Kothbiro corria como un loco. Corria descalzo, riendo y gritando con sus amigos hacia Nairobi. Ese dia, los blancos buenos, que asi les llamaban, entregarian a cada uno ropa nueva. Esa ropa la traian del primer mundo, de los paises privilegiados. Una vez, su padre le dijo que aquello era una pequeña limosna para limpiar su alma capitalista de toda culpa por la pobreza que ellos sufrian.
La cola parecia interminable. El calor y los mosquitos atacaban como animales salvajes y hambrientos, pero presentia que debia esperar alli, esperar su turno.
Por fin estaba frente al hombre blanco. Este le dedico una sonrisa que fue correspondida por el muchacho, y selecciono una de las camisetas de la inmensa caja. De ella extrajo una camiseta de rayas verdes y blancas verticales, y un triangulo extraño a la altura del pecho. Sonrio sin quererlo ni proponerselo al ver este simbolo, agarro su camiseta con fuerza y echo a correr con ella de nuevo al poblado.
''Kothbiro, Kothbiro....'' Kothbiro. Ese era su nombre. Significaba Kenia, el pais que era testigo de sus andaduras por la vida. Y era el nombre que ahora todos pronunciaban para ver su camiseta. El resto de sus amigos, habian conseguido camisetas conocidas. El mayor del grupo tenia una del Barcelona, con el nombre de Ronaldinho, y su hermano, una del Real Madrid. La de noches que el habia soñado con conseguir una camiseta del Real Madrid. Pero ahora eso no le importaba. Tenia aquella camiseta verdiblanca con su triangulito, y no la cambiaria por ninguna del mundo.
Sufrio burlas de sus amigos y su escaso acierto por aquella camiseta que no era de ningun equipo grande. Ni manchester, como su primo, ni Milan, como el hermano mediano...Solo una camiseta de un equipo que ninguno conocia.
Pero el no queria ninguna otra camiseta.
Cada dia, cuando recorria cuatro o cinco Kilometros para recoger agua, se miraba frente a esta, cristalina, que reflejaba a un niño feliz, a un chico negro con aquella camiseta.
Todos los dias cumplia ese mismo ritual. Hasta que uno de ellos, el ritual tuvo que suspenderse.
Un misionero español le habia informado de que aquel equipo era el Betis. ''Betis'' aquel nombre sonaba a musica celestial en la mente de Kothbiro. Le dijo que procuraria traerle unos cromos de aquel extraño equipo despues de un par de dias.
Una de las multiple bandas guerrilleras de Kenia, que montaban a caballo y poseian armas letales, se dispondrian a robar todo cuanto hubiese en sus casas y a llevarse la vida por delante de quien fuese necesario.
Todos se dispersaron. Pero Kothbiro se quedo alli, quieto. Esperaba al misionero español y sus cromos del equipo del Triangulo. Betis. Espero y espero. Y entonces, cuando sintio el misil frio en su sien, supo que nunca vendria a por el. Ni a darle los cromos.
Le pidio un segundo a aquel asesino sin sentimientos, a aquel que habia robado su comida y las gallinas de toda su familia durante aquellos años. Un *********** Keniata mas. Pero seria el que acabaria con su vida.
Se quito su camiseta, la dejo sobre el suelo para que no se tiñese del rojo de la sangre, para que siguiese siendo verdiblanca, y deseo que, otro niño encontrara en aquel triangulo magico y de una belleza inigualable el amor y la ilusion que el habia dejado prendida en ella.
Despues cerro los ojos. Silencio y oscuridad.
PD: Gracias por leerlo.
La cola parecia interminable. El calor y los mosquitos atacaban como animales salvajes y hambrientos, pero presentia que debia esperar alli, esperar su turno.
Por fin estaba frente al hombre blanco. Este le dedico una sonrisa que fue correspondida por el muchacho, y selecciono una de las camisetas de la inmensa caja. De ella extrajo una camiseta de rayas verdes y blancas verticales, y un triangulo extraño a la altura del pecho. Sonrio sin quererlo ni proponerselo al ver este simbolo, agarro su camiseta con fuerza y echo a correr con ella de nuevo al poblado.
''Kothbiro, Kothbiro....'' Kothbiro. Ese era su nombre. Significaba Kenia, el pais que era testigo de sus andaduras por la vida. Y era el nombre que ahora todos pronunciaban para ver su camiseta. El resto de sus amigos, habian conseguido camisetas conocidas. El mayor del grupo tenia una del Barcelona, con el nombre de Ronaldinho, y su hermano, una del Real Madrid. La de noches que el habia soñado con conseguir una camiseta del Real Madrid. Pero ahora eso no le importaba. Tenia aquella camiseta verdiblanca con su triangulito, y no la cambiaria por ninguna del mundo.
Sufrio burlas de sus amigos y su escaso acierto por aquella camiseta que no era de ningun equipo grande. Ni manchester, como su primo, ni Milan, como el hermano mediano...Solo una camiseta de un equipo que ninguno conocia.
Pero el no queria ninguna otra camiseta.
Cada dia, cuando recorria cuatro o cinco Kilometros para recoger agua, se miraba frente a esta, cristalina, que reflejaba a un niño feliz, a un chico negro con aquella camiseta.
Todos los dias cumplia ese mismo ritual. Hasta que uno de ellos, el ritual tuvo que suspenderse.
Un misionero español le habia informado de que aquel equipo era el Betis. ''Betis'' aquel nombre sonaba a musica celestial en la mente de Kothbiro. Le dijo que procuraria traerle unos cromos de aquel extraño equipo despues de un par de dias.
Una de las multiple bandas guerrilleras de Kenia, que montaban a caballo y poseian armas letales, se dispondrian a robar todo cuanto hubiese en sus casas y a llevarse la vida por delante de quien fuese necesario.
Todos se dispersaron. Pero Kothbiro se quedo alli, quieto. Esperaba al misionero español y sus cromos del equipo del Triangulo. Betis. Espero y espero. Y entonces, cuando sintio el misil frio en su sien, supo que nunca vendria a por el. Ni a darle los cromos.
Le pidio un segundo a aquel asesino sin sentimientos, a aquel que habia robado su comida y las gallinas de toda su familia durante aquellos años. Un *********** Keniata mas. Pero seria el que acabaria con su vida.
Se quito su camiseta, la dejo sobre el suelo para que no se tiñese del rojo de la sangre, para que siguiese siendo verdiblanca, y deseo que, otro niño encontrara en aquel triangulo magico y de una belleza inigualable el amor y la ilusion que el habia dejado prendida en ella.
Despues cerro los ojos. Silencio y oscuridad.
PD: Gracias por leerlo.
Comentario