Te ví apretar los puños, agarrabas la lata con tal fuerza que no se sabía su contenido. Y mirabas con rabia desde la esquina. Pasó delante tuya un señor en moto y soltó un LOPERA VETE YA que te sacó de quicio, quisiste ir por él en el semáforo, quisiste ir a por el apartado para vengar la afrenta, pero allí la policía miraba para todos lados y tú tampoco parecías un hombre malo. Pero volviste a la esquina a mirar resignado y asqueado el bullicio, el gentío que delante de esa mole con ventanas blindadas protestaba pidiendo la marcha del Betis de quien para tí lo había dado todo.
Inquebrantable en tus ideas mirabas nervioso y mosqueado. Por qué? Si ese hombre nos ha salvado? Si a mi me ganó simplemente con una foto dedicada y una mirada furtiva de aprobación a un Viva el Betis que salió de mi garganta. Por qué? No lo merece y no puedo consentirlo, pensaste para tus adentros...
No, ni ladrón, ni *******, ni mala persona, ni jueces, ni hacienda. Todo esto es una pesadilla en las mismas puertas de donde se forjó la leyenda. Todo mentira, son los periodistas, son estos manipulados, son todos los que quieren destruir al Betis. Y tú aquí en la esquina, con los puños caidos, mirando si alguien de los tuyos, de los del inquebrantable aliento a la persona andaban por allí. Casi lloras, y cuánto lo siento, lo siento porque se te ve buena persona, se te ve que crees, crees a pies juntillas lo que te digan, lo que salga de su boca, sea lo que sea, es el grial del beticismo.
No aguantaste más, tus cincuenta años no te pesaban, pero los gritos de la incongruencia te machacaron, te sentaste despacio en la acera, mirabas hacia la calle Jabugo como quien espera que escampe una granizada, y yo te observé todo el tiempo, te miraba y me daba pena, pero muchísima pena, porque parecías legal, parecías honesto, se te notaba muy hondo que eras bético, pero la cortina delante de tus ojos es muy pesada, y no la ves y te ciega al mismo tiempo.
Amigo bético, puede que sepas lo que es una mirada amable hacia tu persona, una foto dedicada o un pin, unas palabras divertidas en una esquina, puede que eso te gane el corazón con una fuerza que envidio, pero eso sólo no es el Betis, el Betis es infinitamente más, es que todo lo que para tí es tan grande sea volcado en todos los béticos, con valores y gestos, con trabajo y pasión que hagan que nunca más tengas que estar sentado en el bordillo, como un juguete roto culpando a otros de lo que no tienen la culpa, porque en realidad también ellos tienen rabia, también ellos están asqueados, también amigo bético, también ellos quieren al Betis.
Inquebrantable en tus ideas mirabas nervioso y mosqueado. Por qué? Si ese hombre nos ha salvado? Si a mi me ganó simplemente con una foto dedicada y una mirada furtiva de aprobación a un Viva el Betis que salió de mi garganta. Por qué? No lo merece y no puedo consentirlo, pensaste para tus adentros...
No, ni ladrón, ni *******, ni mala persona, ni jueces, ni hacienda. Todo esto es una pesadilla en las mismas puertas de donde se forjó la leyenda. Todo mentira, son los periodistas, son estos manipulados, son todos los que quieren destruir al Betis. Y tú aquí en la esquina, con los puños caidos, mirando si alguien de los tuyos, de los del inquebrantable aliento a la persona andaban por allí. Casi lloras, y cuánto lo siento, lo siento porque se te ve buena persona, se te ve que crees, crees a pies juntillas lo que te digan, lo que salga de su boca, sea lo que sea, es el grial del beticismo.
No aguantaste más, tus cincuenta años no te pesaban, pero los gritos de la incongruencia te machacaron, te sentaste despacio en la acera, mirabas hacia la calle Jabugo como quien espera que escampe una granizada, y yo te observé todo el tiempo, te miraba y me daba pena, pero muchísima pena, porque parecías legal, parecías honesto, se te notaba muy hondo que eras bético, pero la cortina delante de tus ojos es muy pesada, y no la ves y te ciega al mismo tiempo.
Amigo bético, puede que sepas lo que es una mirada amable hacia tu persona, una foto dedicada o un pin, unas palabras divertidas en una esquina, puede que eso te gane el corazón con una fuerza que envidio, pero eso sólo no es el Betis, el Betis es infinitamente más, es que todo lo que para tí es tan grande sea volcado en todos los béticos, con valores y gestos, con trabajo y pasión que hagan que nunca más tengas que estar sentado en el bordillo, como un juguete roto culpando a otros de lo que no tienen la culpa, porque en realidad también ellos tienen rabia, también ellos están asqueados, también amigo bético, también ellos quieren al Betis.
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