Todavía escuchándose los agradables ecos de los goles de mi equipo, ya he acabado de retocar las imágenes que como cada partido en casa salgo a pescar en el campo del Betis. poquito a poco se las paso al Pelu que cortésmente me las cuelga en la web. Otras pocas de docenas más para la colección de Betisweb. Después, como regustándome, las veo con la lentitud propia de la web, y eso que las podría ver en mi ordenador, pero bueno, será como salir en la tele.

Pues como empecé, todavía me resuenan en los oídos los goles, los cuatro, uno detrás de otro, y son melodía celestial. Por un momento, buceo en los foros y parece que debería estar enfadado, más bien cabreado, supuestamente debería estar limándome los cuernos con la pared. Sorprendido me hallo. Uno, que es socio de los de abajo de la mal llamada oposición no deja de sorprenderse de tales afirmaciones, cuando estoy más contento que unas castañuelas. El menda, o sea yo, ha mirado de arriba a abajo a mi camarero palangana habitual y me ha esquivado la mirada. Eso no me pasaba... ufff ni me acuerdo. Y he salido del bar como si hubiese desayunado jamón del bueno y hasta caviar del fino. Y eso sabiéndome quien soy y qué pienso.

Y lo curioso es que sigo pensando exactamente igual. Sigo apoyando a un grupo de béticos que un día se unió para soñar con un Betis mejor pero con los pies en la tierra. Pies seguros que trabajan para ello. Puede que la actual dirección de la SAD no nos quiera ni ver, y pruebas hay, pero eso qué más da. Mi meta, en la que creo, va paralela, muy pegada, fundida diría yo a que el Betis se salve, que se salve, que logre los ansiados cuarenta y los que sean puntos y los logre cuanto antes. Mi apoyo a Chaparro, mis gritos de ánimo a los jugadores, gritos que nunca desaparecieron, porque en el campo son ellos los que a través de pelotitas nos traen los puntos que deben dejar al Betis en la categoría que le pertenece, aunque quizá dentro de esa categoría no esté a la altura de lo que es el Betis.

Y con la victoria llega también más ganas si cabe de saber, de hacer, de creer que el Betis tiene potencial no para ser lo que ahora es, sino mucho más. Que el bético es sufridor? Bueno, se puede sufrir con los deberes bien hechos, con la conciencia tranquila o se puede sufrir o hacer sufrir sabiéndose que lo que pasa no es lo correcto y quizá por ello toque eso, sufrir.

Yo, hoy, haciendo la colada he sacado el chándal del centenario de mi crío, sucio de hacer diabluras con propios y extraños en el fondo bajo. Sí, soy un "tieso" y hago mi colada, soy uno de tantos, qué le voy a hacer. Pero el carné de "tieso" lo llevo con más orgullo porque al estar así, "tieso", puedo hacer un poquito no más por apoyar un Betis mejor. Y ese Betis, como bien dice el señor, porque lo es, que lleva la presidencia de esa asociación de béticos de base, ese Betis del futuro es un Betis que necesita de todos los béticos. Esa frase para mí resume mucho de lo que siento. Porque alguien que lleve a mi Betis y no tenga en cuenta a los béticos puede que no se merezca llevar al Betis.

Y esto sigue creciendo, y no es un éxito de nadie en particular, sino de todos. Porque las victorias también son nuestras, porque somos béticos como el que más y quizá por eso siempre podemos humíldemente pensar que el de al lado es más bético que nosotros. Por todo ello, porque queremos un Betis mejor, porque convencidos estamos de que con crítica constructiva, continua, con aportaciones lógicas, coherentes, con la defensa del espíritu de las trece barras como meta se puede hacer lo que se anhela, éste que escribe dice muy muy alto que VIVA EL BETIS, y que los goles de ayer son un bálsamo más que una condena, que uno que quiere algo mejor porque se puede hacer mucho mejor no acepta el marchamo de destructor, el de oposición, sino es para ponérselo arriba de un número imaginario, el 13 mismo, en la espalda de mi camiseta, como nombre de rebeldía contra la desidia que quiere apoderarse del manquepierda, cuando debería ser todo lo contrario. Debería ser esa rebeldía la que impregnase el manquepierda, rebeldía que no llevase al conformismo oficialista para justificar lo malo y lo bueno, sino exigirnos a todos que podemos hacer de eso que parece fútbol cada quince días una cosa verdaderamente inmensa y no para sentirnos orgullosos, que ese orgullo viene de serie en los béticos, sino para sentirnos cada día más satisfechos. Satisfechos no de comparar lo de antes con lo de ahora para conformismo barato, sino saber que la joya de la corona de hoy puede ser baratija para mañana. De otra forma, en vez de joya se transformará en óxido que pueden vendernos como oro.

Felicidades béticos, ayer ganó mi Betis, nuestro Betis, el Betis de todos los béticos, y por cuatro goles de diferencia.