Ser de este equipo a veces te duele más de lo que se refiere a resultados deportivos, loperas, etc.
Sabemos que el fútbol nos distrae de nuestros quehaceres, que es un soplo de aire fresco. Nunca habia entendido como a la gente le gustaba tanto los domingos hasta que comencé a vivir "esos domingos" de café antes del encuentro que precede a la entrada al campo. Allí la tertulia con personas que se sientan al lado tuya y con la que conversas como si lo conocierses de toda la vida, el bocadillo del descanso y la esperanza. Me he jurado muchas veces, sentada alli, antes del encuentro que no iba a cantar, sin embargo no hay un solo partido que no escuche el rugir del estadio. Nadie sabe cómo aún no nos han quitado el aliento, como quedan fuerzas aún para hablarte mi Betis, para cantarte.
Nunca lo entendí porque eran importantes los domimgos hasta que empecé a saber más de fútbol que mi novio, hasta que me sabia los puntos de los de diez para arriba y cinco para abajo.
Nunca lo entendí hasta que mi hermano me regaló el carnet en fondo, y volví al Villamarín el cual habia dejado de pisar con diez años.
En el 2007 mi hermano se fue a vivir a Madrid por razones laborales y me dejó su carnet en preferencia, asi que suponia 50 euros mínimo la entrada si quería volver a traspasar las puertas, pues mi novio tenia que comprar la entrada para que yo no fuera sola. Si a eso unimos que el tiene menos dinero que yo, y que me toca a mi buscarme las habichuelas, se me pone muy dificil.
Me mentalizé en que esta semana no iba a poder ser, no podia conseguir más dinero, y hoy es jueves, las oposiciones me están quemando como una cerilla, entro en el foro y os leo, y aunque me siento decepcionada por el partido ante el Racing siento que quiero estar ahí.
Es una apuesta al todo o nada, pero muchas veces, cuando ha pitado el final y siento el abatimiento y el engaño, pensando que esos jugadores a los que les he dado el dinero que tanto me ha costado reunir ni han mirado hacia los que le aplaudimos, ni han contestado en voz baja, ni han hecho lo minimo que deberían hacer: ¡luchar!. Miro a mi alrededor y os veo saliendo de las gradas, contemplo vuestras miradas, vuestro silencio, y entonces me doy cuenta que no estoy allí por Melli, Arzu o Damiá, estoy alli por un sentimiento que no entiende de nombres particulares ni de fechas espeficicas.
Ser del Betis no es en definitiva airearse del mundanal ruido, abstraerse y disfrutar sin pensar en el trabajo, en los problemas de la familia, en un futuro incierto, ser del Betis significa sufrir un día más, el que queda de la semana: el domingo. El tiempo dirá si ha merecido la pena.
Sabemos que el fútbol nos distrae de nuestros quehaceres, que es un soplo de aire fresco. Nunca habia entendido como a la gente le gustaba tanto los domingos hasta que comencé a vivir "esos domingos" de café antes del encuentro que precede a la entrada al campo. Allí la tertulia con personas que se sientan al lado tuya y con la que conversas como si lo conocierses de toda la vida, el bocadillo del descanso y la esperanza. Me he jurado muchas veces, sentada alli, antes del encuentro que no iba a cantar, sin embargo no hay un solo partido que no escuche el rugir del estadio. Nadie sabe cómo aún no nos han quitado el aliento, como quedan fuerzas aún para hablarte mi Betis, para cantarte.
Nunca lo entendí porque eran importantes los domimgos hasta que empecé a saber más de fútbol que mi novio, hasta que me sabia los puntos de los de diez para arriba y cinco para abajo.
Nunca lo entendí hasta que mi hermano me regaló el carnet en fondo, y volví al Villamarín el cual habia dejado de pisar con diez años.
En el 2007 mi hermano se fue a vivir a Madrid por razones laborales y me dejó su carnet en preferencia, asi que suponia 50 euros mínimo la entrada si quería volver a traspasar las puertas, pues mi novio tenia que comprar la entrada para que yo no fuera sola. Si a eso unimos que el tiene menos dinero que yo, y que me toca a mi buscarme las habichuelas, se me pone muy dificil.
Me mentalizé en que esta semana no iba a poder ser, no podia conseguir más dinero, y hoy es jueves, las oposiciones me están quemando como una cerilla, entro en el foro y os leo, y aunque me siento decepcionada por el partido ante el Racing siento que quiero estar ahí.
Es una apuesta al todo o nada, pero muchas veces, cuando ha pitado el final y siento el abatimiento y el engaño, pensando que esos jugadores a los que les he dado el dinero que tanto me ha costado reunir ni han mirado hacia los que le aplaudimos, ni han contestado en voz baja, ni han hecho lo minimo que deberían hacer: ¡luchar!. Miro a mi alrededor y os veo saliendo de las gradas, contemplo vuestras miradas, vuestro silencio, y entonces me doy cuenta que no estoy allí por Melli, Arzu o Damiá, estoy alli por un sentimiento que no entiende de nombres particulares ni de fechas espeficicas.
Ser del Betis no es en definitiva airearse del mundanal ruido, abstraerse y disfrutar sin pensar en el trabajo, en los problemas de la familia, en un futuro incierto, ser del Betis significa sufrir un día más, el que queda de la semana: el domingo. El tiempo dirá si ha merecido la pena.
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