Venta del paquete mayoritario
[LEFT]Se pretende evitar tergiversaciones actuales de los criterios sobre la posible compra-venta del paquete accionarial mayoritario, los cuales han sido compartidos con distintos grupos opositores, sin que se hayan producido grandes discrepancias y, a lo sumo, pequeñas matizaciones que, de momento, no exigen mayor explicación. Estos criterios vienen siendo planteados desde hace 4 años y son coherentes con la filosofía de “Un Betis para los béticos”, que fue el eslogan con que se programó la suscripción en el año 1992.[/LEFT]
No se pretende hacer oferta personal, ni a través de empresas interpuestas, por el paquete accionarial. Es más, por motivos diversos, siendo los más contundentes la edad, la situación profesional y el sentido de la ética, no forma parte de intenciones, ni de aspiraciones, beneficiarse en modo alguno del sucedáneo (SAD) de la Asociación Deportiva, que en su momento depositó democráticamente la confianza en un Presidente y en una Junta Directiva. Para mayor aclaración de los referidos criterios, la compra-venta consistiría en valorar el paquete accionarial al precio de su adquisición, más el coste del dinero en el periodo transcurrido hasta el presente. De este modo, su cumpliría con el objetivo planteado antes de la conversión en SAD y con los compromisos adquiridos por Ruiz de Lopera, con la Junta directiva aceptando los principios de la misma y con el beticismo en general a través de sus manifestaciones en los medios de comunicación:
La mecánica de la compra-venta exigiría fijar, aparte del precio, un periodo de unos meses para llevarla a cabo. Una vez decidida la misma, se entregarían avales mancomunados por la cantidad total fijada, ejecutables al final del periodo.
Durante el periodo se crearía una mesa de compra-venta y seguimiento, la cual estaría integrada por representantes de los distintos grupos opositores, diversas asociaciones béticas, accionistas, abonados y peñas. La mesa elaboraría un programa de acceso prioritario, si lo entiende oportuno, y de fiscalización para evitar la acumulación de capital y facilitar al máximo el reparto accionarial. Finalizado el periodo, los avalistas asumirían las acciones que quedasen sin adjudicar, pero con el compromiso de ponerlas nuevamente a la venta por el espacio de tiempo que se entendiese necesario.
El contenido de los párrafos anteriores, ha sido expresado repetidamente en intervenciones personales en medios de comunicación, en ruedas de prensa y en distintos foros.
Este proyecto es indiscutible que puede ser modificado, pero siempre a la baja en el aspecto económico, por decisiones judiciales de rango muy superior a los acuerdos entre particulares.
Otro asunto, aparentemente distinto, pero consustancial con el cambio de manos del paquete accionarial mayoritario, es el que se refiere a la necesidad de olvidar. Por supuesto que lo que hay que olvidar es este periodo intencionadamente convulso en el que se falsea el pasado y se intenta ocultar una triste verdad. La que día a día se va poniendo más en evidencia. Hay que olvidar estos momentos y volver al pasado glorioso en el que el espíritu bético era acreedor del mayor éxito social en el terreno deportivo “Viva el Betis manque pierda”. Pero en absoluto pretende el olvido la retirada de denuncias, el perdón de los pecados, los propósitos de enmienda, ni pacto alguno con quien no ha sido merecedor de ello. Es más, no existe forma de parar las consecuencias del camino jurídico emprendido, pues no hay cabida a blindaje de convenio o contrato que pueda marginar a un solo accionista en la exigencia de sus derechos y moralmente tampoco se entiende que pueda marginarse a los béticos en la recuperación de los valores sociales que se han desestabilizado.
Esta es la opinión personal del abajo firmante la cual cree firmemente que comparte con la mayoría de los béticos que se encuentran disconformes con el estado actual de la Institución.
Hugo Galera Davidson
www.beticosporelvillamarin.es
[LEFT]Se pretende evitar tergiversaciones actuales de los criterios sobre la posible compra-venta del paquete accionarial mayoritario, los cuales han sido compartidos con distintos grupos opositores, sin que se hayan producido grandes discrepancias y, a lo sumo, pequeñas matizaciones que, de momento, no exigen mayor explicación. Estos criterios vienen siendo planteados desde hace 4 años y son coherentes con la filosofía de “Un Betis para los béticos”, que fue el eslogan con que se programó la suscripción en el año 1992.[/LEFT]
No se pretende hacer oferta personal, ni a través de empresas interpuestas, por el paquete accionarial. Es más, por motivos diversos, siendo los más contundentes la edad, la situación profesional y el sentido de la ética, no forma parte de intenciones, ni de aspiraciones, beneficiarse en modo alguno del sucedáneo (SAD) de la Asociación Deportiva, que en su momento depositó democráticamente la confianza en un Presidente y en una Junta Directiva. Para mayor aclaración de los referidos criterios, la compra-venta consistiría en valorar el paquete accionarial al precio de su adquisición, más el coste del dinero en el periodo transcurrido hasta el presente. De este modo, su cumpliría con el objetivo planteado antes de la conversión en SAD y con los compromisos adquiridos por Ruiz de Lopera, con la Junta directiva aceptando los principios de la misma y con el beticismo en general a través de sus manifestaciones en los medios de comunicación:
- “Farusa sólo se quedará con un 10% de las acciones, el resto se venderá entre los béticos sin premura de tiempo” (ABC, 1-07-92).
- “El Betis es ahora propiedad de todos los béticos” (ABC, 1-07-92).
- “Que sepan los béticos que no se ha cortado la venta de acciones y que la campaña por las peñas va a continuar. “Ojalá me dejaran sólo con un millón de pesetas, con eso me bastaría para ser accionista del Betis” (ABC, 2-07-92).
- "El Betis es ahora más de los béticos que lo fue nunca” (ABC, 5-07-92).
- “Quiero repetir que me ofende quien insinúe que quiero quedarme con el Betis” (ABC, 20-07-92).
- “Mis acciones están a disposición de todos los béticos, incluso a plazos” (Diario 16, 20-05-93).
- “Yo soy el primero que pretendo y deseo que el Betis sea de todos los béticos y no tengo ningún interés por ser dueño del Club” (Diario 16, 20-05-93).
La mecánica de la compra-venta exigiría fijar, aparte del precio, un periodo de unos meses para llevarla a cabo. Una vez decidida la misma, se entregarían avales mancomunados por la cantidad total fijada, ejecutables al final del periodo.
Durante el periodo se crearía una mesa de compra-venta y seguimiento, la cual estaría integrada por representantes de los distintos grupos opositores, diversas asociaciones béticas, accionistas, abonados y peñas. La mesa elaboraría un programa de acceso prioritario, si lo entiende oportuno, y de fiscalización para evitar la acumulación de capital y facilitar al máximo el reparto accionarial. Finalizado el periodo, los avalistas asumirían las acciones que quedasen sin adjudicar, pero con el compromiso de ponerlas nuevamente a la venta por el espacio de tiempo que se entendiese necesario.
El contenido de los párrafos anteriores, ha sido expresado repetidamente en intervenciones personales en medios de comunicación, en ruedas de prensa y en distintos foros.
Este proyecto es indiscutible que puede ser modificado, pero siempre a la baja en el aspecto económico, por decisiones judiciales de rango muy superior a los acuerdos entre particulares.
Otro asunto, aparentemente distinto, pero consustancial con el cambio de manos del paquete accionarial mayoritario, es el que se refiere a la necesidad de olvidar. Por supuesto que lo que hay que olvidar es este periodo intencionadamente convulso en el que se falsea el pasado y se intenta ocultar una triste verdad. La que día a día se va poniendo más en evidencia. Hay que olvidar estos momentos y volver al pasado glorioso en el que el espíritu bético era acreedor del mayor éxito social en el terreno deportivo “Viva el Betis manque pierda”. Pero en absoluto pretende el olvido la retirada de denuncias, el perdón de los pecados, los propósitos de enmienda, ni pacto alguno con quien no ha sido merecedor de ello. Es más, no existe forma de parar las consecuencias del camino jurídico emprendido, pues no hay cabida a blindaje de convenio o contrato que pueda marginar a un solo accionista en la exigencia de sus derechos y moralmente tampoco se entiende que pueda marginarse a los béticos en la recuperación de los valores sociales que se han desestabilizado.
Esta es la opinión personal del abajo firmante la cual cree firmemente que comparte con la mayoría de los béticos que se encuentran disconformes con el estado actual de la Institución.
Hugo Galera Davidson
www.beticosporelvillamarin.es
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