvanece o que el garante (el solito y algunos más) de esa ilusión se la apropia y se encierra para vapulearla, entonces ¿cómo puedo sentir a mi Betis como el mejor equipo del mundo? Pues lo siento, a pesar de todo lo siento, a pesar de que quien debería animarme me dice que no, que no me saque el carné, que quieren comprar mentirosamente las acciones a los míos, a los béticos, simplemente por creer que esto no funciona y NO FUNCIONA.
Me da igual las derrotas si son tras haber puesto todo de nuestra parte, me da igual. Me da igual caer en el pozo porque podemos levantarnos, me da igual que se pierdan 15 seguidos. Pero no me da igual que no se cuide lo más importante, al Beticismo, y no se está cuidando, y no se hace desde hace mucho tiempo, muchísimo, mucho antes de que unos éxitos (que también son de todos) nos pusieran una empalizada muy alta tras la cual se escondían cosas muy feas, feísimas...
Gracias campeones, así se puede perder siempre. De la otra forma lo difícil es ganar... e ilusionar.
Es tarde, muy tarde, pero todavía puede cambiar esto. Todavía nos podemos encontrar con el manquepierda y mirarlo de frente, y sentirnos reconfortados, todavía podemos hacer que el mundo admire a nuestro Betis. Porque manquepierda mi Betis, no sólo los 11 jugadores, harán un buen partido.
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