Vaya por delante mi condena mas firme ante el botellazo sufrido por Armando ayer. Como ya os habreis dado cuenta, ya estamos en el cadalso mediático. No importa que los mismos aficonados detengamos y entreguemos al animal que tiró la botella, pagaremos todos y quizás el R. Betis con la categoría.

Y no se habla de nada más.

No se habla del enésimo ROBO en nuestras narices de un árbitro que desde el primer minuto ha dejado claro que en cuanto pudiera iba a echarle la mano que tanto le hace falta el Bilbao. Y no hablo sólo de los dos penaltys que se inventa, que ya es de juzgado de guardia, es el descarado doble rasero para pitar faltas y no parar el juego marrullero y teatrero de los de Caparrós (otro que bien baila, el más contento de la noche) dejando que se tiren descaradamente el suelo, den coces, codazos y patadas, finjan lesiones...

Un partido que deberíamos haber ganado porque fuimos muy superiores ; pero esto es fútbol, y a nosotros nos han vencido un árbitro teledirigido por la Federación y un animal (maldita puntería la suya, que es lo que se castiga, no olvidemos) al que espero una temporada a la sombra.

Ahora, al Olímpico, a jugarnos el descenso a cara de perro, tragarnos nuestra indignación, nuestra rabia y nuestra vulnerabilidad mayúscula.

Pues al Olímpico iré envuelto en mi bandera, verde y blanca, a poner mi grano de arena de fiel infanteria bética para, una vez más, cumplir nuestro deber, que es acompañar a nuestro equipo, ahora más que nunca, nunca más que ahora.