Los clubes se lo propondrán a la FEF para potenciar sus canteras
El martes de la próxima semana hay prevista una reunión en Madrid que puede cambiar diametralmente la cantera del fútbol español. En ella, la LFP hará ver a la FEF que la idea de crear una Liga de filiales cuenta con el apoyo masivo de los clubes y que es necesaria para potenciar el nivel de sus más firmes promesas. La propuesta lleva varios meses barruntándose y poco a poco ha ido ganando adeptos entre las distintas entidades. José Luis Astiazarán, presidente de la Liga, encargó el asunto ex profeso a Roberto Olabe, antiguo secretario técnico de la Real Sociedad y el Almería, que no ha parado de reunirse desde entonces con los clubes para ver si estarían predispuestos. La respuesta, por cierto, ha sido afirmativa en casi un 90%.
Sin embargo, la idea surgió hace ya seis años. Jesús Corera, encargado del fútbol base de Osasuna, comenzó a darse cuenta de que los canteranos rojillos se estancaban cuando daban el salto de juveniles a Segunda B: "Hice un informe completo de los 80 equipos que participan en esta competición y me di cuenta de que la actual normativa que obliga a tener seis jugadores menores de 23 años por equipo era ficticia, pues el 60% de estos chavales jugaba menos de 14 minutos de media por temporada. Había un frenazo en su progresión porque no jugaban".
A partir de este llamativo informe, Corera y Patxi Izco se pusieron manos a la obra y trasladaron la medida a la LFP, que la aceptó de buen grado. Los clubes que fueron recibiendo noticias se sumaron poco a poco a esta Liga. Junto a osasunistas, Espanyol, Villarreal, Real Madrid, Sporting, Las Palmas y Numancia se erigieron en portavoces y crearon una comisión que está sentando las bases de la competición. La más llamativa es que sería un campeonato cerrado y para los 42 equipos profesionales que integran Primera y Segunda División. Sin preocupaciones por ascender o descender. Sólo con el objetivo de divertirse y mejorar.
Reestructuración.
Aunque el apoyo ha sido enorme, poner en marcha un proyecto de semejante magnitud siempre acarrea problemas. Por ejemplo el del Sevilla, con un filial en una categoría muy competitiva como Segunda y que a priori es el menos favorecido. A él, como a los demás, se le ha dado la opción de mantener su actual filial, por lo que esta nueva Liga no aboliría los segundos equipos de aquellos que decidieran mantenerlos.
Otra diatriba importante reside en la reestructuración que supondría la retirada de un gran número de equipos del actual panorama competitivo. De ahí que la postura y el apoyo de la Federación sean decisivos. Como también lo referente a la edad de los jugadores. Eso y mucho más se tratará de aclarar en la reunión del martes.
El martes de la próxima semana hay prevista una reunión en Madrid que puede cambiar diametralmente la cantera del fútbol español. En ella, la LFP hará ver a la FEF que la idea de crear una Liga de filiales cuenta con el apoyo masivo de los clubes y que es necesaria para potenciar el nivel de sus más firmes promesas. La propuesta lleva varios meses barruntándose y poco a poco ha ido ganando adeptos entre las distintas entidades. José Luis Astiazarán, presidente de la Liga, encargó el asunto ex profeso a Roberto Olabe, antiguo secretario técnico de la Real Sociedad y el Almería, que no ha parado de reunirse desde entonces con los clubes para ver si estarían predispuestos. La respuesta, por cierto, ha sido afirmativa en casi un 90%.
Sin embargo, la idea surgió hace ya seis años. Jesús Corera, encargado del fútbol base de Osasuna, comenzó a darse cuenta de que los canteranos rojillos se estancaban cuando daban el salto de juveniles a Segunda B: "Hice un informe completo de los 80 equipos que participan en esta competición y me di cuenta de que la actual normativa que obliga a tener seis jugadores menores de 23 años por equipo era ficticia, pues el 60% de estos chavales jugaba menos de 14 minutos de media por temporada. Había un frenazo en su progresión porque no jugaban".
A partir de este llamativo informe, Corera y Patxi Izco se pusieron manos a la obra y trasladaron la medida a la LFP, que la aceptó de buen grado. Los clubes que fueron recibiendo noticias se sumaron poco a poco a esta Liga. Junto a osasunistas, Espanyol, Villarreal, Real Madrid, Sporting, Las Palmas y Numancia se erigieron en portavoces y crearon una comisión que está sentando las bases de la competición. La más llamativa es que sería un campeonato cerrado y para los 42 equipos profesionales que integran Primera y Segunda División. Sin preocupaciones por ascender o descender. Sólo con el objetivo de divertirse y mejorar.
Reestructuración.
Aunque el apoyo ha sido enorme, poner en marcha un proyecto de semejante magnitud siempre acarrea problemas. Por ejemplo el del Sevilla, con un filial en una categoría muy competitiva como Segunda y que a priori es el menos favorecido. A él, como a los demás, se le ha dado la opción de mantener su actual filial, por lo que esta nueva Liga no aboliría los segundos equipos de aquellos que decidieran mantenerlos.
Otra diatriba importante reside en la reestructuración que supondría la retirada de un gran número de equipos del actual panorama competitivo. De ahí que la postura y el apoyo de la Federación sean decisivos. Como también lo referente a la edad de los jugadores. Eso y mucho más se tratará de aclarar en la reunión del martes.
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