EL KOSOVO VERDIBLANCO
Desde las altas esferas disciplinarias balompédicas se ha concedido una nueva medida de fuerza, aplicando en esta ocasión una injusticia cometida contra el Real Betis. Ahora, el precedente sembrado tendrá todas las posibilidades de no convertirse en un sui géneris, y cualquiera según lo estime conveniente, intentará usar sus propios métodos para producir resultados similares.
Retomando la Historia del Centenario Betis, el gran bético fallecido hace años, Juan Petralanda, recordando aquellos duros momentos de la Tercera División, comentaba en 1981 para Manolo Rodríguez y Tomás Furest, aquella frase que decía “en aquellos tiempos éramos menos que nada”. Cierto es que en aquel arisco devenir el poder de representación bético en los cargos federativos de relevancia, era exiguo y casi nulo. Sin embargo, recuerden el “Caso Antúnez”, cuando la Justicia Ordinaria en aquel tiempo, fue quien en última instancia otorgó la razón al Betis, tras fracasar las alegaciones por las federaciones deportivas de aquel entonces.
Ahora, León vuelve a comparar el trato del Club recibido en aquellos manquepierdistas años, en su comparecencia ante los medios, rescatando la estrategia que su Patrón utilizó tanto durante las dos últimas temporadas anteriores. Se contempla el asunto jurídico, pero aún no se ha tomado al respecto una decisión firme. Y la experiencia del destierro del año pasado es el más claro precedente.
la presidencia del Club podría parecer preludiar una cuasi sumisión al actual castigo federativo, esperando que vayan pasando los días, tal vez para obviar la mínima ficha en la defensa de los intereses y de la dignidad del beticismo, bajo el mucho ruido y pocas nueces. De por sí, la exigua presencia verdiblanca en la Plana Mayor Federativa, ha sido ejemplo de ello durante tiempo. Ante esto, hallaríamos una contradicción entre los directivos verdiblancos de aquel momento, quienes se agarraron a todas las ascuas posibles para defender los intereses de la sufrida afición bética, y los actuales, cuyos principales intereses son los personales y económicos que los merodean la arcas del Fontanal, y quienes podrían aprovechar la coyuntura para , por una parte, seguir adormeciendo más aún a quienes son felices cada domingo sin que les vaya el envite; y, por otra, intentar debilitar más aún a aquellos béticos que lo que más le duele es el ultraje que se está realizando con el Club, tanto a nivel interno como a federativo. "Divide et vinces"
Y mientras los días se van sucediendo, una cantidad de valientes béticos del momento, dignos herederos en voluntad, honradez y beticismo, de aquellos Manuel Ruiz Rodríguez, Manuel Simó, o el mencionado Juan Petralanda, continúan trabajando en silencio dentro de sus posibilidades, bajo una fé ilimitada, esperando que nazca un Nuevo País Verdiblanco, que sea reconocido debidamente, ofreciendo voz y voto dentro de los ********* estamentos que rigen el Fútbol Español. Pero aún queda un mundo de obstáculos por delante, y el daño recibido, es en parte casi irreparable.
Sumidos momentáneamente casi en el fondo de la impotencia, reflexionemos dentro del marco real que la situación exige, retomando las palabras del repetido Petralanda; pero eso sí, permítanme la inclusión del interrogante: "...¿somos menos que nada?"
Desde las altas esferas disciplinarias balompédicas se ha concedido una nueva medida de fuerza, aplicando en esta ocasión una injusticia cometida contra el Real Betis. Ahora, el precedente sembrado tendrá todas las posibilidades de no convertirse en un sui géneris, y cualquiera según lo estime conveniente, intentará usar sus propios métodos para producir resultados similares.
Retomando la Historia del Centenario Betis, el gran bético fallecido hace años, Juan Petralanda, recordando aquellos duros momentos de la Tercera División, comentaba en 1981 para Manolo Rodríguez y Tomás Furest, aquella frase que decía “en aquellos tiempos éramos menos que nada”. Cierto es que en aquel arisco devenir el poder de representación bético en los cargos federativos de relevancia, era exiguo y casi nulo. Sin embargo, recuerden el “Caso Antúnez”, cuando la Justicia Ordinaria en aquel tiempo, fue quien en última instancia otorgó la razón al Betis, tras fracasar las alegaciones por las federaciones deportivas de aquel entonces.
Ahora, León vuelve a comparar el trato del Club recibido en aquellos manquepierdistas años, en su comparecencia ante los medios, rescatando la estrategia que su Patrón utilizó tanto durante las dos últimas temporadas anteriores. Se contempla el asunto jurídico, pero aún no se ha tomado al respecto una decisión firme. Y la experiencia del destierro del año pasado es el más claro precedente.
la presidencia del Club podría parecer preludiar una cuasi sumisión al actual castigo federativo, esperando que vayan pasando los días, tal vez para obviar la mínima ficha en la defensa de los intereses y de la dignidad del beticismo, bajo el mucho ruido y pocas nueces. De por sí, la exigua presencia verdiblanca en la Plana Mayor Federativa, ha sido ejemplo de ello durante tiempo. Ante esto, hallaríamos una contradicción entre los directivos verdiblancos de aquel momento, quienes se agarraron a todas las ascuas posibles para defender los intereses de la sufrida afición bética, y los actuales, cuyos principales intereses son los personales y económicos que los merodean la arcas del Fontanal, y quienes podrían aprovechar la coyuntura para , por una parte, seguir adormeciendo más aún a quienes son felices cada domingo sin que les vaya el envite; y, por otra, intentar debilitar más aún a aquellos béticos que lo que más le duele es el ultraje que se está realizando con el Club, tanto a nivel interno como a federativo. "Divide et vinces"
Y mientras los días se van sucediendo, una cantidad de valientes béticos del momento, dignos herederos en voluntad, honradez y beticismo, de aquellos Manuel Ruiz Rodríguez, Manuel Simó, o el mencionado Juan Petralanda, continúan trabajando en silencio dentro de sus posibilidades, bajo una fé ilimitada, esperando que nazca un Nuevo País Verdiblanco, que sea reconocido debidamente, ofreciendo voz y voto dentro de los ********* estamentos que rigen el Fútbol Español. Pero aún queda un mundo de obstáculos por delante, y el daño recibido, es en parte casi irreparable.
Sumidos momentáneamente casi en el fondo de la impotencia, reflexionemos dentro del marco real que la situación exige, retomando las palabras del repetido Petralanda; pero eso sí, permítanme la inclusión del interrogante: "...¿somos menos que nada?"
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