Artículo de opinión del redactor Jefe de ABC, Paco Pérez, gran periodista donde lo haya.
Martes 25 de Marzo 2008, ABC
Los encajes del señor fiscal
MANUEL Ruiz de Lopera tiene un problema. Esta vez puede ahorrarse la pregunta de dónde estaba el personal el 30 de junio de 1992, fecha de compra del grueso del paquete accionarial del Real Betis Balompié S. A. D., porque a diferencia de Hugo Galera, Miguel Espina, José Ignacio Bidón Vigil y otros béticos, el señor fiscal que ha presentado una denuncia penal contra él en los juzgados ni tiene por qué acordarse, ni necesita coartada para demostrar ser en aquella fecha pobre de solemnidad o insolvente millonario, ni atiende a otras razones que las que estén avaladas por documentos originales con sus sellos bien puestos, que en el sitio donde han colocado al máximo accionista verdiblanco no puede uno escaquearse ni enseñarlos a diez metros.
Sobra decir que a quien pretenden sentar en el banquillo no es al Betis, sino a quien lo rige, y que la denuncia del fiscal es de momento sólo eso, un indicio de delito que no debe conllevar juicio paralelo alguno. Eso sí, dice mucho en favor del sobresaliente trabajo realizado por la notable oposición, que ha puesto a Lopera de nuevo en los juzgados, de donde hace bien poco salió condenado por un delito contra la Hacienda Pública. Esta vez los indicios que arguye el fiscal lo serían por delito societario, por presunta descapitalización del Real Betis. Para que nos entiendan todas las criaturitas: los encajes del deporte (Encadesa) estarían tan bien hechos que se convirtieron en malla y no dejaron escapar ni un solo ingreso del Real Betis, a estas alturas rigurosamente tieso.
Martes 25 de Marzo 2008, ABC
Los encajes del señor fiscal
MANUEL Ruiz de Lopera tiene un problema. Esta vez puede ahorrarse la pregunta de dónde estaba el personal el 30 de junio de 1992, fecha de compra del grueso del paquete accionarial del Real Betis Balompié S. A. D., porque a diferencia de Hugo Galera, Miguel Espina, José Ignacio Bidón Vigil y otros béticos, el señor fiscal que ha presentado una denuncia penal contra él en los juzgados ni tiene por qué acordarse, ni necesita coartada para demostrar ser en aquella fecha pobre de solemnidad o insolvente millonario, ni atiende a otras razones que las que estén avaladas por documentos originales con sus sellos bien puestos, que en el sitio donde han colocado al máximo accionista verdiblanco no puede uno escaquearse ni enseñarlos a diez metros.
Sobra decir que a quien pretenden sentar en el banquillo no es al Betis, sino a quien lo rige, y que la denuncia del fiscal es de momento sólo eso, un indicio de delito que no debe conllevar juicio paralelo alguno. Eso sí, dice mucho en favor del sobresaliente trabajo realizado por la notable oposición, que ha puesto a Lopera de nuevo en los juzgados, de donde hace bien poco salió condenado por un delito contra la Hacienda Pública. Esta vez los indicios que arguye el fiscal lo serían por delito societario, por presunta descapitalización del Real Betis. Para que nos entiendan todas las criaturitas: los encajes del deporte (Encadesa) estarían tan bien hechos que se convirtieron en malla y no dejaron escapar ni un solo ingreso del Real Betis, a estas alturas rigurosamente tieso.
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