Muchas veces le he oido decir que salvó al Betis, pero nunca me dijo qué es el Betis.
También me dijo que sin usted el Betis no es nada, pero nunca me dijo qué es el Betis.
Es una pregunta que hace ya algunos meses me hago con cierta repetición, ¿Qué es el Betis para usted Don Manuel?
Yo he tratado de mirar en la hemeroteca, en sus discursos y no he logrado sacar de usted una definición que fuese adecuada, que fuese digna de ser recordada.
¿Qué es el Betis, Don Manuel? Estaba en la UVI y usted lo devolvió libre pero al reo nunca le ha puesto cara, a veces se la ha cambiado por algo hecho de bronce pero no lo encuentro.
Me he metido en la web oficial y no lo he encontrado, su portavoz y a la vez miembro de reuniones de ventas de su paquete mayoritario dice que se vive, que se lleva en la piel pero no lo define, no me dice qué es el Betis.
¿Qué es para usted el Betis Don Manuel? Dicen que tiene más de un millón de seguidores, será algo, ¿verdad?
El Betis es, está, vive, respira en miles y miles de béticos pero usted no me sabe decir en 16 años qué es el Betis. Ese es su legado, con luces y muchísimas sombras no me ha sabido nunca decir qué es el Betis. Ponerle precio sí lo hace con pasión, con ganas, pero va a empaquetar y vender algo que no ha sabido nunca lo que es. Sabe de su valor, sabe de su importancia, de su generosidad e incluso de las mil formas de adormecerlo, sabe cómo jugar con los tiempos y sabe incluso exprimirlo. Pero no sabe lo que es el Betis y eso es lo que me queda de usted. Porque quien se lo pudo decir está expulsado, vetado, aburrido o amargado. Todos aquellos que algo sabían y tenían una línea de la definición más perfecta de una palabra de cinco letras no están. Eso sí, está el dinero, su dinero, su historia, su pasado, eso es lo único que le queda del Betis, de aquello que no supo ni sabrá nunca definirlo.
No me pregunte a mi, Don Manuel, porque yo no voy a responderle. No pregunte a cada bético que mira hacia arriba y ve como su Betis se resquebraja. Vender es fácil, devolver la definición de Betis a los Béticos es algo que usted nunca hará aunque se empeñe. En su riquísimo diccionario particular (tengo que reconocer que era hasta simpático) no entraba nunca la definición de Betis. Le repito: lo salvó, lo sacó de la uvi, lo hizo libre, lo presidió, lo ninguneó, lo aconsejó delegadamente, lo manoseó y ahora dice que incluso lo vende, pero nunca sabrá qué es el Betis. Para su desgracia, eso sí.
También me dijo que sin usted el Betis no es nada, pero nunca me dijo qué es el Betis.
Es una pregunta que hace ya algunos meses me hago con cierta repetición, ¿Qué es el Betis para usted Don Manuel?
Yo he tratado de mirar en la hemeroteca, en sus discursos y no he logrado sacar de usted una definición que fuese adecuada, que fuese digna de ser recordada.
¿Qué es el Betis, Don Manuel? Estaba en la UVI y usted lo devolvió libre pero al reo nunca le ha puesto cara, a veces se la ha cambiado por algo hecho de bronce pero no lo encuentro.
Me he metido en la web oficial y no lo he encontrado, su portavoz y a la vez miembro de reuniones de ventas de su paquete mayoritario dice que se vive, que se lleva en la piel pero no lo define, no me dice qué es el Betis.
¿Qué es para usted el Betis Don Manuel? Dicen que tiene más de un millón de seguidores, será algo, ¿verdad?
El Betis es, está, vive, respira en miles y miles de béticos pero usted no me sabe decir en 16 años qué es el Betis. Ese es su legado, con luces y muchísimas sombras no me ha sabido nunca decir qué es el Betis. Ponerle precio sí lo hace con pasión, con ganas, pero va a empaquetar y vender algo que no ha sabido nunca lo que es. Sabe de su valor, sabe de su importancia, de su generosidad e incluso de las mil formas de adormecerlo, sabe cómo jugar con los tiempos y sabe incluso exprimirlo. Pero no sabe lo que es el Betis y eso es lo que me queda de usted. Porque quien se lo pudo decir está expulsado, vetado, aburrido o amargado. Todos aquellos que algo sabían y tenían una línea de la definición más perfecta de una palabra de cinco letras no están. Eso sí, está el dinero, su dinero, su historia, su pasado, eso es lo único que le queda del Betis, de aquello que no supo ni sabrá nunca definirlo.
No me pregunte a mi, Don Manuel, porque yo no voy a responderle. No pregunte a cada bético que mira hacia arriba y ve como su Betis se resquebraja. Vender es fácil, devolver la definición de Betis a los Béticos es algo que usted nunca hará aunque se empeñe. En su riquísimo diccionario particular (tengo que reconocer que era hasta simpático) no entraba nunca la definición de Betis. Le repito: lo salvó, lo sacó de la uvi, lo hizo libre, lo presidió, lo ninguneó, lo aconsejó delegadamente, lo manoseó y ahora dice que incluso lo vende, pero nunca sabrá qué es el Betis. Para su desgracia, eso sí.
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