Crisis en el sector de transportistas, en la gasolina... España está en crisis. Y el Real Betis también, después de que Manuel Ruiz de Lopera haya anunciado a los cuatro vientos que vendrá una época de vacas flacas. Quedan por tanto para el dulce recuerdo aquellos años en los que la parroquia verdiblanca se despertaba cada mañana veraniega con la ansiedad de conocer la «bomba» que el máximo mandatario regalaba a los suyos.
La época dorada de Lopera va camino de ser eclipsada, pero también ese ocaso está comenzando a perjudicar al equipo. Buena prueba de ello es que las «contrataciones de boutique» -como fueron bautizadas por el propio dirigente- están quedando ocultas. Los fichajes de los Denilson y compañía han sido sustituidos en los últimos años por otros de menor entidad y de distinto coste.
Nombres están saliendo por doquier, pero los pocos que aportarían un nivel mínimo exigible de garantías para hacer al Betis subir un peldaño más, ya han comunicado su deseo de no recalar en la entidad bética. Futbolistas con un reconocido prestigio como Sebastien Puygrenier no ven con buenos ojos tener un futuro inmediato en una entidad en crisis y que además, no parece ir bien encaminada en base a los designios de sus dirigentes.
Las contrataciones de los últimos años, incluso, sacan a relucir un dato revelador como es que esta mala dinámica de pésimas contrataciones tiene un origen muy marcado: la temporada de la Champions verdiblanca y la posterior venta de sus dos estrellas, Joaquín y Oliveira. La venta de los dos baluartes de un gran equipo, que supuso aumentar hasta más de 39 millones de euros las arcas béticas.
Pero la mala planificación en las contrataciones de los que posteriormente vestirían la elástica de las trece barras en las últimas campañas -hasta 18 nombres asciende la cifra-ha provocado la crisis actual. Jugadores de relativo nombre internacional como Ricardo, Sobis, Mark González u Odonkor, contrastan con los fichajes de Maldonado, Pavone, Ilic, Babic o José Mari. Todo ellos con un coste dispar para la entidad bética, pero que en suma alcanzan los 41 millones de euros. O lo que es lo mismo, la etapa actual de «ajustarse el cinturón» está marcada claramente por la nefasta gestión realizada desde las bajas de Joaquín y Oliveira.
Unos errores que han provocado que a Lopera ya no se le abran de par en par las puertas de las grandes boutiques. Ahora el Betis busca opciones más realistas, por lo que una nueva «bomba» veraniega de Lopera tendrá que esperar.
Fuente: abc
Por si todavia alguno tiene dudas ...
La época dorada de Lopera va camino de ser eclipsada, pero también ese ocaso está comenzando a perjudicar al equipo. Buena prueba de ello es que las «contrataciones de boutique» -como fueron bautizadas por el propio dirigente- están quedando ocultas. Los fichajes de los Denilson y compañía han sido sustituidos en los últimos años por otros de menor entidad y de distinto coste.
Nombres están saliendo por doquier, pero los pocos que aportarían un nivel mínimo exigible de garantías para hacer al Betis subir un peldaño más, ya han comunicado su deseo de no recalar en la entidad bética. Futbolistas con un reconocido prestigio como Sebastien Puygrenier no ven con buenos ojos tener un futuro inmediato en una entidad en crisis y que además, no parece ir bien encaminada en base a los designios de sus dirigentes.
Las contrataciones de los últimos años, incluso, sacan a relucir un dato revelador como es que esta mala dinámica de pésimas contrataciones tiene un origen muy marcado: la temporada de la Champions verdiblanca y la posterior venta de sus dos estrellas, Joaquín y Oliveira. La venta de los dos baluartes de un gran equipo, que supuso aumentar hasta más de 39 millones de euros las arcas béticas.
Pero la mala planificación en las contrataciones de los que posteriormente vestirían la elástica de las trece barras en las últimas campañas -hasta 18 nombres asciende la cifra-ha provocado la crisis actual. Jugadores de relativo nombre internacional como Ricardo, Sobis, Mark González u Odonkor, contrastan con los fichajes de Maldonado, Pavone, Ilic, Babic o José Mari. Todo ellos con un coste dispar para la entidad bética, pero que en suma alcanzan los 41 millones de euros. O lo que es lo mismo, la etapa actual de «ajustarse el cinturón» está marcada claramente por la nefasta gestión realizada desde las bajas de Joaquín y Oliveira.
Unos errores que han provocado que a Lopera ya no se le abran de par en par las puertas de las grandes boutiques. Ahora el Betis busca opciones más realistas, por lo que una nueva «bomba» veraniega de Lopera tendrá que esperar.
Fuente: abc
Por si todavia alguno tiene dudas ...
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