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Las Venganzas Deportivas

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  • Las Venganzas Deportivas

    LAS VENGANZAS DEPORTIVAS

    La peculiaridad de la Historia del Real Betis, está plagada de alternativas. Podríamos decir que, deportivamente hemos sido y somos un electrocardiograma continuo. Vivimos jalonados de una irregularidad permanente, de la cuál ha sido imposible soltarnos. Hemos sido capaces de lo mejor y de lo peor, muchas veces sin hallar una respuesta concisa, razonada. Sin embargo el objetivo de estas letras es otro, pues investigando, hurgando en esta dilatada Historia, existe otro matiz que quizá pueda pasar desapercibido, como es el que llamaría “ciclo de venganzas deportivas”. Intentemos explicarlo lo mejor posible y abundar en ello lo necesario.

    Tras haber pasado la nada desdeñable cifra de 15 años sin pisar la Primera División, en un período que duró desde 1943 hasta 1958, durante la 2ª Jornada de Liga, el Betis inagura el Coliseo sevillista de manera espectacular, venciendo bajo un contundente 2-4 que no dejó lugar a dudas. Este hecho significó el reencuentro del Club Blanquiverde con el hilo de su Historia; esto es, el Betis, que tras salir practicamente de la nada, empezó a llevar el camino de ser un Grande, empujado por una humilde y luchadora Afición. Pronto se encaramó en la cima de los mejores de la Liga, consiguiendo en apenas 4 años un subcampeonato de Copa y un Campeonato liguero, pese al creciente poderío del eterno rival. Al punto, llega la guerra fraticida y el Betis es destrozado en su seno: los mejores jugadores, en su mayoría, salen del entorno heliopolitano; al igual que muchos aficionados. Además, el Estadio sufre consecuencias estructurales graves que obligan a un gasto obligado.

    1940 significa el primer descenso del Club a la Segunda División. Sevilla y Betis, a ojos de los poderes fácticos, son distintos. El club de Nervión, gracias a su fuertes estructuras, crece sin cesar y se coloca en la cima: es uno de los grandes. Mientras, desde el bando trecebarrista, se va a producir un enorme estancamiento, una decadencia que culminaría con el descenso a 3ª División en 1947. Pese a las advesidades, la corajuda Afición Verdiblanca gana la terrible batalla y, tras la llegada de Villamarín se logra el ascenso a la Primera División, en 1958. Aquí enlazamos con parte del anterior pçarrafo, pues en la segunda vuelta los nervionenses fueron derrotados por un contundente 2-0 en Heliópolis. La venganza deportiva se había consumado en partidos jugados de tú a tú, con plantillas similares y no tan dispares, como las que participaron en aquellos 2-5 / 5-0 que encajamos ante los Stukas de la 42-43….

    Y las venganzas deportivas, en contextos distintos continúan: en el 94-95 le metimos al Tenerife, en nuestro resurgir en la Primera División, 3-0 y 1-4, consumando así justo desquite deportivo, pues en 1989 con aquel 4-0 nos eliminaron en aquella Promoción. Contra el Coruña, por ejemplo, aún no se ha producido una revancha acorde a la Promoción del 92, aunque sí se le ha vencido en algunas ocasiones.

    Sin embargo, la nefasta gestión generada por Ruiz de Lopera ha desembocado posiblemente, en ridículos deportivo nunca vistos anteriormente, tales como el 0-5 del año pasado ante el Osasuna, la imposibilidad de vencer al polémico y non grato Caparrós año tras año (excepto el pírrico 1-0 del 2005), o el vencer al Español de Barcelona en una sóla ocasión en nuestro feudo, en 12 enfrentamientos seguidos.

    El Club continúa arrastrándose en diversas facetas. Lo deportivo es una clara consecuencia de lo institucional. Las afrentas deportivas aumentan su colección ( también veremos que pasará en la Jornada 37ª), mientras, la mayor parte de la Afición, sumida en el conformismo de la mediocridad, parece hasta el momento incapaz de decir ese “ ¡ basta ¡”, como el que tanto sonó en otros lugares, contra los Piterman o Caldas de turno.
    Esa misma Afición se consuela plácidamente en la vuelta de tiempos mejores, soñando con doblegar al entrenador utrerano, como si este Betis fuera el mismo de los 60, 70 u 80; o soñando con marcarle un cómodo 2-0 a Camenni la próxima vez que nos visite el Español; o soñando con romper las rachas del eterno rival en nuestro Estadio de una vez por todas, venciéndoles como Dios manda; o esperando que el próximo partido de Liga, se produzca el esperado desquite en el Reino de Navarra…..

    Pero las venganzas, los resarcimientos deportivos parecen alejarse cada vez más. Al final del túnel puede esperar la Carretera de Utrera, el montaje del Granada 74 o el Arcángel cordobés. En fin, una panoplia de enfrentamientos en los que las afrentas deportivas continúen socavando la Historia del Club en sus últimos tiempos, y sofocando a la sumisa Afición, cuyas quejas para aquellos hipotéticos momentos, esperemos no sean sólo las de discutir en el barrio, la oficina o el bar, como hasta ahora se sigue haciendo; porque las venganzas deportivas que tan justas sucedieron antaño y que tantas satisfacciones nos dieron, gracias al coraje de aquella Afición, ahora en cuentagotas y sólo muy de tarde en tarde, volverán a formar parte de la Historia del Real Betis Balompié.

  • #2
    Re: Las Venganzas Deportivas

    Gran artículo, pero no estoy conforme con esto

    "pírrico 1-0 del 2005"

    Me parece a mi que no fue una victoria pírrica, sino que marcó el inicio de la gran racha que nos permitió ganar la copa y entrar en champions....

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    • #3
      Re: Las Venganzas Deportivas

      Bravo, genial artículo. Enhorabuena.

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      • #4
        Re: Las Venganzas Deportivas

        El año que viene podemos vengarnos del Córdoba, al que no le ganamos en ninguno de los dos enfrentamientos del último añito que jugamos en Segunda. Y podemos organizar viajes cómodos a Montequinto o Écija. La culpa de todo es nuestra, no me cabe duda.

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